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Análisis: An English Haunting 1

Análisis: An English Haunting

Peniques de pulpa

Análisis: An English Haunting 3
Fecha de lanzamiento
22 mayo, 2024
ESTUDIO
Postmodern Adventures
EDITOR
Postmodern Adventures, enComplot
PLATAFORMAS
PC

An English Haunting juega con el tiempo. La nueva aventura gráfica, en su formato point and clic, de Postmortem Adventures muestra claramente sus influencias góticas, pero también, y sobre todo, la influencia de la literatura pulp de terror norteamericana y de las penny dreadfuls británicas. Entre la primera mitad del siglo XX del pulp y el ocaso decimonónico de las dreadfuls, elige con acierto ambientar su historia en la época eduardiana (1901-1910), cuando algunas de las supersticiones del siglo XIX comenzaban a dejarse atrás pero aún sacaban la cabeza de vez en cuando.

Uno de los tramos del juego refleja a la perfección ese habitar entre un mundo que llega y otro que se va: cuando acudimos a un estudio de fotografía mortuoria. El fotógrafo nos cuenta que el negocio ya no va bien, que la gente comienza a verlo como algo tétrico, algo que después confirman otros PNJ. Moviéndome en esa transición histórica me he sentido no solo cómodo, sino también ilusionado, absorbido y saciado.

Un contexto cronológico que viene acompañado de un pixel art de artesano. No es un uso para generar «ruido», como el que utiliza Jason Rohner, sino precisamente, y en el sentido opuesto al de este (y que es mayoritario), para generar nostalgia (y hasta cierto fetichismo) por un tiempo pretérito, el de las aventuras gráficas clásicas, que se anhela. Un pixel art de finos cuadrados gordos que rehúye a conciencia herramientas contemporáneas para que todo lo que aparezca en pantalla sea fruto de un uso magistral de la paleta de colores, desde el brillo, al humo, la niebla o los claroscuros. Amén de todos y cada uno de los personajes, escenarios y situaciones, que se presentan como una caricia para nuestros ojos.

Análisis: An English Haunting 4

En este sentido, An English Haunting roza la maestría, y más cuando viene acompañado de una banda sonora en la que el pragmatismo por crear la crónica musical para cada escena supera la pretensión autoral; una decisión que ha de ser entendida como una auténtica virtud.

El título de Postmortem Adventures no esconde sus cartas en la apelación a la nostalgia, y sigue en orden y en fila india cada una de las características de diseño de juego, de escritura y de experiencia de usuario e interfaz que hicieron celebérrimas y convirtieron en iconos a sagas como Monkey Island o Broken Sword o que concedieron el estatus «de culto» a títulos como Clock Tower. Así, deberemos inspeccionar los escenarios a conciencia y hablar o interactuar con todo aquello que se nos permita para recoger todos los objetos y obtener la máxima información posible para superar cada tramo.

Este tributo continuo e inquebrantable a las costumbres de diseño del pasado, a veces desemboca en consecuencias no siempre agradables. Desde luego, no cuestiono su legitimidad ni su libertad creativa (¡qué necio sería!), pero en cuanto a la fluidez del juego, nos encontrarnos con la misma estructura tradicional: recogemos objetos, hablamos con personajes y buscamos una solución para seguir avanzando. El problema es que se crean previsibles nudos, o embudos, en el flujo de juego, lo que llevan a disfrutarlo como un chiquillo a la vez que el temor a la resolución del nudo no deja de intimidar. Y esa preocupación, al menos en mi caso, repercute en la experiencia integral, aunque la resolución del nudo apenas dure veinte minutos. Hay un contraste entre el bienestar que nos invade al transitar por los escenarios, buscar la información y leer las ramas de diálogo, con el momento en el que debemos pararnos a resolver los entramados lúdicos. Aunque esto, como digo, no es tanto un problema de An English Haunting sino de la tradición que ha decidido seguir (algo, el apego a la tradición formal, que tampoco es patrimonio exclusivo de las aventuras point and click, y que se encuentra, sin ir más lejos en las aventuras de acción o los FPS); una tradición a la que, por cierto, no le faltan legiones de seguidores hambrientos de, precisamente, esos mismos estándares.

De este modo, An English Haunting se muestra más cercano, rozando la hermandad, con The Excavation of Hob’s Barrow que con Verne: The Shape of Fantasy de Gametopia, donde sí intentaron salir o alejarse siquiera de esa estructura (con la introducción de otras mecánicas, por ejemplo), un «ir más allá» que me consta les valió las críticas de los más puristas del género, aunque tratara de insuflar nuevos aires.

Ese apego a la tradición se ve también en la escritura de la historia (que a veces tiene prisa por avanzar) y en la consecución de su identidad literaria.

Si bien hace del terror y lo paranormal su carta de presentación, y aunque se incluya sin ningún tipo de duda en el género fantástico, An English Haunting no es terror en el sentido que lo es Detention, los juegos de Desert Fox (serie Bad Dream) o la hasta ahora dulogía de Creepy Tale. Se entiende más como un sentido homenaje al género literario; un género literario limitado por las convenciones de su género lúdico. Probablemente no sientas ningún escalofrío, pero te reirás con los chascarillos que sueltan los personajes regularmente; unos chascarrillos que se encuentran en el alma de los point and click, pero que impiden alcanzar ese terror puro y verlo más como una aventura de misterio o una comedia de terror. Las escenas ectoplásmicas son geniales, hay horror sepultado entre ciertas paredes y visos de folk horror… ¡hasta aparece sangre!, pero es difícil sentirnos amenazados por una atmósfera cuando a veces los personajes no se toman en serio a ellos mismos. De hecho, lo más terrorífico del juego es el comentario social sobre la época eduardiana, algo en lo que no escatima y que siempre es bienvenido.

Análisis: An English Haunting 5

El título destila amor al terror, lo fantástico y el misterio por los cuatro costados, como muestra el test de conocimientos de literatura de terror que nos encontraremos en una librería especializada; o el tramo en el que reconstruimos unos hechos controlando a un famosísimo escritor de la época. Se disfruta, se siente, incluso se saborea el terror, pero más como trasfondo que como demostración ideal. Un romance que alcanza su clímax al final del juego, donde se produce una explosión secuencial de las mayores influencias literarias que le han dado vida. Todo esto no le resta un ápice de interés. Es más, creo que es lo que buscarán los seguidores del point and click. Pero en mi caso, convirtiéndome yo ahora en purista, esperaba encontrarme con algo más ortodoxo en cuanto al terror se refiere.

Pero aunque no consiga entumecer tus emociones, An English Haunting merece ser celebrado, porque detrás hay pasión, un trabajo intachable y momentos tremendamente interesantes en cuanto a escritura se refiere (la banda irlandesa, el combate de boxeo). Tan es así que no necesitarás haber jugado nunca a un point and click para caer rendido a su encomiable maldición.

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