Análisis: Dead Space 2

Análisis: Dead Space 2 2

Hace poco más de dos años, un estudio interno de EA, llamado antiguamente EA Redwood Shores, conocido actualmente como Visceral Games, sorprendió con un título que bien se convirtió en un auténtico “sleeper” del 2008, pues llegó al mercado sin hacer demasiado ruido entre pesos pesados de la campaña navideña como el primer Little Big Planet, Gears of War 2 o Call of Duty, y sin embargo demostró que no tenía nada que envidiar a sus competidores, no solo por mostrar una jugabilidad distinta a ellos, sino que era además, sin contar con el Siren Blood Curse, el primer juego de terror de la actual generación.

Dead Space era un título mayúsculo en muchos sentidos, fue una grata sorpresa, pese a que no vendiera lo esperado. Con la salida de Resident Evil 5, cada vez más enfocado a la acción, el público todavía le llegó a coger más cariño al título de Visceral Games, llegándose a convertir en un juego de culto que consiguió más seguidores con el tiempo. La gran acogida del público, así como la de la crítica, hicieron que EA viera que tenía una buena franquicia entre sus manos, así que no se hizo de esperar demasiado el anuncio de una segunda entrega, realizada por el mismo estudio. Está claro que EA depositó mucha confianza en ellos, pues nos llega un título no únicamente cuidado, sino que denota que ha habido esfuerzo y un considerable presupuesto en él, sin contar con una campaña de marketing mucho más agresiva, acompañada de muchas declaraciones y filtraciones de imágenes cuando aún faltaban bastantes meses para su lanzamiento.

Lo que hay que tener en cuenta des del principio, es que ni este Dead Space ni su antecesor son propiamente Survival Horrors, pese a que mucha gente lo afirme. Sí que es cierto que son juegos puramente de terror que se acercan y beben mucho del género, pero les faltan ciertas características para ser considerados como tal. Sin embargo, sí que son enormes aventuras de un enorme potencial con un alto componente de terror basado principalmente en los sobresaltos, con generosos toques de acción y con una elevada tensión, culpa de su soberbia ambientación.

En esta secuela, volveremos a controlar al ingeniero Isaac Clarke, que se encuentra encerrado en un manicomio, totalmente conmocionado por los sucesos vividos en la abandonada nave Ishimura tres años atrás. Lamentablemente, los necromorfos, la especie infectada a la que se enfrentó, no únicamente invaden el recinto donde se encuentra nuestro protagonista, sino toda la estación espacial, provocando estragos, muerte y destrucción en cada rincón. Clarke deberá huir de la estación con vida mientras se enfrenta contra todas sus visiones, miedos y perturbaciones fruto de la locura vivida en el pasado.

Si algo funcionó rematadamente bien en su antecesora, era la línea argumental, no porque tuviera un gran guión necesariamente, que era más que aceptable, sino por una narrativa empleada muy ingeniosa e inmersiva, con una ausencia total de escenas de video, donde vivíamos directamente todos los acontecimientos argumentales de forma mucho más directa. Visceral Games no se ha alejado en absoluto de dicha premisa, sino que incluso la han exprimido considerablemente, siendo uno de los factores más logrados en esta segunda entrega.

Se agradece que el guión sea más que correcto y que tenga una continuidad natural respecto a su anterior entrega, pero donde verdaderamente gana puntos es gracias a la narrativa empleada, todavía más profunda que su predecesora en parte gracias a una mayor escala, que engloba un mayoe elenco de personajes, pero donde se lleva la palma en dicho apartado es en la psique del protagonista. Esta vez, Isaac Clarke abandona la total mudez de la primera parte, aquí dialoga con otros personajes, tiene miedo, preguntas y experiencias pasadas que le perturban. Esto ha posibilitado a la desarrolladora de jugar mucho con el terror psicológico y terrorífico, con resultados muy notables, pese a que el personaje no presente un notorio carisma.

Poco ha cambiado respecto a su primera entrega, pues ésta ya mostraba una jugabilidad muy sólida, donde aquí básicamente han pulido ciertos aspectos y han aportado ciertos matices o novedades para hacerla algo más rica y variada. Dicho aspecto no es malo en absoluto, no estamos ni ante el primer ni último título que se muestra continuista, aspecto que algunos se mostrarán más escépticos que otros.

