Estaba pensando sobre qué escribir este Domingo, Un Domingo que se caracteriza especialmente por las altas temperaturas que tenemos que soportar. No se si vosotros sois de esos que se meten la play en la mochila y se la llevan a donde quiera que sea, o bien os olvidáis del tema durante el verano para retomarlo en Septiembre acompañados del gran aluvión de videojuegos que nos esperan. Yo normalmente me llevo la Nintendo DS y aprovecho para jugar a todas esos juegos a los que no he tenido tiempo de jugar mientras tranquilamente estoy en la playa. Cuando era pequeño, lo único que me llevaba de vacaciones era los libros de vacaciones santillana para estudiar las asignaturas que había suspendido, las vacaciones eran como ir a una academia a preparar unas oposiciones pero en algún complejo turístico como Alicante, Salou, o Benidorm, llenos de gente. Teníamos que madrugar mucho para poder colocar la puñetera sombrilla y, como apenas pega el sol en la primera quincena de Agosto, mi madre me impregnaba de crema como si quisiera hacerme parecer a una crisálida. En aquél entonces la playa me parecía una broma de mal gusto, porque mojarte para luego salir y que se te pegara toda la arena era una auténtica putada, parece que estaba hecho a posta. Esas vacaciones duraban bastante poco, y estabas en Madrid otra vez sin casi darte cuenta.
Estos últimos años las cosas han cambiado. Siempre me ha gustado estar conectado en cualquier parte, sin tener que preocuparme de que haya redes abiertas o sin abrir y poder mirar el correo y mis feeds de noticias, pero cuando llega el verano, sobre todo cuando llevas unos 15 días intentando olvidar passwords, temas del curro, problemas personales y pones el objetivo en mirar al horizonte como mucho, al volver te das cuenta que toda la información que habitualmente estamos acostumbrados a manejar realmente no es necesaria. Al llegar a casa con el típico dolor de cabeza después de unas cuantas horas de viaje normalmente tardo más de lo habitual en encender el PC, que suele ser lo primero que hago siempre, y cuando lo hago y empiezo a leer las noticias de todos estos días de golpe, siento que realmente no son necesarias, y durante unos días paro de intentar estar al tanto de todo y me comporto como una persona sana, y pienso cosas como ¿para que cojones necesito saber que hay una nueva versión de chrome?… pensadlo.
Lamentablemente me suele durar bastante poco, ya que como dicen en ese anuncio de telefónica estrenando creativo de publicidad, es cierto que cuando intentamos desconectar, decidimos que lo mejor es conectarnos. Ahora con cualquier móvil nos podemos conectar a internet y con un poco de maña es posible estar al tanto de todo en movilidad, pero si además tenemos un android, blackberry o iphone las vacaciones dejan de ser vacaciones. Por eso últimamente me planteo si llevarme un móvil antiguo que tengo en el cajón de los calcetines al lado de la PSP.
Creo que en vacaciones hay que dejarlo todo atrás, y empezar a mirarse a uno mismo, que igual que un trastero viejo, durante un año da tiempo más que suficiente para tener unas cuantas dolencias (físicas y mentales) más que el año pasado no teníamos gracias al estrés y a las rutinas insanas a las que nos sometemos, como 12 horas delante de una pantalla de ordenador, o sentir ese peso llamado vaguería concentrada cada vez que nos proponemos que hay que hacer deporte y que no se puede estar sentado en el sofá tragándonos ese programa interminable llamado Sálvame.
Yo aún no me he ido de vacaciones, soy uno de esos que prefiere ir a contracorriente para evitar aglomeraciones de gente, no soy gran amante de las fiestas ni de la juerga, prefiero descansar, disfrutar de una buena comida o de una buena vista, y poco a poco notar que respiro mejor, que descanso mejor, que se pueden dormir 12 horas y que no pasa nada, que 3 horas de siesta debería estar contemplado en el estatuto de los trabajadores, etc. Esas cosas. Como propuesta para este año tengo: Mirar al móvil sólo una vez al día, seguir con la dieta, olvidarme de todo menos de lo que he desayunado ese día, permitirme algún capricho y el análisis que mucha gente hace a fin de año para intentar ser menos capullo el año que viene, yo lo hago en las vacaciones, los últimos días.
Veremos como se presentan este año. No me extrañaría escribir un dominical cuando vuelva sobre el sonido de las olas del mar, o de la paz en el mundo, o convencer a twinsen de que cambiemos el aspecto del blog para estar en más armonía con la naturaleza y que los análisis de juegos sean en verso… quien sabe. Sólo espero que todos pasemos una vacaciones cojonudas, sinceramente.