Hace tiempo hablamos de The Horror at MS Aurora, un juego de terror que nos quería lanzar a un barco carguero perdido en la nada para pasarlo mal. En la noticia yo ya comentaba que a mí todo lo que sea no hacer pie en el agua me da cosica, así que alguien tan impresionable como servidor era la elección lógica para este análisis.
Sin más dilación, empezamos encarnando a Frederick Kirk, el nuevo primer oficial del MS Aurora. Pronto nos quedará claro que es un novato en todo esto de llevar un barco en un fantástico prólogo que se toma todo el tiempo del mundo para presentarnos el carguero, los personajes y el ambiente. Hasta que, claro, se lía gorda.
Así debería ser el terror: corto, intenso e inmersivo
Resulta curioso que ya desde el principio 12 O\’Clock Studios nos adviertan de la duración del juego. Lo hacen dos veces en el texto que acompaña al título en Greenlight, así que ellos mismos saben bien cuál puede ser una de las quejas. Sí, The Horror at MS Aurora es una experiencia corta, que no te durará más de dos horas. Pero también cumple con las otras dos premisas de su declaración de intenciones: da miedo y consigue sumergirnos en la triste epopeya de Frederick Kirk.
Los referentes más cercanos son The Walking Dead y Heavy Rain (en cierta medida, más este último), controlaremos a Frederick con la típica combinación WASD y el ratón, pero para determinadas acciones se nos pedirá que pulsemos la Z,X ó C y no van a tener piedad alguna con nosotros si no lo hacemos a tiempo. Lo mismo, con movimientos del ratón. En general los puzzles son sencillos al inicio, queriéndonos mostrar cómo vamos a manejar a nuestro protagonista, pero luego empiezan a complicarse hasta llegar a partes donde lamentaremos haber nacido (como en cierta persecución en la que estuve enfrascado unos quince minutos). Aún con su corta duración da tiempo a desplegar varias mecánicas originales y trabajadas, que prefiero no desvelar para no fulminar la sorpresa.
Más allá de eso, sabemos que con esos referentes la jugabilidad va a estar limitada porque el juego quiere centrarse en contarnos una historia. Y a pesar de estar constreñida por su duración, la historia cumple también. Como ya he dicho, se toma su tiempo para empezar y luego es coherente en todo su desarollo, exponiéndonos a varios momentos de terror, a situaciones escabrosas y de gran carga emocional. No comete el error de muchos títulos de miedo al dejarnos luchar contra lo que mora en las sombras, sino que sólo nos da una opción lógica: evitarlo.
Así genera indefensión en el jugador, que empieza a sentirse como el pobre Frederick a medida que avanza la trama. Y al terminar, uno se queda con ganas de más: no porque el final nos engañe con un cliffhanger o quede algo por explicar, sino porque, en cierto sentido, la historia nos pide ir más allá.
Quizá soy yo, pero creo que al juego le haría un grandísimo favor convertirse en algo episódico, intentar recorrer la vida de Frederick un poco más allá de lo que pase en el barco. Pero no me quiero enrollar: la trama cumple y es satisfactoria especialmente si le tienes cariño a las historias de Howard Phillips Lovecraft. De hecho, no desentonaría en una partida al mítico juego de rol “La Llamada de Cthulhu” (y probablemente por mi pasado rolero esté enfrascado en lo de continuar la historia).
Lo más sorprendente de The Horror at MS Aurora es que, sabiendo sus limitaciones, siempre lo pelea como si fuera una producción potente. Los valores de producción son francamente indies: el juego está construido sobre un motor Unreal y tiene diseños y animaciones toscas además de algún que otro fallo gráfico, pero eso no le impide aspirar a más. Por eso la palabra para definir el título es ambición.
Ambición porque, a pesar de haber sido desarrollado por un pequeño equipo de personas, no ha escatimado en detalles. Los diálogos están íntegramente doblados, la banda sonora (que mete mucha tensión) ha sido grabada por la Filarmónica de Bielorrusia, a pesar de la duración sabe introducir varias mecánicas muy interesantes…
Al final, incluso con sus pequeños fallos, queda un juego muy digno y fiel a lo que el estudio nos prometía. Es corto, pero es intenso e inmersivo. Es honesto con sus posibilidades, pero aún así lucha para compensar sus limitaciones. Y por el camino nos hace pasarlo mal, maldecir en voz alta los errores que no nos perdona y lamentarnos cuando tengamos que luchar por sobrevivir a costa de todo. Espero que durante el desarrollo del título el equipo haya aprendido de sus fallos y se animen a traernos algo más largo y pulido: ¿quizá esta misma historia en forma de episodios?
Juego en Desura
Greenlight