Para los que no conozcan Do not feed the Monkeys, son dos juegos del estudio español Fictiorama Studios. Y aunque en sus nombres (Do not feed the Monkeys y Do not feed the Monkeys 2099) lleven la palabra “mono” no va de monos la cosa. O quizás sí… ¿No son los humanos, monos sin pelo? El caso que todo el lore de estos juegos se centrará en monos, jaulas y su alimentación o la ausencia de esta.
Un selecto y mono club
La historia comienza cuando una mañana recibimos el mail de un misterioso club, Club de Observación de Primates, con unas normas de lo más extrañas.
- No hablar a nadie del club
- Vigilar las jaulas
- No interferir en la vida de las jaulas
- Comprar jaulas cada semana o si no nos expulsarán del club
Y por último y la más importante: NO ALIMENTAR A LOS MONOS. Pero ¿Qué es esto de alimentar o no alimentar a los monos?
Cuando terminamos de leer el extenso mail y aceptamos sus condiciones, se nos instalará automáticamente un programa en nuestro PC: El Monkey Vision 2.1
Este programa nos muestra varias vistas de cámaras de vigilancia (las jaulas) con unos habitantes de lo más peculiar. Si recordamos una de las normas, es de vigilar las jaulas, es decir observar qué ocurre en cada una de las pantallitas. También veremos una tienda de jaulas y la posibilidad de desbloquear la grabación de jaulas y la vista nocturna.
Al principio empezaremos con unas poquitas, y para llegar al tope semanal deberemos comprar las demás. El problema viene cuando vemos que tenemos la cuenta del banco en números rojos, debemos pagar el alquiler cada 3 días sin falta y también comprar comida, que no vivimos del aire. Por ello deberemos buscar trabajos por horas, no muy bien pagados pero que nos darán dinero al instante…pero nunca es suficiente.
Cacahuetes para monos
Los juegos transcurren en 16 días cada uno, el primero en un presente lleno de revueltas, noticias de famosos cada 3 minutos y el segundo en un futuro lleno de aliens, lagartos bien integrados en la sociedad y criaturas de lo más variopintas.
Esta información nos será útil para contestar los mails del club a preguntas muy concretas de los habitantes de las jaulas: ¿A qué hora sale el mono de la jaula 3? ¿En qué planeta se esconde la mona de la jaula 16?… Si acertamos estos mails, nos darán dinero que será muy útil para seguir comprando jaulas.
Pero estas anotaciones también sirven para conseguir dinerito extra. Y es que aquí reside el tirar a la basura el título del juego: No Alimentar a los monos.
Estos 16 días serán frenéticos: Come, observa, trabaja duerme y repite… pero si podemos conseguir unos ingresos extra, podemos olvidarnos de las 8-12 horas de trabajo y continuar alcahueteando a nuestros monetes.
En las jaulas pasa de todo en las 24h que tiene un día, y deberemos observar cada una en diferentes horas por si hay cambios, como por ejemplo la adorable ama de casa creadora de galletitas y amante de su esposo por la mañana y directora de una corporación criminal alienígena-terrestre por la noche.
¿Qué pasaría si intervenimos y hablamos con los monos? ¿Qué puede pasar si grabamos a al fotógrafo en plena faena robando desnudos?
Pues varias y múltiples cosas. Bien para beneficio nuestro o para el monete.
Do not feed the Monkeys, son juegos de rejugar y ver los cientos de posibilidades y jaulas que contiene, puesto que una sola jugada por muy bien que nos salga, únicamente veremos 25 jaulas de las cuales, y siendo positiva, podremos prestar atención a unas 5. Deberemos jugar varias veces, para ver TODO el contenido del juego. (No diré cuantas vueltas y rejuegos le he dado, pero son mucho más de los que estáis pensando)
Pero volviendo a lo de alimentar a los monos, la norma de «Do not feed them» (no darles de comer) se refiere a no interferir y no interactuar con ellos, es decir: solo observar sus vidas, sus problemas e inquietudes desde esa pequeña ventanita.
