Qué movida el E3, ¿eh? Resulta que ayer ya hubo presentaciones (y hoy de madrugada) y seguramente muchos de ustedes se quedaran hasta tarde para ver qué es lo nuevo que traía gente como Bethesda al mundo de los jueguitos. Yo no, pero eso no significa que no fuera a hablar de una de las cosas que más me llamaron la atención de lo que llevamos de feria, que además fue presentada a una hora un poco menos intempestiva que la charla de la compañía de Todd Howard. No doy más vueltas sobre el tema y voy directo: quiero hablarles de Spiritfarer, lo nuevo de Thunder Lotus Games (Jotun, Sundered).
Esto va de Stella, una barquera, y de conducir a la gente a su destino final, de aprender a morirse y despedirse con una sonrisa tras una vida disfrutada. Una visión de la muerte que no llega a la cercanía física de A Mortician’s Tale pero que pretende sumirse también en la corriente positiva que entiende que todas las cosas han de tener un final. Para ello iremos ampliando nuestro barco, creando habitáculos para cada nuevo viajero casi como en un simulador de construcción de casas. Tendremos también que recoger recursos y fabricar cositas, pero al final el principal interés será que tratemos con los pasajeros de nuestro barco, intimemos con ellos y nos acabemos dando un buen abrazo antes de su destino final.
Me gustan mucho todos los juegos que se acercan a la muerte de forma distinta a la habitual, ya sea con inocencia como con ganas de cachondeo (se me ocurre Afterparty), por lo que Spiritfarer se queda ya en mi radar para avisarles de cuando tengamos fecha. No hemos hablado mucho de lo increíblemente bonito que es, que casi parece una serie de animación, pero no duden de que habrá tiempo de hacerlo cuando vuelva a darles la plasta.
