Análisis: The Cat Lady

Análisis: The Cat Lady 7
Análisis: The Cat Lady 2
Fecha de lanzamiento
1 diciembre, 2012
ESTUDIO
Harvester Games
EDITOR
Screen 7
PLATAFORMAS
PC

Llevo un par de días dándole vueltas a The Cat Lady y a la mejor manera de enfocar su crítica. Después de terminarlo, de revisar las notas tomadas durante el juego y de pensar mucho en ello no consigo encontrar la manera de describir los cientos de matices, prácticamente únicos dentro de este medio, que me ha ofrecido la obra de Michalski. La explicación de porqué no puedo es tan dura como sencilla: carezco del talento necesario para plasmar con palabras el perturbado viaje al que me ha sometido un título que me ha removido tripas y corazón. Aquí deberían estar Clive Barker y David Lynch hablándoles de las infinitas metáforas que contiene cada frame de The Cat Lady, pero lamentablemente sólo estoy yo, así que espero que sepan disculparme.

El tiempo que tarda el juego en poner sus cartas sobre la mesa es de unos 10 segundos, que es el tiempo que va entre el doble click al icono del escritorio y el cartel que nos indica que lo que vamos a ver contiene extrema violencia, sexo, mutilaciones, canibalismo y todas esas cosas que son para mayores de 18 años. No es una advertencia, no suena como “eh, coja a su pequeño y aléjelo de este producto”. Todos sabemos que su pequeño no se acercaría jamás a este juego, el cartel es casi un guiño al usuario adulto, un beso envenenado ante quien cree haberlo visto todo, el usuario ufano que se sienta delante de su PC pidiendo una vez más sentirse asustado delante de un videojuego. Sin embargo la sangre, las mutilaciones, el canibalismo y todo aquello que debería hacer que tu sobrino se mantenga alejado de este producto, sirven únicamente como vehículo para contar la historia de Susan Ashworth. Ojo, hay sustos, hay un puto mal rollo constante que destrozaría la psique al más pintado, pero no es un juego de terror. Es un juego sobre la necesidad del perdón, hacia uno mismo y hacia los demás, sobre la esperanza, sobre las ganas de vivir aunque no haya ninguna razón para ello, sobre la pérdida y sobre la amistad de dos mujeres.

Susan Ashworth es The Cat Lady. Vive sola en su apartamento pero a pesar de su apodo no tiene gatos. Los únicos gatos con los que tiene contacto, a parte de un gato reloj que mueve la cola a cada segundo y que parece marcar el ritmo de sus días, serán aquellos que vengan a su casa cuando ella toca el piano. Sus vecinos no la hablan, no tiene amigos, y nada parece salirle bien en la vida, ni siquiera su propio suicidio con el que comienza el juego y que en vez de acabar en muerte, nos llevará a un extraño mundo onírico donde conoceremos a una anciana que se hace llamar Queen of Maggots. Ella será quien nos instará a realizar una misión consistente en matar a cinco personas a quien denomina como “Parásitos”, y quien siempre en palabras de de la anciana, pretenden acabar con nosotros. Casi a regañadientes Susan aceptará la “misión” encomendada por la anciana, y tras esto volveremos a la vida en un hospital, donde comenzará realmente el viaje catártico de nuestra protagonista.

El control de nuestra protagonista (y de algún otro personaje que controlaremos puntualmente) se aleja del canónico point&click prescindiendo completamente del uso del ratón. Todo el control se realizará con las flechas del teclado y el enter, lo cual resulta algo extraño al principio, pero tras un periodo de adaptación llegas a la conclusión de que es el método más cómodo tal y como se desarrolla la aventura. Más aún si lo juegas en un portátil. El inventario se encuentra siempre visible en la parte inferior, y normalmente no contaremos con demasiados objetos como para que su uso se haga incómodo.

La integración de los puzles con los diálogos y el desarrollo de la aventura son un ejemplo perfecto de trabajo bien hecho. Gran parte de la trama la pasaremos ayudando a Susan a escapar de distintos escenarios, lo que implica que en algunas ocasiones incluso podremos morir. No es un gran problema puesto que el juego nos devolverá prácticamente al mismo instante en el que estábamos, pero añade cierta presión a la resolución de los acertijos, ya que no son especialmente complicados. Para darle más emoción al asunto, en alguna ocasión tendremos que resolver el problema en un tiempo límite, a costa de ver como Susan pierde completamente la cabeza si fracasamos. Esta ejemplar interacción resulta aún más meritoria si tenemos en cuenta que en muchas ocasiones no tendremos claro si lo que estamos viendo es real, elemento que adquiere importancia cuando alguno de los personajes te pregunta sobre conversaciones o sucesos acaecidos durante el juego.

