Se podría decir que 2011 ha sido un año de redención para personajes que habían gozado de momentos de gloria pero que el tiempo y las nuevas tendencias los habían alejado de la genialidad al condenado anquilosamiento. Dichas redenciones han sido más que satisfactorias como el caso de Sonic Generations, donde Sega quiso encumbrar a su mascota por su vigésimo cumpleaños. Sin embargo, el título que nos ocupa, se diferencia profundamente del título de Sega debido a su poca publicidad y el poco interés que ha mostrado el público a lo largo de su desarrollo. Algo totalmente injusto. Hagamos memoria. Rayman Origins se presentó durante el E3 del 2010 como un juego descargable. Donde se anunció que trabajaban en el título nada más que cinco personas con el creador del personaje, Michel Ancel, así como de obras tan reconocidas y queridas como Beyond Good & Evil. El título no mostró demasiado interés, por no decir nulo. Algo injusto visto lo visto, pero totalmente justificable si tenemos en cuenta los últimos títulos creados de Rayman, con esos dichosos conejos repelentes en dos recopilatorios de mini juegos que habían sentenciado a muerte a nuestro querido y entrañable personaje. Michel Ancel tenía la tarea de volver a encumbrar a su criatura a lo más alto. Qué mejor idea que traerlo a sus orígenes. Cuando Rayman era un increíble y colorido plataformas en 2D. Antes de pasar por el lavado de cara que le hicieron en Rayman 2, donde se convirtió en un genial plataformas en 3D y con un Rayman 3 que seguía su misma trayectoria, pero ensombrecido debido a la arrolladora competencia que tuvo en esos tiempos (Jak & Daxter, Ratchet & Clank, Sly Raccoon).
Las buenas intenciones estaban, que no el interés del público. Ello no impidió a Ancel trabajar duro para devolver a su hijo a su esplendor, en un desarrollo independiente, con absoluta libertad creativa y carente de presupuestos millonarios. Sólo Ancel, sus trabajadores y un compendio de geniales ideas, amor y mucho entusiasmo por crear un gran juego. Todo ello ha conllevado a que Rayman Origins se convierta en un juego completo, alejándose de su condición de título descargable y como uno de los mejores plataformas en 2D de esta generación. Si el 2010 el personaje de los plataformas en 2D fue Donkey Kong, el 2011 es el año de Rayman.
Como viene siendo habitual en este tipo de juegos, la historia es absolutamente segundaria, únicamente usada como pretexto para surcar los más de 60 niveles que encontraremos esparcidos en sus diversos mundos, todos y cada uno de ellos ambientado con una determinada estética, como paisajes nevados, chucherías, industrial… La estructura es muy similar en cada uno de ellos. Donde deberemos ir recolectando lums y rescatando a electoons encerrados en su jaula. Cada final de nivel termina con nuestro personaje liberando a los electoons de su encarcelamiento. Sin embargo, en cada uno de los niveles hay esparcidas cinco jaulas inteligentemente bien escondidas y que supondrá un reto de habilidad y destreza el liberar los electoons. La recopilación de lums y de electoons nos proporcionarán ventajas como desbloquear una serie de niveles donde básicamente deberemos perseguir a un cofre andante para que nos entregue un diente. Dichos niveles destacan por dos cosas: su frenética velocidad y despiadada dificultad. Por si fuera poco. En cada uno de los mundos que visitaremos deberemos liberar a unas voluptuosas hadas para que nos proporcionen una nueva habilidad o poder. Como volar, correr, cambiar de tamaño o nadar. Ello implica que podamos recorrer los niveles ya superados y usar nuestras nuevas habilidades en esos tramos que antes nos eran imposibles para desbloquear nuevos secretos.
Los niveles de Rayman Origins destacan por dos aspectos muy bien recibidos. El primero sería su dificultad. Y es que pese a que goce de una curva de aprendizaje muy bien hilvanada en un principio, a medida que vayamos superando los niveles veremos como la experiencia resulta cada vez más desafiante y puñetera. Y es que cuando Rayman Origins nos quiere poner las cosas difíciles, lo consigue. Ello no quiere decir que el título sea frustrante ni mucho menos, es más se hace cada vez más adictivo según vayamos avanzando y se nos resista alguna fase. Y es que el hecho de que no poseamos un límite de vidas no implica que el juego no pueda ser verdaderamente punzante y puñetero. Sobre todo en sus últimas fases, y más si queremos completarlas al 100%. Un reto que los más experimentados al género agradecerán, sin duda. En Rayman Origins hay que avanzar con cabeza, sabiéndose en ocasiones toda la trayectoria de los niveles. A la altura del título aparecido en el año 1995.
