Especial Halloween: Phantomas 2

Especial Halloween: Phantomas 2 1

Corría el año 1986 cuando Enrique Cervera y Emilio Salgueiro escenificaron uno de los acontecimientos que más me han impactado de la historia de los videojuegos. Estos dos jóvenes genios de la programación compitieron para crear el mejor juego de plataformas posible, con los mismos medios y bajo el mismo soporte. De aquella «lucha» surgió el ladronzuelo conocido como Phantomas y dos historias muy similares, pero con distintos atractivos. Se acercaron a la mítica Dinamic Software y de aquella unión aparecieron los dos títulos de la saga Phantomas.

El primero en aparecer fue el de Enrique pues estaba más avanzado y nos ponía en la piel de un ladrón venido de la galaxia Andrómeda que planea robar en la gigantesca mansión del millonario lo cual sólo es posible activando todos los interruptores que pueblan el lugar. Para ello no sólo hay que evitar a las decenas de enemigos sino que deberemos viajar al espacio o huir de una bola gigante al más puro estilo de Indiana Jones.

En este «Especial de Halloween» nos centraremos en su segunda parte pues se cambia el argumento para llevarnos a la mansión del conde Drácula. Fuera de nuestras fronteras el título es conocido como «Vampire» y se cambia a nuestro animado protagonista por un feo monigote.


Grandioso plataformas de altísima dificultad dónde debemos recorrer 95 escenarios adquiriendo llaves que nos den acceso a otros lugares, abrir puertas y por última obtener las armas necesarias para vencer al rey de los vampiros. La tarea es algo sólo al alcance de los elegidos y en los personal Phantomas 1 y 2 suponen las dos grandes frustraciones de mi vida jugona, no sólo cuando era un inexperto niño adherido al joystick del Spectrum sino en la actualidad, ya que para este especial he estado varios días intentando terminarlo.

El concepto plataformero es el habitual en los juegos de la época, un personaje con una movilidad bastante limitada que puede saltar y desplazarse lateralmente. En nuestro caso Phantomas posee dos tipos de salto, uno alto para alcanzar posiciones más elevadas y uno largo que nos permite recorrer más terreno. Con ello debemos esquivar docenas de enemigos que restarán ingentes cantidades de energía con tan sólo rozarnos. Para hacer algo más «fácil» la tarea podremos recolectar alimentos (sobre todo pollos asados) que nos aumentarán en 1 unidad la barra de vida.

A pesar de que el control al principio puede parecer tosco nos haremos rápidamente con él y no nos costará el movernos con cierta libertad por los magníficamente ideados escenarios.

Nuestro gran problema serán los enemigos. Pájaros, arañas, murciélagos y toda clase de trampas como rayos laser o flechas que nos estarán esperando en la mansión de Drácula. Todos sus movimientos están muy definidos, la dificultad está en la velocidad de ejecución. No nos darán ni un segundo de respiro y tendremos momentos de verdadero enfado ya que tan sólo aparecer en una nueva habitación seremos golpeados perdiendo un porcentaje de la valiosa barra de vida.

No contentos con la necesidad de avanzar por estancias infestadas de peligros, deberemos buscar llaves para acceder a otras zonas. Esto puede acabar volviendo loco a cualquiera, ya que reviviremos infiernos pasados una y otra vez. Si eres tan hábil y has sido capaz de aprender los patrones no habrás terminado aún ya que ahora debes pulsar los interruptores repartidos de forma un tanto estrambótica por el mapeado y así abrir las «ventanas mágicas» que darán lugar a la última parte de la aventura en la cual deberás buscar martillo y estaca para enfrentarte al mismísimo Drácula.

No olvidar que aquí no existen continuaciones ni nada parecido, el Game Over te hace volver a la entrada al castillo. Ya desde el inicio castigan nuestro error enviándonos a un foso donde un taladro gigante nos dará muerte.

Muchos se preguntarán si esto permite disfrutar y la respuesta es . No es un juego mal programado que no responda al control, ni muestra situaciones dónde veas imposible avanzar, al contrario te alimenta las ganas pues la mayoría de los errores son como consecuencia del jugador que no ha sido capaz de ejecutar a la perfección un salto o no ha memorizado los movimientos de cierto enemigo.

Posee grandes atractivos visuales y ya en su día me dejó maravillado su paleta de colores y los diferentes enemigos a los que nos enfrentarnos. Cómo ya he comentado la estructura de los niveles es maravillosa, la forma de conectarlos entre sí, el incremento de dificultad conforme nos adentramos en los dominios de Drácula y lo distintos que son los lugares, según la zona o altura que estemos del castillo.

Totalmente hamorosa su música introductoria la cual me sigue produciendo escalofríos. Durante el juego pocos efectos de sonido que cumplen con lo que se les pide, si te golpean un pequeño pitido si saltas otro para diferenciarlo. Poco más se le puede pedir.
En definitiva un clásico atemporal y de los juegos más difíciles jamás creados. Seas o no de la generación del Spectrum es un delito no probar esta delicia que te hará sentir terror.

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