Visceral Games ha tratado de elevar su jugabilidad unos escalones más pero muy en línea de lo que se vio anteriormente. La cámara se sitúa a la altura de hombro del personaje, clara inspiración de Resident Evil 4, pese a que aquí sí que podemos movernos totalmente mientras disparamos. Durante todo su desarrollo deambularemos por toda una estación espacial destruida mientras combatimos con los necromorfos, resolvemos unos pequeños y sencillos puzles y superamos fases en gravedad zero, donde nuestro personaje se encuentra totalmente suspendido en el aire.

Uno de los aspectos más originales y logrados del sistema de combate del primer Dead Space eran los combates era que no estaba basado en disparar a todos los enemigos que se cruzaran en nuestro camino, sino que siempre teníamos que vigilar y suministrar nuestra munición. Para ello, siempre era recomendable disparar a las extremidades de nuestros adversarios para debilitarlos y hacerlos vulnerables para acercarnos y acabar con ellos mediante la fuerza bruta, ya sea con patadas o puñetazos, y es que Isaac Clarke es todo un experto en el linchamiento de criaturas extraterrestres. La cosa no termina aquí, pues nos brinda todavía más posibilidades, como el uso de la cinética para coger elementos del escenario (bombonas de gas, objetos puntiagudos…) y estamparlos contra los necromorfos e incluso congelar sus movimientos unos instantes para que podamos disparar más cómodamente a sus extremidades. La riqueza de sus combates va mas allá, puesto que se multiplica considerablemente con la gran variedad de armas que tenemos en nuestro poder. Nuestro protagonista siempre podrá llevar consigo cuatro de ellas y cada una dispone de un ataque principal y otro segundario, haciendo que un arma u otra sea más útil en un momento concreto para hacer frente a las hordas de necromorfos que nos asaltarán.

Un sistema sobresaliente y repleto de posibilidades, pero tremendamente continuista, sin la inclusión de alguna habilidad nueva respecto a su primera parte. Sí que es cierto que los desarrolladores han aumentado la variedad de especies de necromorfos en las batallas, haciendo que nuestros patrones de ataque tengan que cambiar continuamente, pero puede antojarse de insuficiente para ciertos jugadores. Hubiera sido muy de agradecer por parte de Visceral Games alguna novedad substanciosa en dicho apartado.

Como su antecesora, a medida que avancemos nos iremos encontrando con puntos de guardado y almacenes donde podremos comprar armas nuevas y munición, nuevas indumentarias, botiquines y nodos gracias al dinero ganado que conseguiremos derrotando a los necromorfos. Los nodos servirán para los bancos de mejoras, que también se encuentran desperdigados por los enormes escenarios, donde tendremos la posibilidad de mejorar todas nuestras armas (daño, recarga, munición…) nuestro traje (resistencia, daño, oxigeno) o nuestros poderes de congelación y de cinética como su duración).

Otro aspecto que sorprendió mucho en el primer Dead Space, y que se mantiene exactamente igual en esta segunda parte, es su interfaz o HUD, donde tendremos la posibilidad de oír o de leer una serie de registros de personajes que encontraremos desperdigados a lo largo de su desarrollo, mirar nuestro inventario, o saber cuál es nuestro siguiente objetivo, todo en tiempo real, apareciendo como si de un holograma se tratase, haciendo que el ritmo y la tensión del juego no decaiga en ningún momento. Nuestra vida siempre se verá reflejada gracias a la línea vertical azulada situada en la espalda de Isaac, así como su habilidad de estabilización para congelar enemigos o determinar cuánto tiempo de oxigeno nos queda cuando nos encontremos en medio del espacio.

Donde sí que ha habido cambios substanciales son en las fases de gravedad cero, que se ha puesto empeño en mejorar su control. En esta ocasión, Isaac Clarke se pondrá a flote siempre que nosotros pulsemos L3 en PS3 o LS en X-Box 360, permitiéndonos flotar y propulsarnos con L2 o LT dependiendo de la plataforma. Lo cierto es que estos cambios pueden llegar a provocar una fuerte controversia, pues la facilitación de sus controles ha implicado una simplicidad y limitación en lo referente a la jugabilidad de dichas fases, haciéndolas menos numerosas y con puzles menos complejos y originales debido a un control simplificado que también ha limitado las posibilidades en lo que a materia jugable se refiere. Dicho aspecto se ha intentado mitigar aportando momentos concretos en que Clarke estará completamente suspendido en el espacio y deberá esquivar objetos mientras se propulsa. Si bien dichas fases aportan frescura y novedad a su desarrollo, son algo anecdóticos, que se nota que el control de gravedad cero se ha modificado para dichos momentos puntuales, lastrando un aspecto jugable que se muestra muy superior en su primera entrega que en su continuación a gusto de este servidor, claro está.

