Resulta inevitable comparar Cloudpunk con ese epítome del capitalismo que hemos disfrazado bajo el nombre de riders. El futuro es ahora, pero no hay coches voladores, sólo ciudades con un exceso de contaminación y un buen puñado de gente que por necesidad se tiene que subir a una bicicleta para llevarte a casa raciones descompensadas de comida basura ataviados con una mascarilla que les proteja del humo de los coches. El s.XXI ha mantenido los neones y la miseria en la clase obrera, pero ni un triste aeropatín, al menos en esta línea temporal.Te llamas Rania y es tu primera noche de trabajo en Cloudpunk, la empresa de reparto semilegal con sede en la ciudad de Nivalis. Irás a todas partes, desde la Médula hasta las cúspides que atraviesan las nubes grises del cielo y rozan el borde de la troposfera. Ningún encargo es demasiado peligroso y no hay nadie más rápido que un repartidor de Cloudpunk.
Cloudpunk se desarrolla durante una única noche en la que la vida de nuestra protagonista cambiará para siempre. Disponemos de toda una ciudad por explorar y un montón de paquetes por entregar que nos harán conocer a diferentes personajes de todas las clases sociales, los cuales nos permitirán adentrarnos en los secretos de esta enorme ciudad que por supuesto, y como no podía ser de otra manera tratándose de cyberpunk, se encuentra plagada de peligrosas conspiraciones corporativas.
Lo principal, o al menos lo que a mí personalmente más me interesa, es que el recorrido por la ciudad contenga el suficiente flow como para que no se haga pesado. No es algo que se pueda juzgar hasta estar metidos en harina, pero aparentemente en los vídeos todo pinta como debe. El voxelado le otorga ese plus de distinción entre tanta propuesta clónica a nivel estético, mientras que los (intuyo) pequeños momentos a pie pueden darle cierto alivio a la mecánica de reparto.
Cloudpunk llegará el próximo 23 de abril para Windows.