Llevamos dos año y medio hablando de Night in the Woods y a estas alturas creo que junto a Rain World, es el título que con más ilusión espero (que ambos juegos estén protagonizados por gatos es una feliz coincidencia). La historia de este gato que regresa a su pueblo natal me tiene encandilado desde la primera vez lo pusimos por aquí y la cercanía de su salida (se le espera para octubre) hace que las noticias empiecen a circular.
Ha sido en el pasado E3 donde la gente de Playstation.Blog ha aprovechado para abordar a Alec Holowka, quien junto con Scott Benson y Bethany Hockenberry, se encuentra en la última fase del desarrollo de Night in the Woods. En el vídeo podemos ver unos diez minutos de gameplay, el cual confirma que buena parte del largo tiempo de desarrollo se ha invertido en crear un acabado artístico espectacular, plagado de referencias y que logra transmitir ese tono a mitad de recorrido entre el re-descubrimiento y el hastío que provoca la vuelta a casa.
Lo más interesante, o al menos lo más interesante para mí, es todo lo que rodea la trama principal. Las conversaciones se desarrollan de un modo parecido a lo que pudimos ver en OXENFREE, con líneas de diálogo sobre los personajes, los cuales se expresarán según su propia personalidad sin aparente intervención por nuestra parte. Ahí es donde entra el terreno social, el cual, y siempre desde esa mirada del mundo que nos rodea que sólo se tiene a los 18 años, reflejan muchos de los problemas que sufre una pequeña ciudad estadounidense -y por ende cualquier ciudad occidental-, como la ausencia de identidad que se produce a consecuencia de la pérdida de puestos de trabajo y la llegada de la globalización. Ese “sin futuro” permanente del que por desgracia sabemos mucho por aquí.En este universo extraño que es el videojuego, donde la reivindicación como medio artístico pasa siempre por una concepción visual, creo que la gran revolución pasa sin duda alguna por incluir este tipo de argumentos sin dejar de lado la parte puramente mecánica. La oportunidad de vivir historias que ofrece el medio debería empezar a acoger con mayor entusiasmo aquellas en las que matar/destruir no sea la primera o única opción, aunque si hay que hacerlo, mejor que sea lleno de furia adolescente.