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Análisis: Battlefield 3

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La guerra ya ha comenzado, pero esta vez la que de vedad se estaba esperando, no esa inútil guerra que hemos estado presenciado este último año de continuas, cansinas e innecesarias declaraciones por parte de EA y de Activision para ver quién de los dos la tiene más grande, dejándonos auténticas perlas para el recuerdo. Mientras EA alardeaba de su modestia en un movimiento muy similar a la pugna de rivalidades que presenciamos el año pasado con Medal of Honor y Call of Duty: Black Ops, los suecos de DICE nos tenían preparados su nueva forma de entender la guerra, que ahora ya podemos disfrutar. El primer recluta de esta guerra ya ha llegado a su cita. Un encuentro que dio a este servidor no pocos quebraderos de cabeza el día de su lanzamiento cuando tuvo que validar su copia con el puñetero servicio de Origin. EA y Origin, un matrimonio que da pavor.

Unas de las pocas e inteligentes declaraciones que hubo por parte de los desarrolladores y no por los ricachones accionistas de  EA y de Activision, era el afirmar que Battlefield y Call of Duty ofrecían una experiencia jugable muy diferente entre sí. Lo cierto es que razón no les falta… pero con matices…. La saga de Battlefield siempre se ha decantado por el multijugador, donde las intenciones de DICE siempre ha sido muy claras: envolver al jugador en un auténtico campo de batalla. Así fueron sus anteriores entregas numeradas, únicamente enfocadas al modo multijugador. Cuando ya llegaron a la presente generación y parieron la divertida sub saga Bad Company, los chicos de Estocolmo se decidieron a probar suerte en la creación de un modo campaña que fue, a todas luces, rompedor. Sus claves fueron su sano sentido del humor y buenrollismo, con un desarrollo que recordaba totalmente a un modo multijugador pero con referencias programadas por lo que respecta a una serie de objetivos o enemigos. ¿Cómo se traduce esto? Significa que teníamos una campaña donde nos proporcionaba un objetivo y nos dejaba cumplirlo a nuestro antojo. Ya sea en plan sigiloso, meternos en un tanque y demoler todo lo que se nos cruzara en nuestro camino, entrar en plan machote en una base enemiga o conducir en sus simpáticos carritos de golf, con música incluida mientras huíamos de los cañonazos de un tanque…

El primer Bad Company fue entrañablemente inolvidable. Todo ello gracias a la versatilidad del motor gráfico creado por la propia desarrolladora, Frostbite, con un enorme nivel de interacción en lo que a destrucción de elementos del escenario se refiere y a una sabia mezcla de jugabilidad arcade con no pocos toques de ligera simulación. Sin embargo, varios aspectos se perdieron con su secuela, como una campaña algo más guionizada donde no se nos dejaba pulular por sus escenarios a nuestro libre albedrio pese a que nos seguía dejando algo de libertad a la hora de afrontar las escaramuzas.

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Lo cierto es que en este sentido, Battlefield ha perdido todas las señas de identidad de su singular campaña propuesta en un principio, recordándola demasiado a un Call of Duty o a cualquier shooter genérico de corte bélico, independientemente de lo bien llevado a cabo que esté. Esto significa que el cachondeo en su trama ha sido substituido por una historia algo más pretenciosa, donde se recurre al flashback, a los traumas y al patriotismo de los soldados, a conflictos por todo Oriente Medio y con rusos muy, pero que muy malos. La trama, sorprendentemente, tiene su punto de interés, pero queda relegada a un segundo plano debido a la poca información que nos aporta en ciertos aspectos, como por ejemplo, contra quién luchamos en realidad, pues nunca nos llega a decir por qué estamos luchando contra dicha facción enemiga. En definitiva, debido a su confusa presentación, termina siendo anecdótica. El hecho de parecerse definitivamente a cualquier shooter de este género hace que su desarrollo se divida por niveles de corte muy variado donde deberemos afrontar intensas, emocionantes y variadas situaciones donde el espectáculo se persigue por encima de todo, algo no muy difícil gracias a su impresionante motor gráfico, dicho sea de paso.

