La gente normal utiliza el Sábado por la mañana para hacer la compra, tomar el aperitivo y mamarse lo suficiente como para aguantar la comida en casa de los suegros. Yo por mi parte suelo dedicarla a golpear pelotas de golf con un hierro 13 desde la azotea de mi ático para que la clase media sepa cual es su lugar, pero este sábado hice una excepción y me acerqué a Retro Encounter 2011 con el fin de saborear un bocatín de tortilla de La Politécnica y comprobar como un lugar que habitualmente es una puerta al infierno (el encuentro se realizó en la sala de exámenes) se convirtió en un sitio lleno de HAMOR por los píxeles y transistores.
Acompañado por Jorge (si, el de La Caja de Jorge) nos dispusimos a recibir nuestra propia dosis de “Cine de Barrio” trasladada a los videojuegos. Allí pudimos tocar y saborear partes de nuestra infancia y aprender como comenzó todo esto. Tocamos todo lo que nos dejaron tocar, incluyendo una copia original del ‘Jorge Martinez Aspar’ para Spectrum que casi hace que se me salten las lágrimas, jugamos a ‘La Abadía del Crimen’ en un trasto que sería incapaz de describir, nos compramos camisetas de Atari y unas maravillosas agendas realizadas con discos de 5 1/4 y disfrutamos con la sabiduría de todos los expositores que, amablemente, hablaron con nosotros de aquellos tiempos en los que no existían DLC’s y no se podía guardar la partida.
El borrador inicial de este texto era una crónica más o menos detallada de todo lo que vimos por allí, pero creo que esta feria no es de objetos o muestras, sino de sensaciones y os puedo asegurar que fue una mañana para disfrutar, reencontrándonos con viejos artefactos que marcaron nuestra infancia (los que habíamos tenido) y nuestros sueños (aquellos que veíamos en las revistas y nunca llegamos a tener). Una cita imprescindible para todo amante de lo retro que espero que el año que viene abra sus puertas de nuevo.
Os dejamos con un vídeo con las cosicas que allí vimos y la pertinente galería de fotos.
