Mark of the Assassin (o “La Marca de la Asesina”, si preferís), es el segundo contenido descargable de Dragon Age II. Sucede a un notable Legacy y, si acaso, al contenido descargable de lanzamiento, que incluía un personaje adicional demasiado bien integrado en la trama (vamos, que lo sacaron del juego para vender la edición que lo traía).
A primera vista, la fuerza dramática de la misión adicional es mucho menor que la del anterior contenido. Al fin y al cabo, en “Legacy” descubríamos parte de la vida pasada del padre del protagonista del juego, y teníamos varios momentos en los que tener charlas con sus propios hermanos. Aquí, por contra, la premisa es infiltrarse en un castillo inexpugnable para robar una joya. Así, sin más. Afortunadamente, va mucho más allá de eso y pretende ofrecer más detalles sobre la ambientación del juego, incluyendo algunas revelaciones sobre los qunari, allanando el camino para la más que previsible tercera parte.
Nada más empezar toparemos con quien va a ser nuestra compañera a lo largo de las casi cuatro horas que dura (sumando misión principal y secundarias): la elfa Tallis. Es un nuevo personaje, pero no se quedará con nosotros, sino que sólo nos acompañará durante el DLC. Hay que tener muy en cuenta que el personaje es también protagonista de una webserie llamada Dragon Age: Redemption, y que va a convertirse, queramos o no, en la protagonista de la historia por la que hemos pagado 800MP (9€). Aquí empieza el principal problema de Mark of the Assassin: si el personaje nos gusta vamos a pasarlo bien, pero si no nos gusta vamos a estar condenados a soportarla hasta la estocada final.
El problema de Tallis (además de su extraña cara de vieja) es que es una POOCHIE de categoría. No sé si estáis familiarizados con los Simpson, pero hay un capítulo en el que añaden un personaje más a Itchy & Scratchy llamado Poochie. Resulta ser un perro que acumula todo lo que los señores mayores de la cadena creen que es “guay”: es surfero, oye música estridente, rapea, lleva gafas de sol y gorra para atrás…Creo que se entiende, ¿no? Pues eso le pasa a Tallis. Acumula demasiadas cosas distintas, y algunas de ellas se pasan por el forro el trasfondo original del juego, torciendo demasiado la realidad para ser “uniquísima” pero sin preocuparse en presentarnos un personaje realmente complejo. Y es una pena, porque probablemente no sea la última vez que los fans de la saga sepan de ella.
Por suerte, más allá de cuatro horas con Poochie, Mark of the Assassin ofrece unas cuantas cosas interesantes: para empezar, varios entornos nuevos, más que necesarios en un juego que abusa del reciclado de la misma cueva una y otra vez. Pasaremos a ver un bosque extenso que actúa como primera parte del descargable, en el que hacer varias misiones secundarias además de la principal. Y después de eso tendremos por delante un elegante castillo y una fiesta de la nobleza de Orlais (llena de cameos innecesarios), que parecen franceses interpretados por Monty Python. Ese uso y abuso del sentido del humor acaba convirtiéndose en la seña de identidad de la misión principal, con momentos en los que el jugador acabará soltando alguna carcajada. Además de eso, encontramos infinidad de nuevos modelos en los personajes, destacando la enorme cantidad de ropa que se han inventado para la ocasión.
Además de los escenarios, el gameplay es más social que en la expansión anterior, y aunque tendremos oportunidad de hincharnos a matar cosas (hay varios nuevos enemigos, y unos en concreto se parecen demasiado a los hobbes del Fable), lo que más brillará será la cantidad de diálogos en los que podremos tomar parte, especialmente en la parte de la fiesta. Se añade también una nueva característica jugable en forma de misión de sigilo, con unos controles un tanto desajustados pero que aportan variedad, y algún que otro puzzle. En el capítulo de los enfrentamientos, encontramos que la curva de dificultad va ascendiendo paulatinamente, llegando a ser más difícil que en el juego padre. Dignos de mención son los enemigos finales a los que tendremos que enfrentarnos, que serán verdaderamente exigentes y requerirán de pensar antes que machacar botones.
Finalmente, la trama acaba dando un giro de guión absolutamente inesperado, y que llega a ser chirriante. Chirría porque cambia completamente algunas cosas del trasfondo del juego, cosas que probablemente los desarrolladores no hubieran pensado, y que para la tercera entrega desean cambiar, arrepintiéndose de lo dicho antes. Es su obra y están en su derecho, pero acaba quedando la sensación de que quizás podía haberse hilado de mejor manera. Como detalle curioso han querido incluir una pequeña misión secundaria para cada acompañante, que acabará revelándonos algunas cosas adicionales sobre el mismo, y nuevas conversaciones en el grupo con la misma finalidad.
Así, cuando terminamos de jugar, lo primero que podemos decir es que nos hemos divertido. Al fin y al cabo, la mezcla de momentos graciosos y la variedad en las misiones va a acabar consiguiendo que la misión se nos pase en un abrir y cerrar de ojos. Ahora, nos va a quedar la duda de cuál era el propósito de todo esto. ¿Presentarnos al personaje de Tallis y hacer fanservice para que veamos la webserie? ¿Preparar el camino con una revelación para Dragon Age III? ¿O aportar una aventura plagada de sentido del humor y nuevas formas de jugar? Partiendo de la base de que cumple la tercera pregunta, da la sensación de que los desarrolladores no han sabido sorprendernos con lo que querían contarnos, que la trama es un poco atropellada y que la cámara se desplaza a un personaje que no hemos visto en todo el juego y que va a ser más protagonista que el propio Hawke y que el propio jugador. Con esto, queda un DLC simpático y divertido, pero que abandona rápidamente la memoria por su falta de significación y relevancia hacia el jugador.