Personalmente, cosas como el fiasco de SimCity me dolieron tanto porque uno de mis géneros (o subgéneros) favoritos es el constructor de ciudades. Desde pequeño, me dabas un Sim City 2000 o algo que se le pareciera y ya tenía entretenimiento para el resto de mi vida. Sabiendo esto, ha sido ver Banished y esbozar una enorme sonrisa ante su propuesta.
En el juego encarnaremos a un grupo de exiliados que se hartan de viajar y deciden establecerse. Al principio, lo único que tienen consigo son sus ropas y su esfuerzo para salir adelante. A partir de ahí el objetivo es prosperar como pueblo y llegar a convertirse en una cultura propia. Para ello tendremos que cazar, recolectar, comerciar, sembrar los campos, pescar…y todo esto debe hacerse de forma sustenible si queremos que la población viva mucho tiempo. Por ejemplo, si talamos los bosques nos quedamos sin ciervos o sin lugar del que sacar medicinas, igual que si explotamos la tierra con cultivos extensivos se acaba arruinando y deja de dar fruto.
Lo más curioso es que no hay dinero: el único recurso del juego son los pobladores, con sus dieciocho profesiones distintas (sastre, granjero, sanador, cazador, herrero…). Debemos estar pendientes para que estén bien alimentados y con todas sus necesidades cubiertas, e irán naciendo nuevos habitantes mientras los primeros envejecen y mueren. Tampoco hay avances tecnológicos: todo se puede construir desde un principio, siempre que tengamos los recursos exigidos. Si acaso, podremos comerciar para obtener los recursos que nos faltan, pero siempre mediante trueque.A mí la propuesta me ha encantado. Más teniendo en cuenta que es la obra de una única persona, desde cero. El creador dice que no descarta lanzarlo en Kickstarter una vez esté más pulido, aunque el juego está ya en fase alfa y previsto para medidados-final de 2013.Página Oficial