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Dominical: Hurones, pájaro, gato y cintas de video #1

Dominical: Hurones, pájaro, gato y cintas de video #1 1

Bueno, como en el dominical escribimos lo que nos da la gana porque es la única ventana de Nivel Oculto que da al mundo real, gracias a la cual podréis daros cuenta que no somos robots que postean, hoy hablaré de por qué no he sido capaz de escribir un post esta mañana, por qué no he dormido nada más que tres horas esta noche, y por qué creo que es la mejor mascota del mundo.

Esta noche me acosté tarde, lejos de estar en cualquier lugar borracho cosa que no hago desde hace eones, me dispuse a hacer un poco de música y a reconfigurar mi equipo de sonido, y cuando mejor se hacen estas cosas es de madrugada, no se por qué. Así que allí estaba yo, dirigiéndome a la cama tras unas tres horas de trabajo medianamente fructífero, completamente destruido, y con mucho sueño.

Únicamente recuerdo que soñé algo sobre que nos robaban la casa, o similar hasta que, en la mejor parte del sueño (si es que puede haber mejor parte), alguien decide que es la hora de salir de la jaula, mi hurón Jack. El muy cabrón ha ideado una forma de que le hagamos caso, y es rascar el suelo de la jaula, lo que produce un ruido insoportable para el oído humano. A todo esto eran las ocho de la mañana. Si alguna vez necesitáis creatividad suficiente para rellenar un libro de insultos, tomad nota de esta forma.

Voy a la jaula y cojo del pescuezo al sin vergüenza y allí estaba él, tan mono con sus orejitas me hacía sentir como si yo fuera un asesino despiadado. Con el objeto de castigarle de forma inútil, le dejo en el trasportín un buen rato, pasado el cual le vuelvo a dejar en la jaula, situación que aprovecha para volver a rascar en el suelo como si estuviera poseído. Regla número 1: Los hurones son los animales más cabezones que conozco, son capaces de intentar hacer algo de forma cíclica hasta que lo consiguen.

Ante la total ausencia de métodos y la impotencia para conseguir hacerle callar, le suelto, y el muy cabrón se va a nuestra cama, a dormir. En ese momento te planteas si es a ti al que han entrenado en vez de tu al hurón. Ya no importaba, mi gato Spock ya estaba completamente despierto, y se fue con el hurón a jugar, para lo que hay que cerrar la puerta del baño evitando que el hurón se cuele por agujeros de donde no es capaz salir.

Aprovechando la coyuntura, intento volver a dormirme, eran las 9. Iluso de mí, el gato tenía unas necesidades incontrolables de ir al baño, a juzgar por los repetidos intentos de abrir la puerta subiéndose al pomo. Ya me volví a levantar, y ya era imposible seguir intentando descansar lo suficiente como para disfrutar de un domingo lúcido.

Mi señora y yo desayunamos, y ya soltamos a toda la tropa (tierra, mar y aire… si, también tenemos un acuario), gato, hurones y colocamos al pájaro de nuevo en la terraza. Nuestro canario “Curri” desafía las leyes de la física porque es capaz de cantar y que se le oiga en estéreo surround desde el garaje. Pero ese es otro tema que trataremos más adelante.

El espectáculo esta mañana ha sido dantesco. Mi cerebro ha dejado de funcionar y sólo era capaz de ver vídeos musicales ñoños en youtube hasta que mi gato ha decidido que no, saltando sobre el interruptor de la regleta del ordenador. Ahora, que me he despertado de tres horas de siesta con ronquidos incluidos, lo único que soy capaz de escribir es sobre esto, así que espero que os haya gustado.

La idea es contaros todas estas anécdotas inexplicablemente indocumentadas que nos ocurren a diario. Tanto Twinsen como yo somos amantes de los gatos, así que no creo que sea el único en lanzarme con este tema.

En fin, afrontad con sabiduría el final de la semana. Suerte!