Hay cientos de cosas que pueden inspirar a un creador, ¿verdad? Y como es lógico, muchas veces va a depender de su capital cultural, de su (palabra odiosa) background. En el videojuego se ve, además, con una transparencia que casi asusta, muchas veces ya en la elección del género de tu juego. Por ejemplo, puedes ser de Chimiche, un pueblo del sur de Tenerife, que si estás todo el día jugando a JRPGs y viendo anime es bastante probable que te marques un JRPG como si fueras natural de la prefectura de Kanagawa. Lo interesante y lo fantástico es que cuando se democratiza el desarrollo entra más y más gente con distintos trasfondos, y acabas hablando de algo como Earthworms.
Evidentemente, si hablamos de Edward Hopper no le estamos descubriendo nada a nadie, no es que sea el pintor menos conocido del mundo. Pero ay, en este medio, es la primera vez que veo algo que quiere abrazarse a la obra del estadounidense. Los polacos All Those Moments han creado un pastiche que mezcla una aventura gráfica, un detective con poderes parapsíquicos y un mundo que mezcla el pulp con el futurismo, y han tomado el estilo pictórico de Hopper para pintar a mano sus 34 escenarios. Ojo al resultado:A la mezcla, como no podía ser de otra manera, se une el habitual mal rollete surreal que parece gustar tanto a los eslavos (mencionan en su presskit a Donnie Darko y Twin Peaks) y el producto final acaba siendo una aventura tristona, arcillosa y (como diríamos en mi tierra) trabosa. De resto no esperen una innovación loquísima en las mecánicas, más allá de las habilidades premonitorias del detective, porque esto es un point & click muy clasicote que ha querido diferenciarse en la forma y no en el contenido.
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