Limbo es lo primero que viene a la cabeza cuando uno llega a Leecher. Es normal, hablamos el patrón oro de las aventuras en blanco y negro con un diseño oscuro y malrollero, casi expresionista. Pero, sin embargo, puede que esté más cerca de Rain World (deseando estamos que salga) que de la obra de Playdead, apartado visual aparte. Porque ante la horda de simuladores de niños que lo pasan mal en entornos de pura negrura, Leecher opta por otra solución: aquí encarnamos a un organismo simbiótico que se irá “asociando” a otras criaturas y manejándolas para alcanzar sus objetivos.
Que no son otros que sobrevivir. Porque en el futuro lejano, en el planeta distante en el que nos hallamos, la catástrofe ecológica amenaza con dejarnos en un yermo inhabitable. Salvo que nos hagamos el control de cuanto bicho encontremos, ya tenga patas o plumas, hasta un total de seis posibles criaturas extrañas y adaptadas a un planeta aún más bizarro. Para conseguir el objetivo de darnos unos diseños peculiares y crear esto se han juntado cuatro ucranianos, Borys Koreniev, Alexander Parafeinik, Vitaliy Shved y el compositor Molo Dimolo, y más o menos esto que verán a continuación es lo que han conseguido.Como pueden ver, el resultado final añade a los puzles y las físicas trabajadas una parte contemplativa, la de observar la existencia con distintos ojos y apéndices e imbuirse de ella en cada una de esas formas.
Quizá por eso me sorprende lo mal que lo están llevando en Indiegogo, en la tónica general de una web que creo que empieza a estar ya agotada. Sólo queda desearles la mejor de las suertes y esperar que el proyecto vea en algún momento la luz, consigan o no la financiación en la plataforma.Greenlight