Ayer dieron comienzo las Olimpiadas de Londres donde nuestros deportistas darán todo lo que tienen para pasárselo bomba en la villa olímpica, la cual está provista de 150.000 condones para que se relajen entre competición y competición.
Desde hace unos días nuestra televisión nacional nos está mostrado reportajes de lo que fue Barcelona 92 y lo que supuso para determinados deportes que pasaron del anonimato más absoluto, a tener sus 5 minutos de fama.
Nosotros no queremos ser menos y queremos traeros una serie de pequeños artículos donde os mostramos algunos de los videojuegos que se han hecho con las olimpiadas como excusa.
Olympic Gold Barcelona ´92
La cita olímpica más importante de nuestra historia parece un buen punto de partida de este viaje por las medallas y las frustraciones.
Un título aparecido en 1992 (quién lo diría) que sólo pudo ser disfrutado en consolas SEGA (exclusividades en los tiempos de la Expo) y que intentaba tener en la versión de Mega Drive toda la esencia de la competición deportiva más importante.
Era la primera vez que un videojuego poseía la licencia oficial del COI y eso se nota en el empeño de mostrar logos de la competición, así como a uno de los patrocinadores (Coca-Cola) que acaba por aparecer en todas partes. En lo referente exclusivamente al juego, teníamos a nuestro alcance siete deportes en los que participar:
100 metros lisos: Uno de los clásicos en este tipo de juegos que consistía en machacar dos botones lo más rápidamente posible y de forma acompasada hasta llegar a la meta. Uno de los grandes problemas se encontraba en la salida, donde el timming del árbitro variaba con cada nueva partida.
110 metros vallas: Como en los 100 metros lisos deberemos ir a toda velocidad, en este caso saltando sobre las vallas, acción que se desarrolla con un tercer botón. La posición en que sujetemos nuestro mando es fundamental, ya que en la posición “estándar” no seremos capaces de dominar los 3 botones a la vez.
200 metros estilo libre: Nadar a toda leche con los botones habituales, teniendo en cuenta el cansancio. Para mí es la disciplina más agotadora de todo el catálogo disponible.
Saltos acrobáticos: Otro deporte acuático mucho más pausado que los anteriores donde tras elegir un tipo de salto debemos realizarlo. Es de los pocos deportes donde en el modo entrenamiento nos muestran cómo se realiza la acción.
Tiro con arco: Nada de machacar botones, ahora se trata de precisión y control sobre nuestros disparos. Muy atentos a los marcadores de viento y de posición de nuestro tiro. Uno de los más complejos y a la vez divertidos.
Salto con pértiga: Si la anterior es de las mejores, esta es de las peores. Correr y cuando te acercas a la posición de elevación pulsar otro botón y mantener hasta salta el límite (que marcamos al iniciar la disciplina). Muchas teclas y poca explicación de cómo realizarlo.
Lanzamiento de martillo: Dentro de nuestro círculo debemos hacer girar el martillo hasta lograr la fuerza necesaria para llevarlo hasta el infinito. Con dos botones cogemos velocidad y un tercero nos varía la posición hasta alcanzar el borde de nuestro círculo y lanzar el martillo. Difícil el coordinar perfectamente los pasos, pero con practica se logran grandes resultados.
Dentro de los modos de juego la cosa era bien cortita:
Entrenamiento: Para irse haciendo los dedos al sufrimiento extremo.
Mini Olimpiada: Competición a la carta eligiendo en que participar.
Olimpiada Completa: El gran aliciente del juego que nos permitirá ponernos a prueba en cada disciplina. Lo mejor es que tendremos un ranking según nuestras clasificaciones, lo que nos hará remontar puestos en aquellas disciplinas que más dominemos.
Records Olímpicos: Un interesante extra donde nos muestran los mejores resultados y el nombre del que lo logró en las distintas pruebas del juego.
A su vez en algunas pruebas tendremos 3 niveles de dificultad, siendo el último una locura donde veremos caer records mundiales a cascoporro.
En general es un pestiño importante que queda en ridículo comparado con cualquier Track and Field, pero muy válido por su valor sentimental. Supuso un punto de inflexión para este tipo de juegos, ya que a partir de aquí cada 4 años las licencias se han ido pasando cual antorcha entre las distintas compañías. Era tiempos mejores donde SEGA partía el bacalao y no como ahora que tiene que prostituir a su mascota para que compita con un fontanero barrigudo.