La campaña de Battlefield 3 destaca por su intensidad y variado desarrollo, algo muy de agradecer, pero carece de sorpresas o de momentos memorables, pese a tener un par de puntazos. DICE se despide de la libertad de antaño para siempre dirigirnos en cómo y qué tenemos que hacer. Algo que particularmente este servidor considera que es un paso atrás. De poco sirve destruir todo a un edificio si te obligan a ir en otra dirección. Pese a lo dicho, como campaña en sí, es sobradamente buena para lo que trata de ofrecer, puro espectáculo con una enorme influencia cinematográfica. Por lo menos sí que conserva su inamovible jugabilidad y la capacidad de afrontar los tiroteos como deseemos gracias a las inmensas capacidades de destrucción. Todo ello sin contar la posibilidad de poder pilotar varios vehículos que enriquecen su desarrollo.  También se han incorporado en bastantes ocasiones unos sencillos Quick Time Events, pero son muy anecdóticos y sin substancia. Por último, y como era de esperar, padece del mayor mal endémico del género: Es muy corta, máximo os durará 7 horas.

Pero vamos a lo que realmente importa, y razón por la cual millones de fans han estado esperando la llegada de Battlefield 3: Su imponente multijugador. Para ello hay que tener en cuenta el servicio que se ha abierto para la ocasión: Battlelog, una red social que se activa una vez ejecutamos el juego en nuestro ordenador para que decidamos qué queremos hacer, ya sea ocuparnos de su vertiente online o jugar a su campaña. En Battlelog se registrarán todas nuestras muertes o bajas, así como nuestro rango, experiencia y apariencia. También nos brinda la posibilidad de visitar foros, así como estar a la última de los próximos eventos. En pocas palabras, estamos ante un servicio importante que vine a ser el eje principal para la creación de una enorme comunidad dentro de Battlefield 3.

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DICE se ha esmerado en darnos la posibilidad de afrontar seis niveles, totalmente independientes del modo campaña, pese a que recurra a sus escenarios, para ser jugados en modo  cooperativo junto con un compañero. Dicha opción solo puede ser llevada a cabo online, prescindiendo de pantalla partida. Algo criticable, pero también comprensible debido a cómo bajaría su resolución teniendo en cuenta la bestia parda a nivel técnico  que es este título. Cada una de las misiones tiene una duración media de un cuarto de hora y se diferencian bastante entre sí. Algunas deberemos bombardear posiciones enemigas para ayudar en el avance de nuestros aliados, escoltar a un rehén, resistir a oleadas enemigas… Como es de suponer, es importante la colaboración de nuestro compañero y la coordinación mutua para salir victoriosos. Son bastante intensas y divertidas de jugar, incluso nos da la posibilidad de revivir a nuestro compañero si este cae. Pero también hay que decir, que al igual que su campaña, resultan estar poco inspiradas. Sin embargo, es un plus muy agradable y a tener muy en cuenta, alargando todavía más, si cabe, la esperanza de vida de la obra de DICE.

Hablemos ahora de la joya de la corona y la razón de ser de Battlefield 3: Su online competitivo. Este no se desvirtúa en absoluto y es donde se pone en mayor énfasis la experiencia tan diferente que ofrece este título en comparación con la saga Call of Duty y de cualquier shooter. El juego no destaca por tener una cantidad ingente de modos o de mapas, sino por la riqueza que albergan cada una de ellos, haciéndolo todo una delicatessen.  No se necesita más que los clásicos modos de todos contra todos o el de modo Conquista, que vendría ser el de capturar la bandera. Y es aquí, señores, donde contemplamos la grandeza de Battlefield 3 y nos olvidamos del agridulce trago de su tan limitada y dirigida campaña. Aquí es donde realmente contemplamos el verdadero poder del motor Frostbite 2.0. Con mapas o escenarios de enorme tamaño donde todo es prácticamente susceptible de convertirse en añicos bajo el poder destructor de las innumerables armas que dispongamos. Siempre podremos pertenecer a unidades de asalto, de reconocimiento, de apoyo o ingeniero. Cada uno con sus respectivas habilidades y armamento que los hace únicos. A partir de ahí, solo seremos la punta del iceberg, una simple herramienta o engranaje de lo que significa estar metido en una guerra, frente a 64 jugadores en PC o 24 en el caso de las consolas de sobremesa. Donde también hay cabida para pilotar vehículos, como tanques o helicópteros, sin ninguna limitación. Eso sí, os costará al principio dominar su complejo control.

