Miyamoto, Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades

Miyamoto, Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2

Ha salido hoy la noticia de que Shigeru Miyamoto (creador de Donkey Kong, Mario, Zelda, Starfox…y mil cosas más) recibirá el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades. Esto, que para muchos jugones supone una buena noticia y un reconocimiento a los videojuegos como «cultura», a mí me genera una serie de inconvenientes.

Para empezar, y antes que nada, felicidades al señor Miyamoto por su premio. Y desde ya aclaro que no me disgusta que lo haya ganado, aunque me parece que sus otros dos competidores (la agencia de fotografía Magnum y el filósofo sefardí Edgar Morin) destacan más en el campo de la «comunicación» y las «humanidades». Según el fallo del jurado, se premia, fundamentalmente, por el papel que ha ejercido acercando los videojuegos a todas las generaciones y por su trayectoria personal y su influencia en el medio, acreditando varios de los mejores títulos de la historia.

Viendo esto, ¿por qué digo que no me encaja en esa categoría? (Cuando sí me encajaría en el de las Artes, o en el de la Concordia por excluir la violencia de sus creaciones). Fundamentalmente basándome en la trayectoria del premio. En ella vemos que hay de todo un poco, centrándose mucho en las entidades de divulgación científica, los filósofos, prensa o periodistas. Así, encontramos cosas como Science y Nature (el alfa y el omega de las publicaciones en ciencia), la Royal Society y National Geographic, institutos culturales europeos, Gustavo Gutiérrez y Ryszard Kapuscinski (por retratar las miserias en el mundo) o Google (que por poco que me guste, sí que acerca el porno la información a la gente). Por otro lado, tenemos otros premiados más discutibles, como Luis María Ansón (mi héroe personal, aunque no querría un premio que tenga él, salvo el de Jurado de Miss España) o El País…

Sea como sea, a poco que nos fijemos es un premio dado a «pensadores» o a divulgadores, y Miyamoto nunca ha sido un divulgador. Él ha sido un creativo y un empresario, cuya finalidad era vender videojuegos (y lo ha hecho muy bien), pero nunca con el objetivo último de llevar los videojuegos a las masas, sino de asentarse en nuevos mercados (Wiifit, DS…). Tratarlo como lo que no es (un humanista, un divulgador) sería como poner a Steve Jobs de ejemplo de al…oh wait.

Por otra parte, hay quien quiere ver en esto un premio a los videojuegos y su papel creciente en la sociedad española. No nos confundamos, porque no lo es, ni lo será. Es un caramelito para tener contento a un sector que así lo verá, pero no hace olvidar que uno de los principales partidos políticos de este país tuvo en su programa varias menciones a ellos…sólo en la lucha contra las adicciones, y nada refiriéndose al tejido productivo. Teniendo en cuenta que son la primera industria de ocio en España, y que somos la quinta potencia europea en consumo (en medio de una crisis voraz), ¿cómo es que no se toman iniciativas para aprovechar el consumo interno y generar empleo y recaudación? El Premio Príncipe de Asturias no va a cambiar la mentalidad de los señores que más de 60 años que nos gobiernan, y probablemente sólo llegue a una comunidad gamer a la que no hace falta llegar, pues ya ama a Miyamoto.

¿Qué sería un premio a los videojuegos en España? Aprovechar la incipiente industria del videojuego, pues aquí hay títulos muy buenos. ¿Cómo? Tenemos unos gabachos vecinos justo encima que han decidido prolongar hasta 2017 las excenciones fiscales (a petición de Quantic Dream) para que las compañías se establezcan, contraten gente y produzcan. ¿Qué se logra cuando de verdad se le da relevancia a los videojuegos? Pues 16.000 empleos en el sector (datos de 2011), como en Canadá, y una recaudación directa al estado de unos 1.700 millones de dólares canadienses (datos de 2010). El premio de Miyamoto es a él, y no deja de ser estética.

¿Acercará los videojuegos a la sociedad en general? Lo dudo, sólo alegrará a los jugadores. ¿O alguien se acuerda de los Príncipe de Asturias del año pasado? (No vale el de Deporte a la selección española tras el mundial). Eso pasa, porque, al ser premios de trascendencia «menor» sólo nos acordaremos de los que nos afecten a nosotros (que premien a alguien muy conocido, un ídolo nuestro…) ¿Servirá para que se invierta más en empresas españolas, publicitar títulos patrios o acercar la industria al público? Entonces…¿exactamente por qué es una buena noticia para los videojuegos en España? Lo siento, pero no me convence.

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