Primeras Impresiones: Prison Architect

Primeras Impresiones: Prison Architect 2

No dudamos que  nuestros lectores sean gente de bien, sobre todo los que comentan. Seguro que el máximo encontronazo con la ley que han tenido ha sido una multa de aparcamiento por aquí, una de velocidad por allá y algún que otro cargo por atraco a mano armada. ¿A quien no le han pillado en alguna de estas? Afortunadamente, nuestras pequeñas perrerías nunca nos han llevado a la cárcel, y de los delitos graves… bueno de esos nunca se enteraron las autoridades.

Es por ello que hoy les traemos unas primeras impresiones de Prison Architect, un juego de gestión y estrategia en tiempo real que se encuentra en Early Access.

Leyendo el título del juego puede inducir a error, ya que puede parecer que el objetivo principal es el diseño de penitenciarías y su ejecución antes de que lleguen los reos, el juego es mucho más profundo que eso. En Prison Architect se nos da el poder de una prisión en el que tenemos que equilibrar el presupuesto (siendo una penitenciaría como un negocio, en el que puedes llegar a tener inversores) y el bienestar de los presos.

En estas primeras horas, el juego ha corrido fluido con bugs menores (como construcción de puertas no funcionales) que no afectan a la experiencia de juego. Lo que sí afecta es la falta de información detallada sobre su manejo, ya que aunque cuenta con un tutorial de unos diez minutos no cuenta nada de la gestión, y este apartado hay que ir descubriéndolo mediante horas de partidas en las que uno se da cuenta que hay personajes cuyo comportamiento está automatizado, mientras que hay otros que no.

Así, el juego no es un simple gestor de construir celdas. Hay que tener en cuenta el bienestar de los presos, porque es muy probable que se terminen amotinando. De hecho, a la mínima suelen reaccionar con violencia ante cualquier cosa.

No hay un consentimiento o una dureza expresa. Podrías poner 500 guardias y seguirían comportándose como presos violentos, y amotinándose por cosas como la falta de pesas en el patio o incluso por la presencia de guardias armados.

Otra de las posibilidades es la de gestionar en cada momento una emergencia y los planes de seguridad. Es decir, si tus presos se amotinan puedes decidir mandar a todos los guardias, encerrarlos, o mandar a unos guardias armados y ordenar que abran fuego. Pero claro, como negocio que es nuestra prisión, matar presos tiene la contraparte de hacernos perder mucho dinero, y un motín puede suponer un desprestigio y pérdida de inversores.

También se da la posibilidad de fuga, y tenemos que tener en cuenta muchos factores, con guiños cinematográficos incluidos. Pero en este punto es quizás donde más fácil es la experiencia, ya que con construir un buen muro o valla, no tendrás fugas en tu prisión.

Prison Architect

En la introducción destaca el desarrollo de una historia tipo cómic contándote lo que hizo un reo al que debes ejecutar, y en el que destaca la frase del jefe de seguridad: “Nosotros no nos encargamos de juzgar sólo de aplicar la justicia”. Bajo este leitmotiv se podría haber aprovechado para crear un modo historia (que puede ser incluido en la versión final del juego) que multiplicaría la experiencia de juego mucho más, dejando de lado la gestión y la libertad absoluta y dando unos objetivos de acuerdo a una historia.

Quien sabe, podríamos acabar como Jaume Matas, residiendo en la misma prisión que nosotros mismos inauguramos.

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