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Emily is away too: No se puede volver

Emily is away too

En esta web aún no hemos hablado de Emily is away y yo no voy a abrir ese melón ahora mismo. Si no lo han jugado les invito a hacerlo, que para algo es gratuito, y así se ahorrarán mi insufrible perorata sobre el paso del tiempo, el furioso primer amor, la juventud que nunca vuelve, el terrible einmal ist keinmal y la vida en tiempos del Messenger y Myspace. Desde luego puede que fuera un título algo tramposo (¿cómo no llegarnos al corazón con esos lugares comunes y esa nostalgia tan poderosa?), pero el trabajo de diseño de Kyle Seeley fue más que encomiable: un simulador conversacional que emula el AOL Messenger (aquí no le dimos tanto) y una historia que se ramifica en base a dos o tres decisiones y generaba varias diferencias importantes en los cinco capítulos que duraba.

Pues vuelve.

Emily is away too es la «continuación espiritual», que lejos de perseguir la historia que ya vivimos en el anterior, desarrolla una nueva para la ocasión. Con dos nuevas «Emilys» con las que interactuar y un par de añadidos muy interesantes.La idea es que ahora la aplicación se comporte de una forma más cercana a la real, con más opciones de personalización y con algo de coqueteo transmedia: podremos acceder a enlaces en Youtube y transferir archivos. ¡Transferir archivos! ¿Quién no ha tratado de ligar (torpemente) haciendo de Rob Gordon en los 2000, pasando un mp3 en vez de una cinta de cassette?

En fin, no dejen que me ponga sensible. Porque está claro que Emily is away too va a funcionar a poco que no repita demasiado los esquemas del anterior. Es la misma historia que nos llevamos contando desde que pasamos la veintena, la misma añoranza de nuestras torpezas y nuestra inocencia que repetiremos en el camino hacia la tumba. Sólo que llegará un poco antes: a principios de 2017.Emily is away too