En lo que al terror se refiere, sigue en la línea del primer Dead Space, con un gran sentido a la hora de aportar tensión y con unos sobresaltos muy conseguidos. Muchos son los que se preguntan si es más terrorífico que el primero. Es una pregunta un tanto difícil de contestar, que no se puede concluir con un gesto positivo o negativo. Es un terror diferente, debido a la escala y el contexto en que se presenta en esta entrega. La primera parte hacía hincapié en un terror más claustrofóbico, fruto de la idea de estar en una nave completamente abandonada donde el protagonista estaba completamente solo. Dead Space 2 se desarrolla en una enorme estación espacial, implicando una variedad de escenarios mucho mayor, abriendo nuevas posibilidades al componente terrorífico, pero alejados de la idea de la marcada soledad que vivía nuestro protagonista en la primera parte gracias a un mayor plantel de personajes o de necromorfos. No es ni bueno ni malo, es simplemente diferente debido a la ambientación que supone el cambio de escenarios, que además aquí aportan mucha más variedad a su desarrollo debido a las numerosas posibilidades que ofrecen.

Una de las mayores virtudes de la nueva criatura de Visceral Games. Son muchos los que hacen hincapié en que el referente de Dead Space sería el de Alien y el de Dead Space 2 sería el de Aliens. Lo cierto es que pese a que es una comparación que parece sacada por la vía rápida para describir inmediatamente en qué se diferencian el primer Dead Space del segundo, no se puede negar que la comparación es de lo más acertada.

En pocas palabras, se le puede achacar de ser un título demasiado continuista (sobre todo en el combate), puesto que aunque las novedades sean de buen recibo, algunos las verán insuficientes, una remodelación de las fases de gravedad cero innecesaria, una duración aceptable, pero que siempre deja con ganas de más (Os durará más de 8 horas pero a las 10 lo dudo mucho, al menos en el nivel de dificultad normal) y a elementos que hubieran sido interesantes a añadir como jefes finales, pues hay momentos que nos enfrentaremos a necromorfos más fuertes, pero sin llegar a ser considerados como tal, pese a que nos deparen en ciertos casos, momentos muy logrados y alguno que otro memorable.

Otra novedad es la incorporación de un modo online, pese a que no ensombrece en absoluto su modo historia. Pues éste, aunque bastante original, se presenta bastante limitado. Se basa en la confrontación entre cuatro jugadores humanos contra cuatro jugadores necromorfos. La experiencia nos permitirá comprar armas y mejoras. Interesante lo es, pero también resulta muy anecdótico. Cuesta creer que EA achaque el moderado éxito del primer Dead Space a la falta de un modo online…

El primer Dead Space despertaba cuidado y mimo en todos sus aspectos, característica que sigue manteniéndose en esta secuela. Su primera entrega se mostró muy poderosa gráficamente en el 2008 y lo sigue siendo ahora. Se parte de un motor gráfico evolucionado, con un genial diseño de criaturas, así como el comportamiento de sus extremidades al ser desgarradas, disparadas o golpeadas. Otro dato que sigue mostrándose sobresaliente es la física de los objetos, sobre todo en los niveles de gravedad cero. Todos los personajes cuentan con un genial acabado en su modelado, así como todas sus animaciones y un buen acabado en las texturas y con el impresionante menú holográfico. Pero como ya se ha dicho antes, donde brilla con más intensidad en este apartado es en los escenarios, de generosa variedad, algunos muy oscuros y otros totalmente contrastados con un enorme colorido, y todo ello sin contar la variedad de recintos que visitaremos durante nuestra huida, donde hay cabida para oficinas, guarderías, laboratorios, pasillos alargados, criptas… Un trabajo sobresaliente.  Si algo podía superar el nivel gráfico era el nivel sonoro, todavía más poderoso que el de su primera entrega.

