Ya lo he comentado más de una vez, pero tengo un problema de super-empatía con todo lo que se refiere a los animales. No juego, leo o veo películas donde la mascota de turno sufra/muera/ambas cosas porque me parte por dentro. En su momento lo intenté con la saga Shelter y sufría pequeños ataques al corazón ante la posibilidad de perder a uno de los cachorros, por lo que comprenderán que he abordado este acercamiento a Balthazar’s Dream con prudencia hasta que gracias a esta entrada de Javier Alemán, he confirmado que aquí quien está jodido es el amo del perrete. Todo correcto.
En Balthazar’s Dream encarnamos a Balthazar, un perro cuyo dueño, un niño llamado Dustin, se encuentra en coma tras ser golpeado accidentalmente por un camión de helados. Sus lesiones son graves y prácticamente no hay esperanzas de que despierte, pero el bueno de Balthazar no se moverá de su lado. Mientras espera una improbable recuperación, Balthazar sueña con cosas de perro, pero poco a poco descubre la presencia de dos entidades dentro de sus sueños, una es sin duda alguna Dustin, pero otra se muestra amenazante tras un halo de oscuridad. Nuestro peludo héroe no duda de que su misión será guiar a su dueño a través de sus sueños para traerlo de nuevo a su lado.Tras esta triste historia lo que se esconde es un título de plataformas clásico donde tendremos que recorrer diferentes los diferentes sueños por los que viaja Balthazar. El trabajo desarrollado por Psilocybe Games a nivel de arte resulta notable, con un pixel-art bastante trabajado en el que se nota un especial mimo en mantener constantemente esa tonalidad de ensoñación en los diferentes niveles. No ocurre lo mismo con las animaciones, las cuales a mí personalmente me rascan, sobre todo teniendo en cuenta que nuestro perrete realiza acciones poco propias de su condición, como colgarse en una liana, lo cual exige un esfuerzo extra en dotar de cierta lógica perruna al asunto.
Balthazar’s Dream ya se encuentra disponible en Steam para PC y Mac y por el momento las críticas son positivas. Es probable que con un protagonista más genérico no le hubiese prestado la misma atención, ¿pero quién puede decir que no a los sueños de un perro?Página Oficial