Pero si utilizamos las jaulas en nuestro beneficio, podremos extorsionarlos, chantajear a los monos si su problema es muy jugoso para que se sepa por la prensa, grabándolos en una situación comprometida o (poniéndonos en lo peor) hacer que desaparezcan para siempre. Ahora bien, no todo va ser malo para los monos, también podremos llevarnos un pellizco siendo benefactores de un libro o productores de cine y apadrinando a cantantes si jugamos bien nuestras cartas y las de nuestros monetes.
También podremos ayudar a los monos en su problema y ellos nos ayudarán a nosotros, dándonos trabajo, regalitos para vender o una ayuda extra en nuestro día a día como llevarnos a la compra en coche y evitarnos la hora y pico que nos cuesta ir andando.
Mono alcahuete no come cacahuetes
La parte primordial de estos juegos es poner la oreja y la vista en las jaulas, anotar lo que nos llame la atención y sacar conclusiones. Pero para ello hay que sacar a la vieja del visillo que llevamos dentro, y ponernos en modo conspiranoico en pro de resolver los misterios que ocurren en las pantallitas.
¿Hay alguna persona en la sala que solo, repito QUE SOLO haya tomado notas para el club? Nah, lo dudo mucho, a todos nos mueve ese morbo de “huy la de la jaula 5 está con alguien que no es su marido en el dormitorio, baja el volumen que no me entero”
Pero la vida de un alcahuete de primera no vale de alimentarse de cacahuetes, pizza o hamburguesa y dormir 3 horas diarias. Nuestra salud es una prioridad y hay que comer frutita, y dormir bien para poder rendir cada día en los trabajos de mierda que tenemos.
Y es que 16 días y 25 jaulas parece que dan para mucho, pero lo cierto es que no. Entre estar pendiente del alquiler, la salud, el cartero y el trabajo, tendremos el tiempo justo para espiar y respirar.
En algunas jaulas, deberemos tomar notas propias, no en el cuaderno del juego, si no en ese que tienes en el escritorio lleno de dibujines. Esas notas nos harán falta para la segunda o tercera vuelta que demos y podamos resolver el misterio de esa jaula tan particular. Esta es la estrategia que he seguido yo, es imposible resolver todo en una tirada de unas 6 horas, como en un buen roguelike, deberemos aprender de los errores pasados y salir de nuevo al zoo.
El mono que no sabía que estaba en una jaula
A partir de aquí es posible que haya spoiler de la trama
Nuestra apacible vida en el club mono dura 16 días, pero puede durar menos, como ya he dicho anteriormente, si no compramos jaulas, si nos pillan alimentando monos o si no pagamos el alquiler… Game Over monete.
No obstante, si completamos los 16 días con más o menos normalidad, la mañana del 16 vendrá el cartero con una carta imposible de rechazar. Esta carta da por finalizado el juego, dándonos una panorámica nada alentadora de nuestra vida y de la vida de los monetes después de intervenir o no haciéndolo.
Veremos una vista de una persona sentada al ordenador, con una habitación desarreglada, llena de ropa y comida por doquier, con un filtro curvo de cámara de seguridad…lo que me hace replantearme ¿El socio del club es a la vez una jaula de un miembro superior del club o de otro club?
El ser humano es cotilla por naturaleza. Nos intriga saber lo qué pasa en la calle cuando oímos a varias personas discutir o hablando fuerte. Nos mueven los cotilleos famosiles aunque lo neguemos, incluso en el mundo del videojuego un rumor es siempre bien recibido (Hola Switch 2) Entonces, es muy probable, que mientras nosotros estamos tan cómodos vigilando nuestras jaulas, seamos la jaula de alguien superior y haga que venga el cartero equivocado a entregarnos un paquete que sea de nuestro vecino, y que quiera ver ese ser superior, nuestra reacción y duda de si aceptarlo (aun sabiendo que no es para nosotros) o decirle que no es aquí y busque por el edificio…
Aunque… ¿Lo habéis rechazado en alguna de las partidas? ¿No os mueve la curiosidad de ver que ha pedido vuestro vecino?
