Desde que vi Tiny Lands por primera vez he estado pensando, tratando de recordar si he visto algo parecido. Se me ocurren mil referencias en juegos y pasatiempos tradicionales, pero lo cierto es que soy incapaz de pensar en algún videojuego que haya entrado tan hasta el fondo con una mecánica que es más probable encontrar al final de un periódico junto a los sudokus y problemas de ajedrez que en una pantalla. Así que, antes de seguir, les tiro la pregunta a ustedes y me responden en los comentarios, porque me he quedado bastante intrigado.
El juego de los barceloneses Hyper Three Studio es, básicamente, un pasatiempo interactivo en el que debemos encontrar cinco diferencias entre dos escenarios. Cuando se juega a esto se hace habitualmente con una imagen plana en dos dimensiones, pero aquí hay un set entero recreado en tres que podemos rotar, acercar y manipular para desentrañarlo. Visualmente recuerda un poco a Mountain, Monument Valley y otros juegos por el estilo, aunque no tenga nada que ver, y supongo que en parte algo habrá influenciado en el uso de los espacios y la visión del jugador. Pero aquí no hay interacción, no hay puzles ni nada que nos distraiga de la tarea. Si acaso un poco de musiquita lo-fi y el sonido ambiente del propio escenario, una forma inteligente de mantener al jugador ahí metido para que se concentre mejor.
Me gustan este tipo de juegos tranquilos. Aquí lo importante, en palabras del estudio, es pasar un rato relajado, tomarse una tacita de café caliente en un día lluvioso mientras paseamos la mirada por el faro, la playa o el escenario que toque y descubrimos qué hay de diferente en cada set. No es necesario más.
Tiny Lands está ya disponible en PC.
Puedes encontrar más información sobre el juego en su página oficial.