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Como viene siendo habitual en Battlefield, aquí no sirve de nada actuar solo. Somos una pieza que unida a una compleja maquinaria, podemos resultar letales. Por lo tanto, aquí es importante la coordinación, la cooperación y la colaboración de todo nuestro equipo para ganar al bando contrario. Somos un equipo  y deberemos actuar estratégicamente para la victoria. La cantidad de posibilidades que nos ofrecen los vehículos, ya sea para transportar aliados, ocupar posiciones más rápidamente o derribar a nuestros enemigos, junto con la variedad de armas que pueden moldear el entorno a nuestro favor gracias a su poder destructivo, hacen que cada partida sea diferente de la anterior, volviéndose en todo momento imprevisible. Viviremos la guerra en nuestra casa. Como no podía ser de otro modo, también contamos con un pequeño HUD para poder comunicarnos con nuestros aliados a la hora de afrontar las diversas escaramuzas que nos esperan dando órdenes o instrucciones. Aquí no sirve de nada ir de llanero solitario como en la saga Call of Duty. Los más acérrimos a dicha saga, puede que encuentren esta modalidad un tanto compleja al principio. Pero una vez superada una primera línea de aprendizaje, junto con la experiencia vivida, de una impagable inmersión, ya no querrás otra cosa. Te recluirás dejando de lado tu vida social y olvidarás cualquier vertiente online previamente probada. Es aquí donde se disfruta de la grandeza de Battlefield 3. En enormes escenarios donde somos uno entre 64 soldados que luchan por alcanzar la victoria. Donde todo vale y es posible gracias al enorme plantel de posibilidades que nos ofrece.

A nivel técnico, Battlefield 3 es puro HAMOR. Hay que tener en cuenta, que DICE desarrolló este título desde el principio con el PC como plataforma principal, realizando sendos ports para PS3 y XBox 360 que finalmente hay terminado bien parados. Sin embargo, el nivel que puede alcanzar la versión para combatibles no tiene parangón. Gráficamente es soberbio, donde hay que destacar el enorme trabajo de DICE reformulando su motor Frostbite para la prácticamente destrucción total de los elementos que forman cada escenario, ya sean vehículos, muros, edificios enteros… Todo con un nivel de física increíble. Hay otros aspectos que se nos quedan grabados en la retina des del primer momento. Sobre todo a la hora de contemplar el increíble trabajo realizado en las texturas, así como los modelados y rostros de cada uno de los personajes, con un nivel de expresión que no les podría haber salido más natural. Otro dato relevante es la extensa variedad de localizaciones y mapeado que encontraremos. Des de ciudades derruidas de Oriente Medio, selvas tropicales, desiertos, enormes extensiones de campo, recreaciones de ciudades como Paris o Nueva York… Cabe destacar la enorme labor llevada a cabo en su iluminación, con efectos increíblemente logrados. La luz del sol no podía ser más natural, y es que todo el trabajo de luces es soberbio. Incluso nos quedaremos cegados por el haz de luz siempre que estemos a oscuras, del mismo modo que podemos quedar cegados por la mira laser de un enemigo que nos apunta. Por no hablar de efectos de particulas y de suciedad que son visibles cuando el sol nos refleja directamente. Son minuciosos y pequeños detalles que algunos no les darán importancia. Pero están ahí y tiene su razón de ser enriqueciendo y profundizando la experiencia y convirtiendo el campo de batalla en una experiencia todavía más real e inmersiva. Y todo ello con extraordinaria fluidez y con una enorme visibilidad de todo el entorno y del horizonte Poco importa que vuestro PC  no alcance las cuotas más altas para disfrutarlo al máximo, porque con una configuración media- alta ya quita el hipo.  Efectos especiales como las explosiones o el agua son increíbles, seguramente los mejores que jamás hayáis visto, únicamente comparables al primer Crysis. No obstante, tiene ligeros pormenores, sobre todo anclados en su campaña. Como la, a veces, incomprensible IA enemiga. Con momentos donde no nos dan tregua, junto con otros que no reaccionan teniéndonos delante de sus narices. Así como ciertos glitchs por una mejorable programación de los scripts.

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El sonido merece un discurso aparte, pues es, sin exagerar, uno de los trabajos sonoros más espectaculares de la historia de los videojuegos, algo que DICE ya demostró dominar con los dos Bad Company. Por Battlefield 3 merece la pena gastarse un súper equipo Home Cinema. Gracias al impresionante abanico de efectos de las armas o de las balas al impactar en diferentes superficies, así como efectos envolventes pertenecientes al entorno. La banda sonora no se aleja de lo establecido en el género, pasando muy desapercibida y con la predominancia de temas eléctricos y estridentes. El juego viene completamente doblado al castellano y a muy buen nivel, con una gran sincronización labial y una buena labor de interpretación. Aspecto que a decir verdad, EA nunca falla.