Los creadores de Do Not Feed the Monkeys lo saben muy bien, saben que no vamos a decir que no a un paquete gratis (No lo hagáis en la vida real) que nos encanta inmiscuirnos en la vida de otros y más si tenemos de protección una pantalla de ordenador, a modo de trol que cree que puede hacer lo que le venga en gana.
Do not feed the Monkeys, juega con eso, con estar en la fina línea que separa el bien del mal dentro de lo moralmente correcto. De sí ayudaremos a los monetes o si haremos de su vida un autentico infierno.
Todos nuestros actos tendrán una consecuencia que veremos reflejada en la prensa y en las jaulas. Cuando terminemos con una jaula, sea para bien o para mal, el club la cerrará y no podremos interferir en ella ni tomar notas, solo ver nuestros actos.
A veces ver una muerte en pantalla de una persona a la que no hemos podido salvar será bastante doloroso y nos dará un empujón a intentar salvarla en una vuelta más y otra, y otra…
Feed me
Alimentar a los monos tiene muchos matices, y es que en ocasiones haremos de juez, jurado y verdugo. Os pongo en el caso de la jaula de la chica ex – alcohólica que se libró de ir a la cárcel porque sus padres eran ricos. Esta chica tuvo un terrible accidente en el que mató a dos personas, ahora la vemos feliz en su jaula, trabajando en una compañía de seguros y teniendo una vida aparentemente normal, olvidando lo que hizo…
Siempre y cuando se mantenga lejos de la tentación, este mono es una ciudadana ejemplar y modelo, pero ¿Qué pasaría si llega a sus manos una botella de wisky? ¿Qué ocurriría si no le llega solo una, si no varias? ¿Y si somos nosotros los que se las mandamos?
La aplicación de Monkey Vision, trae consigo una tienda para las jaulas, es decir, que tendrá objetos con los que podremos intervenir y alimentar a los monos. Usarla o no, es solo cosa nuestra.
Do not Feed The Monkeys jugará con nuestras ansias de creernos dioses tras la pantalla, de jugar con los monetes como si fueran nuestras marionetas. De llevar sus vidas al limite o de sacarlos del pozo en el que se han metido. Con cuidado de no llevar nuestra propia vida al límite y que se nos olvide descansar.
Club de monos alcahuetes
En plena era de “Necesitamos gráficos más realistas” Fictiorama Studios nos han traído 2 juegos de estética pixelada y con toques de los Point & Click noventeros de motor SCUMM, con puntero de cruceta y diálogos divertidos y sesudos que nos van a reventar la cabeza en más de una ocasión.
Con un guion que juega con moralidades y decisiones que nos pondrán en un brete y nos harán replantearnos nuestra propia moralidad. Quizás no somos tan santos, ni tan “la vida de los demás no me importa”. Seguramente descubramos un nuevo yo que nos de miedete pero nos guste, ese nuevo yo lleno de ansias de alcahuetear e interferir en las vidas de los demás.
Un yo cotilla que se ríe de las desgracias de los monetes, mientras pone sus manitas como el Sr Burns de los Simpson.
Sea como fuere, seguro que lo que descubrimos mientras jugamos a Do Not Feed the Monkeys, sea algo que nos haga reflexionar, tanto por la vida de los monetes, como la del socio del club y la nuestra propia.
¿Habéis comido bien hoy y habéis bebido agüita? ¿Habéis dado un paseo? ¿Cuándo fue la última vez que dijiste te quiero? ¿Y cuándo fue la última vez que pusiste la oreja para oír la conversación de la vecina del 3º bajando el volumen de la TV?
Seguro que de la última pregunta hace poquito, pero recuerda: aliméntate tú, no a los monos.