Hollowbody quiere ser tu Silent Hill ciberpunk

Hollowbody

Algún día habrá que hablar de cómo Silent Hill (concepto) sigue siendo tropecientos años después el canon universal videojueguil para presentar una atmósfera terrorífica dentro de ciertos parámetros. No deja de ser curioso que un título concebido a través de limitaciones técnicas siga marcando la pauta ahora que contamos con un gritón de teraflops. En cualquier caso, hoy no es ese día. Hoy toca hablar de Hollowbody, una resultona apuesta por trasladar la imaginería de Silent Hill a un escenario ciberpunk.

Ambientado en un futuro distópico cercano, Hollowbody nos pone en el papel de Mica, una transportista que se gana el pan realizando trabajitos para gente que no presentarías a tus padres.

Parecía un trabajo sencillo, otra huida a través de la zona, lenta y discretamente. Pasar desapercibido por debajo de la tormenta eléctrica que cubre el cielo. Pero algo se siente mal. El punto de entrega está muerto… no ha estado activo en meses, tal vez años. Estas cosas pasan, la gente se asusta. Un vuelo de cinco horas de vuelta y unos cientos de créditos desperdiciados en combustible. Te subes a tu hover y te diriges a casa.

Por supuesto, Mica no llegará a casa. En su lugar sufre un accidente dentro de la zona de exclusión, veinte millas de muerte y decadencia selladas por los imponentes y asfixiantes muros levantados tras el colapso.

Se agradece que Hollowbody quiera caminar caminos menos transitados dentro del terror y que haya huido, al menos de partida, de los sempiternos arquetipos del género. Dicho esto, todo el gameplay que se puede apreciar en el tráiler, en poco o nada se diferencia de cualquier título heredero de Silent Hill en cuanto a puesta en escena se refiere. Esperemos que la parte ciberpunk no se quede en un inicio que cambia un accidente de coche por uno de coche volador y un mapa retrofuturista.

Lo que sí funciona, porque lleva funcionando desde que Dios puso en la tierra el uso de dramatización a través del ángulo de cámara, es esa mezcla entre cámara estática, cámara en movimiento desde atrás y posicional con scroll. Han pasado ocho años desde P.T. y el videojuego de terror sigue sin entender que o bien utilizas la libertad de cámara del jugador en el propio beneficio de la ambientación o bien lo limitas y plantas como desarrollador las semillas de tensión a tu antojo. Aquí se ha optado por lo segundo y parece que funciona.

Hollowbody no inventa nada y sin embargo se siente fresquito. El terror en 2D no ha terminado de arrancar nunca a pesar de algunas joyas y el de 3D ha tomado una deriva jumpscare que personalmente detesto, así que no está de más echar la vista atrás e iterar con antiguas propuestas para ver qué se puede rascar de ahí.

Si el proyecto les gusta, pueden apoyarlo en su campaña de Kickstarter. La aportación mínima es de unos 14€ y obtendrán una copia digital cuya entrega está prevista para aproximadamente diciembre de 2023.


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