Hace unas semanas Twinsen nos traía el tráiler de un plataformas muy bonico donde las mecánicas de juego más clásicas se mezclaban con unos gráficos dibujados del lejano oeste. Un servidor anotó dicho título en su memoria y cuando por fin tuve en mis manos un dispositivo bajo Android, no dudé en buscarlo en Google Play y pagar menos de 2 € para hacerme con él.
Mi primera sensación al iniciar el título era de gran alegría ya que estamos ante un trabajo gráficos muy destacado. Todo está pintado con trazos muy finos y dando sensación de vida en todo momento. El movimiento de las líneas y los colores marrones que impregnan todo el juego lo dotan de un calor muy cercano a lo que debió ser el Oeste en el que se basa. Nuestro protagonista es un vaquero que intenta rescatar a su amada de las garras del enemigo. Para tal aventura tendremos a nuestra disposición una pistola y nuestra capacidad para saltar sobre todo lo que se nos ponga delante.
Entre lo destacado situar las animaciones del personaje, así como todos los elementos que pueblan estos parajes, ya que no sólo nos enfrentaremos a humanos, sino que parece que las aves no están muy contentas con nuestra empresa y serán aliadas del mal en esta ocasión. A esto añadir otros mecanismos más difíciles de situar que se encargarán de lanzarnos balas o directamente descargas eléctricas. En definitiva todos los elementos más comunes en los plataformas de los años 90 con los que crecí.
Si entramos a profundizar en su modo de juego, sus creadores han intentado dotarlo de variedad, ya que cada nueva fase añade un nuevo elemento que nos pondrá las cosas más difíciles. Los primeros niveles no son más que un camino recto donde avanzar a base de tiros, pero conforme continuemos la cosa se complica, con momentos donde los saltos son los protagonistas, e incluso fases de shooter en el que subidos en una nave eliminares esteroides. A destacar una divertida misión subidos a un carrito minero, que me recordó al Sonic de Game Gear. En definitiva son diversos mundos cada uno con sus particularidades.
Tras comentaros lo más destacado, toca la parte negativa: EL CONTROL. He comprobado porque este tipo de dispositivos no son capaces de dar al jugador la sensación de controlar la situación que aporta un pad y es simplemente porque cuando pulsas no tienes respuesta en tus dedos de si has realizado la acción bien o no. Eso es fundamental para cualquier videojuego y Gunman Clive no iba a ser la excepción. Habrá innumerables ocasiones en que acabemos hartos y apaguemos el juego, ya que no realiza lo que pretendemos.
La verdad es que no quiero cebarme demasiado en este aspecto, ya que es un hándicap conocido, pero sí en este aspecto hubiese sido preciso estaríamos hablando de un juego imprescindible, que por desgracia sólo nos valdrá para comprobar cuanto echamos de menos la creación de Gunpei Yokoi. Seguramente su versión para PC sea más controlable, pero en nuestros ordenadores la competencia en plataformas 2D de calidad es enorme.
