Aquí todos somos soñadores empedernidos. De ésos tipos raros que en el recreo nos reuníamos para dibujar con plastidecor el videojuego DE-FI-NI-TI-VO.
Ya sabes, ese juego-coctelera ambientado en un enorme mundo abierto pelín más grande que San Andreas, pero con los gráficos de Final Fantasy, donde montar en coche, era como hacerlo en Gran Turismo, pero cuando disparabas, era mejor que Max Payne, . ¿Ambición? ¿Dónde?
Con esta mentalidad, nos llega esta interesante propuesta:
Si te gustan estos ingredientes, y con la mentalidad de que nos hayamos ante una versión Alfa con mucho trabajo por delante,disfrutarás. Pero en el proceso, recordarás por qué no existe el cóctel definitivo, el videojuego que todo lo engloba: Siendo muy notable en todos estos aspectos, no alcanza la excelencia en ninguno.
Lastra la experiencia los clásicos defectos de un juego que se encuentra en una fase tan temprana de desarrollo: Enemigos idiotas, escenarios con poco incentivo para ser explorados, ropa que no afecta en absoluto la apariencia y una dificultad algo excesiva (Para un servidor). Resulta prometedor ver cómo todo fallo va siendo subsanado, y el contenido aumenta a buen ritmo. Su elemento más destacado y distintivo es el frío. Esta bonita estampa navideña será la que va a acompañarte cada partida, y toca protegerse de ella. Esto añade tensión en el aspecto de la supervivencia a todos los niveles, desde no morir congelado mientras duermes a tomarte un cafecito reconfortante. Rara vez supondrá una amenaza insalvable, pero tampoco será extraño toparte con algún mutante en lo que buscas leña para el fuego…
Y si eso sucede, puedes darte por perdido. Los enemigos son absolutamente implacables cuerpo a cuerpo, y las balas escasean como mandan los cánones. Vas a morir decenas de veces, y cada vez que suceda, tanto los objetos como el mapa cambiarán aleatoriamente.
Unas veces tendrás suerte, otras empezarás literalmente en bolas, cambiando la experiencia de juego por completo.
Para gestionar un mapa considerablemente grande, se ha decidido dividirlo en cuadrantes. Su contenido siempre es el mismo (Un campo de fútbol, casas abandonadas, pura estepa siberiana…), pero su posición cambia a cada partida. Una forma inteligente de manejar grandes extensiones sin excesivos requisitos para nuestros maltrechos PCs.
Aún es pronto para tener un veredicto final , pero apunta maneras. No será nunca uno de esos juegazos recomendados en esta santa casa, porque no es su intención: Aquí se trata de un ejercicio de HAMOR, de combinar cual alquimista los elementos de los que más disfrutan sus creadores. Si tienes la suerte de tener sus mismos gustos, disfrutarás cosa bárbara, incluso ahora que le pesan todos los defectos de ser un juego en desarrollo.
Para todos los demás, nos toca esperar un poquito a que madure el proyecto, hasta su punto óptimo de consumo, bien frío.