Valorar The Cat Lady como un videojuego al uso sería completamente absurdo. Contiene elementos afines al videojuego, pero escapa de sus reglas constantemente, incluso a las propias del género en el que se enmarca. Gran parte de del personaje de Susan lo construiremos nosotros con nuestra elección en los diálogos, y por supuesto tendrán repercusión en el desarrollo de la trama y en el comportamiento de algunos personajes. Desde el principio sabemos que Susan no es feliz pero ignoramos los motivos que la han llevado a ese estado. Este hecho será fijo hagamos lo que hagamos, pero parte de las consecuencias del mismo podrán variar en función de nuestras decisiones. El objetivo que la anciana propone a Susan y el camino que ha de recorrer para completarlo será la única salida posible al infierno en el que se ha convertido su existencia, y esa vía de escape pasa inevitablemente por Mitzi, la otra gran protagonista del título. No puedo hablar demasiado de Mitzi sin destripar la trama pero me atrevo a afirmar sin pudor que se trata de la mejor pareja femenina creada jamás en el medio. Ambas establecerán una relación que se aleja del habitual maniqueísmo del sector, presentando a dos mujeres rotas por dentro que a pesar de todo unen fuerzas en pos de distintos objetivos que acabarán entrelazándose. Para ello, Michalski se toma todo el tiempo que cree necesario, frenando la urgencia inicial de ambas mujeres para ralentizar la trama las veces que haga falta y mostrar exquisitos retratos de intimidad. Contemplar a Susan y Mitzi tomando un café en el balcón mientras la sempiterna lluvia oscurece el paisaje, otorga el respiro necesario para el jugador dentro de tanto horror, a la vez que da solidez a la relación establecida entre ambas mujeres.

No entiendo tanto de arte como para explicar con palabras el exceso visual de The Cat Lady. Al principio del texto hablaba de Clive Barker y David Lynch, pero podríamos incluir en el lote la La Escalera de Jacob de Adrian Lyne o Dalí en el cúmulo de influencias que utiliza Remigiusz Michalski para dar forma a al viaje de Susan. El uso de colores fuertes mezclados con un sobrio blanco y negro del que nunca escapa la protagonista agudiza la sensación de irrealidad que transmite el título. A esto hay que sumarle una banda sonora completamente industrial aderezada con composiciones puntuales de distintos autores que sirven para acentuar diferentes momentos importantes. El autor no teme mezclar bellos paisajes, como un puente sobre un río al atardecer o cálidos atardeceres en campos de trigo, para luego introducirnos en un circo de los horrores que parece no tener fin. Mención a parte merece la impresionante labor de doblaje de ambas protagonistas. La calidad del sonido no puede considerarse ni mucho menos profesional, pero las actrices que interpretan a Susan y a Mitzi realizan una labor interpretativa llena de matices y tristeza.

The Cat Lady es un juego único en su mayoría de aspectos. Destaca en todo lo que se propone y en algunos casos simplemente eleva el listón a un lugar donde pocos osarían acercarse. La narración desestructurada a nivel visual crece de una manera natural y sin necesidad de peroratas ni mensajes crípticos a través de unos personajes que gracias a su dolor parecen sentirse cómodos dentro de esta pesadilla. Al contrario de títulos que planean el horror desde el desconcierto del personaje (te hablo a ti Silent Hill) y no son capaces de crear motivaciones dentro del mismo que le hagan continuar, The Cat Lady decide tomarse el tiempo necesario para que las acciones de nuestras protagonistas tengan sentido dentro de la historia. El único momento en el que el título se tambalea es cuando decide pensar en lo que se espera de él y se recrea con los momentos de gore extremo, personalmente no me molestan pero pueden desviar el foco de la historia a un sitio que no es el que debería. The Cat Lady es la mejor experiencia narrativa que he vivido en un año de excelentes experiencias narrativas. Imprescindible.

RECOMENDADO
The Cat Lady es un videojuego único, un tour de force narrativo que no se juega, se afronta.
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