The WayCrítica
Hace solamente unas pocas semanas que compartí mis primeras impresiones de The Way, después de haber podido jugar a una versión anticipada de demostración. Ahora, tras acabar el juego completo, que salió a la venta el pasado 20 de mayo, toca evaluarlo. Como ya expliqué entonces, The Way pertenece al estudio independiente polaco Play Way, cuya idea original se gestó con la intención de tomar como modelos los clásicos Another World, Flashback y Heart of Darkness. Con este anuncio tan atrayente el proyecto fue capaz de reunir más de 23.000$ en Kickstarter.
Ya emití en la pasada ocasión mis reservas respecto a los homenajes de juegos de culto, más si cabe por ser Another World y Flashback dos de los ejemplos más reconocidos entre las obras de autor. Crear espectativas citando a estos grandes arquetipos puede ser especialmente perjudicial si el resultado no es convincente o si acaba siendo más plagio que reminiscencia. Sin embargo, tras probar la demostración, en la que se podía jugar todo el capítulo introductorio, me quedé sobradamente satisfecho. Pero recordemos primero de qué trata el juego y explicaré luego con detalle cuál es el resultado final.
En The Way asumimos la personalidad de un astronauta que, obsesionado con resucitar a su difunta esposa, planea volver a un planeta en el que presuntamente se encuentra la tecnología extraterrestre capaz de obrar el milagro. Como sabrán algunos aficionados a esta temática, el logro científico de la resurrección es uno de los argumentos propios del género fantástico y los diferentes subgéneros de la ciencia ficción, con ejemplos literarios variados como el Frankenstein de Mary Shelley o el Hyperion de Dan Simmons, así como también en el cine. Las cuestiones metafísicas implícitas en el asunto, que no es más que la revisión del mito de la inmortalidad, lo convierten en un buen motivo para desarrollar una historia atractiva en la que la tecnología sustituye al elixir de la eterna juventud, al pacto fáustico o a cualquiera de las otras antiguas fórmulas soñadas que nos rescatan de la muerte y nos conducen a la eternidad. La ciencia convierte al ser humano en Dios, con todo lo que esto supone en el argumentario moral.
Mediante esta interesante trama podemos establecer en The Way una primera semejanza con otro videojuego que no nombran los autores en su página oficial pero que resulta evidente según avanzamos en la historia: The Dig; en realidad los parecidos con la aventura gráfica de Lucas Arts son varios, como explicaré más adelante. The Way es eminentemente un videojuego de acción y plataformas en el que también hemos de resolver enigmas y rompecabezas, pero el argumento intenta ser más complejo que lo acostumbrado en los títulos de este estilo. Si bien es verdad que he echado en falta algún giro de guión inesperado y mayor complejidad en la trama, la historia se va resolviendo con solvencia e incluso con ciertos momentos emotivos, bastante satisfactorios, teniendo en cuenta el género que tratamos. En cambio y puestos a pedir, hubiera preferido una aventura más enrevesada y mundana que la homérica solución que nos plantea The Way, en la que la odisea del protagonista consiste en afrontar distintas pruebas mortales que los desaparecidos moradores del planeta alienígena ingeniaron para esconder el milagro de la vida eterna. La linealidad de sucesos que encontramos, una vez partimos de la Tierra, contrasta un poco con el excelente reto del episodio inicial, planteado como una lógica de problemas paralelos.
Dejando a un lado mis gustos personales, sí he de decir que la ambientación es el aspecto más conseguido del juego, sobre todo porque la banda sonora logra transmitir la sensación de misterio que requiere el argumento. Al mismo tiempo me gusta el recurso de mostrar las descripciones del escenario con mensajes flotantes, como apoyo visual del decorado. Como decía, también se han conseguido algunas estampas concretas emocionantes que nos involucran en esta historia de amor. Sin embargo, el apartado técnico resulta ser el elemento más criticable de The Way. Tengamos en cuenta que las animaciones rotoscópicas de Another World y Flashback siguen siendo impresionantes hoy en día, e incomparables con el trabajo de una compañía modesta como es Play Way. El grado de realismo e inmersión que transmitían los protagonistas de los juegos de Delphine Software no se reproduce en The Way. Esta diferencia es comprensible, pero dejando a un lado las comparaciones, lo cierto es que el comportamiento del sprite del protagonista no cumple con la precisión que exige un juego de acción y plataformas. De resultas, los errores de cálculo en los saltos y movimientos se producirán más por este defecto técnico que por nuestra torpeza con el mando, lo que resta mucho a la impresión final que produce el juego.
Por otra parte, por lo que se refiere a los puzles que encontramos en The Way, veremos otra semejanza evidente con la aventura gráfica de Lucas Arts, tanto por su cantidad como por el estilo y dificultad, aunque tenemos en esta ocasión una de cal y otra de arena. La mayoría de los enigmas y rompecabezas son ingeniosos o al menos, si no son especialmente originales, tiene cierta lógica su inclusión en la aventura. Sin embargo, otros parecen un relleno sin justificación, lo que nos lleva a esa sensación que comentaba de sucesión lineal de problemas, un capricho de los antiguos moradores del planeta alienígena, sin otro propósito que ejercer como una barrera más que nos impida avanzar hacia la meta. Por ese motivo considero que, salvo ciertos momentos conmovedores o desafiantes, el resto de la aventura no está a la altura del capítulo inicial que tanto me gustó. Con todo, tengo que decir que The Way me ha tenido enganchado sin interrupción hasta el final por lo mucho que me gusta este tipo de aventuras y porque en conjunto me parece un trabajo meritorio, de lo mejor que he jugado este año, a pesar de sus defectos. Por tanto no voy a concederle el sello de distinción de Nivel Oculto, pero sí lo recomiendo encarecidamente a todos aquellos que sientan un afecto por los citados juegos de culto de Delphine Software, porque The Way será, sin duda, lo más parecido que podrán encontrar a los modelos originales.