The Age of Decadence fue, para mí, uno de los títulos más interesantes del año pasado. Un RPG con una ambientación muy propia, exigente y sin piedad con quien lo jugaba; pero también con multitud de posibilidades y de historias y uno de los sistemas de combates más cabrones que he probado. Parece que el equipo de Iron Tower tendrá como próximo proyecto otro RPG del mismo estilo pero ambientado en una colonia espacial, pero mientras tanto han anunciado un nuevo bocadito con el que saciar el hambre de roleo exigente: Dungeon Rats. Un dungeon crawler ambientado en el mundo de The Age of Decadence, que aprovecha su sistema de enfrentamientos e introduce algunos cambios que pedía la comunidad.
La aventura empieza entre el polvo y las sombras de una mina prisión, muy alejada de cualquier puesto de comercio o asentamiento. La llaman “Segunda Oportunidad”, y es la prisión más temida de todas. Previamente fue una de las más importantes en el negocio del hierro, pero ahora apenas hay nada que rascar. Como ya ni siquiera es rentable utilizando mano de obra esclava, se manda allí a los presos para que escarben y cambien lo que encuentren por tristes pedazos de comida. Viendo que es imposible enfrentarse a los guardias asumes con resignación tu destino cuando te meten en un ascensor tirado por esclavos, que se adentra en las profundidades más oscuras del lugar, hacia un infierno de fuegos brillantes, caras que gritan y la negrura impenetrable.
El principal añadido es la posibilidad de llevar acompañantes en el grupo (The Age of Decadence era una “epopeya solitaria”), con diez posibles (algunos no humanos), además de algunas modificaciones en cómo se lucha. Quizá lo de los combates sea lo que menos me interesa, pero parece que habrá algo de narración en nuestra lucha con las bandas que se han establecido en la prisión y también un nuevo sistema de alquimia y fabricación.
Sea como sea, la mejor noticia es ver cómo siguen teniéndole cariño a una ambientación con muchísimas posibilidades, de la que espero que sigan sacando el jugo. El 4 de noviembre veremos si van por el buen camino.
