Tengo exactamente la misma idea que tú sobre el desarrollo independiente de videojuegos: Poca y toda de oídas. Claro que papá internet provee de toda la información que uno desee, pero en lo que a este tema respecta, no me ha sido fácil encontrar ese mágico mapa que te lleva de la manita al olimpo videojueguil.Mi objetivo es crearlo para vosotros: Una bitácora personal de mi epopeya por el infierno Indie, desde los más tiernos comienzos de mi vergonzoso desconocimiento actual. No puedo aseguraros más que código, sudor y lágrimas a lo largo de este viaje a la deriva on-line. La brújula apunta hacia El Dorado: Lanzar ese juego que llevo programando desde que tenía recreos y merendaba Nutella a paladas; Con esperanzas de vivir de ello. Llegar hasta allí depende de mí fortuna y de vuestra inestimable ayuda.¿Qué puede empujar a un hombre medianamente sensato a semejante aventura infantiloide?Como mandan los cánones novelescos, nací predestinado.El 23 de Junio de 1991 es una fecha grabada en el corazón de todo seguero que aún no se haya extinguido: Sonic asomaba el hocico en las flamantes Sega Genesis de los States. Sospecho que aunque hoy vive maltratado con infames secuelas, no necesita presentación alguna.Exactamente el mismo día, el atronador Mazda 787B cruzaba la línea de meta en primera posición en las prestigiosas 24 Horas de Le Mans. A día de hoy, es el único coche japonés en haberlo conseguido, además de ser el primero y último en hacerlo en cabeza con un motor rotativo diseñado para desgarrar tímpanos, lo que le reserva un lugar privilegiado en la loca historia del automovilismo de competición. Deleitaros con su sonido.Nacer en semejante momento sólo podía dar lugar a un enfermo de los videojuegos y del mundo del motor.Descubrí el dato como se descubren estas cosas: Quemando horas en Wikipedia, pensando a qué dedicar mi existencia. Estudié Diseño de Producto con la intención de acabar siendo el papá de algún deportivo de ensueño. En el proceso, fui convirtiéndome en el abuelo cebolleta de veintitantos que soy ahora. Esa clase de tipos que babean con el Seat Marbella en el que iba al cole, pero que le hace ascos al último Ferrari en salir de Maranello “Porque no es como los de antes” (Refiriéndome a tiempos en los que no era ni un proyecto, narrados como si los hubiese vivido a pie de pista).Sí, soy ese pureta repelente que te increpa agresivamente (Codo hincado en la barra del bar más grasiento de Madrid) dando datos aleatorios que no te interesan sobre viejas glorias del motor, mucho mejores que Frenando Alonso (Pulla intencionada) a la mínima muestra de interés por tu parte.
…
¿Alonso?
Ese tipo no es nadie joder. (Mis brazos se agitan furiosamente) Si Guilles Villeneuve no hubiese muerto en el ’82… Mira esto por Dios, el adelantamiento a Arnoux en 1979… eso eran carreras, ¡No esa mierda híbrida de ahora! (Gestos de furia suprema en lo que saco el móvil cual pistolero del Lejano Oeste)Este mismo principio, que no iba a llevarme muy lejos en el hipertecnológico y competitivo mundo del diseño de transportes, se me aplica a los videojuegos. Y hacia este terreno inexplorado me dispongo a encaminar mi carrera profesional.Aquí en Españistán, los 80s y primeros 90s sobrevivieron en el bar de la esquina donde invertí mi infancia de cien en cien pesetas. Allí estaba OutRun, Metal Slug, Daytona USA…
¡¡¡¡DAYTONAAAAAAAAAA!!!!
Oh Dios, no puedo ser el único al que se le ponen los pelos como escarpias al escuchar ese alarido. Aún recuerdo ese idílico Estados Unidos que se inventaron unos japoneses ratoneros en algún sótano de Tokio. Y quiero recuperarlo, para todos vosotros, en un ejercicio de HAMOR.Iréis conociendo mi proyecto más en profundidad en sucesivos capítulos, así como los pasos que he ido decidiendo para convertirlo en una realidad, con transparencia total.Ahora que me conocéis, sabéis que salvo que me mentéis alguna modernez automovilística que vaya en contra de mis férreos principios éticos sobre el viejuno arte de los coches de antes, estaré encantadísimo de escuchar vuestros ánimos, insultos y consejos. Cualquier sugerencia o petición será bienvenida, me encantaría convertir la sección de comentarios de estos artículos en esa barra de bar imaginaria desde la que lanzarnos improperios malintencionados y consejos de taberna con el más absoluto de los cariños.¡Bienvenidos a bordo!Capítulo siguiente