En 1996 nacía la heroína de videojuegos más famosa hasta el día de hoy, su nombre Lara Croft. Todo comenzó siendo un interesante plataformas 3D donde nuestra arqueóloga favorita debía recuperar una serie de artefactos, siempre con el peligro de una caída desafortunada o el ser devorada por un enorme dinosaurio. Pasaron los años y la popularidad fue creciendo al mismo ritmo que la talla de sujetador de esta belleza poligonal, hasta el punto de llegar a la gran pantalla. Pero no todo es color de rosa.
Las nuevas aventuras no tenían el apoyo y contundencia de sus primeros juegos, los fans pedían a gritos una revolución ante clones sin demasiada profundidad de sus primeros títulos. La realidad es que se escucharon las suplicas y salió al mercado una especie de Spin off llamado Lara Croft y el Guardián de la luz que buscaba la simplicidad y jugabilidad antes del espectáculo visual de otras entregas. Aunque satisfechos los seguidores no quedaron contentos del todo ya que era una aventura menor para lo que estaban acostumbrados con la versión femenina de India Jones.
Desde que mostraron las primeras imágenes y vídeos del juego la gente quedó encantada por la nueva perspectiva que querían darle a la saga. Un enfoque muy cercano al fantástico Uncharted dejando de lado las clásicas plataformas para ser una aventura de acción. Si bien es cierto que en mi interior veía que esa encriptación de la que hace gala el título de Naughty Dog no casa demasiado con el tipo de jugabilidad que me gusta, lo cierto es que el resultado final ha sido de lo más favorable.
La aventura comienza con el naufragio del barco con el que Lara y sus compañeros pretenden descubrir más sobre la historia de la reina del Sol, llamada Himiko. Sin darnos cuenta nos vemos perdidos en medio de una isla, sin nada más que lo puesto a lo que más tarde iremos añadiendo un arco y una radio con la que nos comunicaremos con otros supervivientes. La premisa es de lo más socorrida y da pie a todo lo que después tendremos que vivir.
A pesar de que intentan engancharnos con un hilo argumental más cercano al terror que a otra cosa, quizás de ahí vienen las voces que antes de su salida al mercado decían que tendría toques de survival horror, lo cierto es que solo sirve de alimento al resto de situaciones que viviremos, siempre en el filo de la muerte y la desesperación.
En muchos aspectos me ha recordado a la trama vivida en Resident Evil 4, donde sin saber muy bien por qué seremos diana de todo habitante del lugar, que dicho sea de paso la isla tiene más población que capitales de provincia de España. Y por momentos la forma de narrarlo queda difusa y personalmente me ha costado seguir a cada personaje que aparece ya que tienden a ser muy planos y confusos.
Dejando de lado estos detalles argumentales, estamos ante una aventura magnífica. Personalmente creo que podrían haberse arriesgado más y creado una nueva IP ya que poco tiene que ver con la exploradora que todos conocemos. Los saltos precisos y el tener que activar palancas en el otro lado del mundo han desaparecido para dar paso a combates arco en mano y QTE constantes. Y aunque parezca lo contrario me parece una evolución muy inteligente.
La jungla es escenario de múltiples combates en los que Lara se cubre de forma automática con lo primero que tenga delante. Una variación muy positiva frente a este tipo de enfrentamientos tan populares es que nuestra cobertura se va destruyendo conforme el enemigo impacta sobre la superficie obligándonos a cambiar de posición. A pesar de que los enemigos carecen de inteligencia artificial alguna que otra vez nos veremos en apuros, sobre todo contra los que van acorazados tras escudos. En esas situación el combate cuerpo a cuerpo gana enteros y podremos demostrar nuestra agilidad pulsando el botón concreto que nos aparecerá en pantalla.
Nuestro arsenal consta de cuatro armas: Una escopeta, una metralleta, una pistola y el arco. Este último es la estrella de nuestro inventario y será útil no solo para abatir enemigos (y animales, aunque la caza no sirve para nada) sino que será fundamental para alcanzar otras posiciones y desplazarnos por la isla. Nuestra mochila además contará con más extras, como un pedernal, determinadas herramientas, cuerdas, etc.
Algo de la esencia de los Tomb Raider anteriores se encuentra en que podemos sentirnos perdidos en algunos momentos, para ello se ha incorporado el instinto de supervivencia que nos iluminará el camino. No aconsejo abusar de ello ya que elimina todo el factor sorpresa y hace la cosa mucho más fácil de lo que ya de por si es. Como decía antes los saltos imposibles han dado paso a movimientos más predecibles pero que se realizan de manera espectacular. Es como vivir una película de acción, pero sin perder en ningún momento el control de la situación, algo en lo que podría caer con facilidad.
Un aspecto destacado son las cuevas que nos plantearan ciertos puzles que una vez resueltos nos proporcionaran recompensas en forma de restos, experiencia o piezas para las armas. Hubiese sido interesante que estas localizaciones, en muchas ocasiones secretas que descubriremos por el tintineo de una campana, se hubieran usado más. Es una aventura de larga duración o al menos más de lo que esperaba cuando la comencé. Es cierto que no deja de repetir una y otra vez el mismo patrón. La chica es capturada, está logra escapar y se mueve con libertad durante un rato para más adelante volver a ser cogida y el bucle se repite.
En conclusión y a pesar de que le he dado algunos palos no puedo más que recomendar este reborn de Tomb Raider. No es un juego perfecto ni pretende serlo pero nos dejará una muy grata sensación ya que sabe ser agradecido al esfuerzo de la exploración y nos instará a volver a visitar localizaciones que ya teníamos olvidadas.
Bienvenida de nuevo Lara.