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La gran pregunta que debería hacerse cada uno es qué esperaba exactamente de Battlefield 3. Aquellos que han seguido esta saga desde sus inicios lo tenían bien claro: Su faceta multijugador, una sabia combinación de lo sencillo con un enorme repertorio de posibilidades y con unas dimensiones y ambición acongojantes. En este aspecto, DICE ha puesto toda la carne en el asador y ha cumplido sobradamente. La remodelación de Frostbite a Frostbite 2.0 es impresionante. Estamos ante uno de los pocos casos donde todo el apartado gráfico está completamente al servicio de su jugabilidad. Os sentiréis metidos en un campo de batalla como nunca antes lo habíais experimentado, incluso aquellos detractores de las modalidades online pueden caer impregnados ante las enormes bondades que ofrecen sus modos, capaces de hacer desertar, por su enorme calidad, a todos aquellos jugadores anclados en sagas como Call of Duty.

Por el contrario, tenemos una campaña poco inspirada, donde se desaprovechan en gran medida las bondades de Frostbite 2.0, algo decepcionante si tenemos los antecedentes de la campaña ofrecida en el primer Bad Company. En este sentido, DICE copia y coge demasiados elementos de sus competidores. Demostrando, eso sí, que saben hacer muy bien shooters de corte bélico con niveles variados e intensos, pero con una falta de carisma y de nuevas ideas que lo hacen previsible y demasiado parecido a lo visto anteriormente. Es aquí donde los suecos de DICE se han hecho los suecos. Y es donde Battlefield 3 sale perdiendo, en compararlo o cuando se inspira en otros shooters. Pero cuando la desarrolladora de Estocolmo se centra en lo que realmente sabe hacer, sin influencias o metiendo ideas de otras franquicias, demuestra que no tiene rival. Todas y cada una de las pijadas mencionadas que conforman todo su apartado técnico, por si solas no son relevantes. Pero unidas forman algo verdaderamente poderoso y robusto, proporcionándonos experiencias más profundas y complejas de lo que supone estar metido en un conflicto bélico. No se puede recomendar este título si uno no va a gozar de su multijugador y solo le interesa la campaña. Pero para los demás, es un titulo obligatorio, capaz de hacer que muchos descubran las enormes bondades que suponen incorporar un buen modo multijugador con sus grandes ingredientes de táctica y estrategia, donde conoceremos realmente lo que es jugar en equipo. Nos deparan muchas horas en su online, con momentos que prometen ser antológicos. Y es que la pasividad de contemplar sus batallas online ya prometen ser de órdago. Por supuesto, es criticable y dolorosa la imposición de EA de estar conectados a la plataforma Origin para aquellos que vayan a jugarlo en PC, algo que echará a muchos para atrás. Pero independientemente de que el juego pueda llegar a otros servicios, degustar Battlefield 3 debería ser obligatorio para todos aquellos que sepan realmente valorar un enorme juego Online. Y es que cuando DICE se ocupa de realizar aquello por lo que son realmente reconocidos, no tiene a nadie quien les tosa.

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  1. PARÁ LA WEÁ CULIAOS NO TENÍ NI IDEA DE KE HABLAÍ. COD LOH MEJOR PARA LA PC ASI KE DEJEN YA DE JODER.  ¡KE PARÍ LA WEÁ, CONCHETUMARE CULIAO!

  2. Yo creo que un blog sin sus oigan ni es blog ni es nada. En otro orden de cosas me he hypeado con el análisis y mucho me temo que este es otro de los que terminará cayendo tarde o temprano.

    ¿Por cierto, hay alguna especie de autoselector de nivel a la hora de jugar online? Me refiero a si siendo un novatillo te ponen con los putos héroes o hacen por juntarte con jugadores mierder como tú.

    1. Tú mismo escoges la dificultad o con quién te rodeas. Ya que a la hora de buscar servidores, puedes añadir una serie de filtros, como la dificultad según tu perfil, todo a través del battlelog. Las misiones cooperativas también pueden jugarse en fácil, normal o difícil. Incluso puedes escoger la región o procedencia de los jugadores con los que deseas jugar.

       

      Respecto a los de los hoigan, es una señal de que el blog está creciendo. Cosa buena, desde luego.

  3. Es un buen juego (actualmente me encuentro enganchado a él…) Pero bajo mi punto de vista, existe una diferencia evidente entre la versión de PC y la de consola ya que en esta ultima, se puedes encontrar texturas muy cutres en determinados sitios, la cantidad de jugadores se ha visto reducida de 64 a 24 y se han reducido los escenarios pero por lo demás, se ha respetado bastante bien (destrucción de escenarios, iluminación, físicas…). Actualmente estoy con la versión de PS3, así que si alguien se anima a unos cuantos tiros, que avise 😉

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