Hubo un tiempo en la historia de la humanidad, y más concretamente en la de este pequeño país, en el que lo “normal” consistía en buscarse un trabajo sencillo a la par que miserable para ir pagando nuestros vicios estudios. Era un momento con fecha de caducidad. Una especie de trámite necesario en la iniciación a la edad adulta que ibas retrasando como podías a base de poner copas o reponer estantes de supermercados. La suerte o la desgracia ha querido que en la actualidad esto forme parte de los libros de historia o las pelis de los ochenta, pero nunca está de más recuperar una etapa vital para muchos de nosotros… y añadirle toques de RPG.
Knuckle Sandwich nos pone en la piel de un joven con problemas de liquidez que trabaja en una hamburguesería tras mudarse a una nueva ciudad. Nuestro protagonista odia su trabajo y todo lo que lo rodea (en el momento histórico del que hablaba antes al menos no teníamos mensajes motivacionales), así que la serie de desapariciones que se están sucediendo en el barrio le parece una excusa tan buena como cualquier otra como para dejar a un lado sus obligaciones e investigar algo más sobre el tema.
Andrew Brophy mezcla algo de crítica social, minijuegos, aventuras y RPG para crear un producto que emana personalidad. No se trata únicamente de combates por turnos contra narices con patitas, sino de un universo propio lleno de tonalidades lisérgicas que tan pronto recuerdan a un título de Nintendo como a una alocada game jam.El aspecto retro de Knuckle Sandwich parece en esta ocasión más un recurso de diseño que la enésima llamada a la nostalgia por parte de un desarrollador independiente, lo cual resulta de agradecer. Por mi parte cualquier cosa que parezca un EarthBound pasado de vueltas cuenta con mi apoyo, así que si son de la misma opinión que un sevidor no duden en pasarse por Greenlight y dejarle su voto.Knuckle SandwichKnuckle Sandwich