Poca importancia se le da a la banda sonora, pues aquí los auténticos protagonistas son los efectos sonoros, de una riqueza abrumadora y de fulminante variedad. De hecho, es con este magnífico trabajo que se logra la mayor parte de la genial ambientación de la saga Dead Space. Es mediante su fuerza sonora que conseguirá que peguemos más de un sobresalto. Todo aquel que disponga de un equipo 5.1 que no se lo piense dos veces. Al igual que su predecesor, Dead Space 2 es una de las mayores experiencias en cuanto a sonido que se pueden vivir en un videojuego, aspecto muy cuidado en todas las producciones de EA. El doblaje no se queda atrás. El título nos viene completamente doblado al castellano y con un acabado muy profesional y con actores muy reconocibles. Ningún reproche se le puede achacar al respecto.

Dead Space 2 puede presumir de ser una entrega mejor que su predecesora. Sus valores de producción lo demuestran con un acabado impresionante, perfeccionando la fórmula que tan bien funcionó en su primera parte. Sin embargo, hay una falta de toma de riesgo o de incorporación de novedades de peso en su jugabilidad. La mayoría de cambios los encontramos en las fases de gravedad cero que no lo necesitaban en absoluto, pues ello ha implicado un menor número de puzles y de exploración, debido a la simplificación de dichas fases. Tampoco se puede negar que su nuevo control permite la llegada en momentos puntuales de fases más intensas donde deberemos esquivar restos de naves hasta llegar a un punto concreto estando totalmente suspendidos en el espacio. Aportan variedad y frescura, pero no es perdonable esa comodidad y conformismo en la ausencia de puzles y componente de exploración, pues a veces fuerzan demasiado los momentos de acción, sobre todo en los últimos tramos de la aventura.

Jugar a Dead Space sigue siendo una experiencia genial, pero su falta de riesgo y acomodada continuidad puede llegar a ser excesiva, todo ello además con la ausencia de sorpresas. Toda su interfaz nos recordará totalmente a la primera parte, que sin llegar a ser en absoluto nada malo, también hace que no haya cabida para los sorpresas. Sin embargo, no se puede reprochar que su componente terrorífico sigue siendo sumamente atractivo, diferente en esta secuela debido a su contexto, como ya se ha enfatizado anteriormente. Donde sí que se muestra una clara mejora es en la narrativa de su argumento y en la lucha interna que vive el personaje de Isaac, realmente muy lograda, y con momentos bastante cinematográficos con alguno que se nos quedará grabado en nuestra memoria. Dead Space 2 es una nueva montaña rusa de tensión y de terror, ni mejor ni peor que su primera parte, sino que posee un contexto diferente, aportando nuevas formas de vivir el terror. Aspecto que cumple sobradamente y muy notablemente. Tampoco se puede olvidar que hay cabida al homenaje en ciertas partes del juego, donde se invita al jugador a recordar algunos de los momentos más destacados del primer título, detalle que encantará a los jugadores que hayan seguido la saga, sobre todo porque hay incluso cabida para la auto parodia. Como  ya se ha dicho al principio de este análisis, Dead Space no es un survival horror, pero es lo que más se asemeja a ellos y se convierte en el gran referente de los juegos de terror de esta generación, por encima de sagas tan emblemáticas como Resident Evil o Silent Hill. Hubiera sido de agradecer más novedades, pero continuar su historia y revivir su gran jugabilidad en nuevo contexto con nuevas formas de vivir tensión y terror en estado puro no tiene parangón y ya le convierten en una gran secuela, ni mejor ni peor que su primera entrega. Simplemente está a su altura y merece ser jugada por todos aquellos que quieran pasar unas escalofriantes partidas.

Lo Mejor: Narrativa muy mejorada, donde destaca la lucha interna de Isaac Clarke. Magnífico apartado técnico, con un sonido para quitarse el sombrero. Los combates se siguen pudiendo afrontar de muchas formas, y con gran variedad de armas. Geniales secuencias de acción. Genial ambientación, con soberbio nivel de tensión y de terror. Variedad de escenarios. Su jugabilidad sigue funcionando muy bien, con momentos más variados y novedosos.

Lo Peor: Quizá demasiado continuista. Se echan de menos más puzles y más momentos de exploración. Online anecdótico e incluso innecesario. ¿Por qué se han simplificado tanto las fases de gravedad cero? ¿Para cuándo algún final boss en estado puro? La duración no está mal, pero quiero más.



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