El otro aspecto que hay que destacar es su magnífico diseño de niveles. Y es que aún así es quedarse corto. Rayman Origins depara sorpresas en cada una de sus fases. El hecho de que posea diferentes habilidades ya nos garantiza una variedad de fases y desafíos bastante completa, como fases de nadar, correr, de ir ascendiendo, enfrentamientos contra jefes finales, fases shooter de scroll horizontal a lomos de un mosquito… Nada que quizá no hayamos visto ya. Pero si a ello le sumamos un excelente diseño en sus niveles con una ingeniosidad y capacidad de sorpresa pasmosa, casi se podría decir que Rayman Origins supone un punto de inflexión y de reinvención del género. Son palabras mayores, pero es que el trabajo de Ancel es simplemente impecable. Si a ese majestuoso diseño de niveles le añadimos su dificultad y su capacidad de mantenernos enganchados al mando, lo cierto es que no se me ocurre un regalo mejor que los chicos de Ubi Soft Montpelier han hecho con Rayman. Sencillamente increíble.
Por si fuera poco, el título puede ser disfrutado en modo cooperativo de hasta cuatro jugadores. Eso sí, ha de ser local, olvidaos del online. La experiencia se vuelve algo más alocada y quizá algo más sencilla, pero rematadamente absorbente y divertida. Con la posibilidad de controlar a Rayman, a su mejor amigo, Globox y a dos diminutos.
Si ya es para quitarse el sombrero su impresionante y, por momentos, revolucionario diseño de niveles, su aspecto artístico le va a la zaga. El motor gráfico empleado, llamado UbiArt consigue que lo que contemplemos en pantalla se vea bajo una perspectiva de animación tradicional como si estuviera todo dibujado y pintado a lápiz. Un trabajo de ilustración y de trazo totalmente genuino y artesanal que cuenta con unas impecables animaciones y con una fluidez absoluta. Se podría confundir perfectamente con un film de animación vanguardista. Y es que su diseño de imponente belleza y plagado de detalles y de movimiento quita el hipo. Incluso aquellos que sigan a este entrañable personaje des de sus inicios verán continuos homenajes como la reaparición de antiguos enemigos como los cazadores, las pirañas o el mismo mosquito, con un diseño y aspecto calcados. Parece que nada haya cambiado y todo sigue ahí, tal y como lo fuera en 1995, con esos gráficos de 65.000 colores que anunciaban en la contra caratula del Rayman original. Quizá lo más discutible sea la calidad de su banda sonora. Quizá algunos la encuentran un poco crispante y que desentona en ciertos momentos. Sin embargo, se le acaba cogiendo cariño, pues también recoge toda la ternura que desprende la obra de Michel Ancel.
Rayman Origins es el claro ejemplo de un equipo cuya única ambición se ha centrado en crear una obra de arte, sin publicidad, ni enormes presupuestos ni intentando incorporar tendencias jugables de actualidad. Ancel sólo quería traer de vuelta a su criatura a la vida y devolverle esa imagen y esplendor que gozaba hace ya 16 años. Una preciosa carta de amor que va dirigida a todos los fans de los plataformas en 2D de la vieja escuela. No hay nada que temer ni que mirar con recelo. Rayman Origins se convierte en uno de los mejores juegos de esta generación, donde aquí sí que se vislumbran unas intenciones claramente honestas. Un título totalmente tapado que merece muchos más elogios y reconocimiento que muchos otras superproducciones de exageradas pretensiones. Por si fuera poco. El juego llega a todas las consolas de sobremesa. No hay excusa para no hacerse con él. Sobre todo para los usuarios de X-Box 360 y de PS3, cuyo catalogo no puede presumir precisamente de contar con múltiples títulos del este género. ¿Puede un juego tan colorido, hermoso, desafiante y revolucionario a la vez que sencillo optar al título de juego del año? Rotundamente sí. Todos aquellos que lo habrán probado sabrán darme la razón. Los que no lo prueben, les compadezco. Ellos se lo pierden.