Como se juega a Child of Eden

Pues a poder ser drogado y en forma, pero desarrollemos esto.

Cualquier cosa que contenga música, imágenes vectoriales sincronizadas con el ritmo y nos recuerde a Rez, aunque sólo sea en su pantalla de carga suele atraernos por aquí, básicamente porque somos gentes que, humildemente, nos consideramos herederos de los grandes personajes del Renacimiento, como Donatello, Leonardo o cualquiera que luchase con shurikens durante aquella convulsa época. Así que no es de extrañar que desde su anuncio fuese uno de los títulos a seguir desde esta santa casa, sobre todo tratándose de un desarrollo de Q Entertainment, creadores del fantástico Lummines y de esa jodida maravilla incomprendida llamada Every Extend Extra, entre otros.

Child of Eden cumple con los principales pilares sobre los que se labrado el éxito en los anteriores desarrollos de Tetsuya Mizuguchi, que no es otra que desarrollar el gameplay a partir de una sinergia de música, imágenes y participación del jugador para crear una experiencia única en cada partida. En esta ocasión además cuenta con la baza de Kinect, aunque es pronto para saber si será un lastre a salvar o la pieza que faltaba para completar el puzle en la conjunción de elementos rítmicos.

Acabo en una elipsis Hitchcockniana reafirmando mis palabras iniciales. Tras ver el vídeo me queda claro que el juego será divertido de una forma directamente proporcional al estado de tu cerebro y que yo personalmente no aguanto mas de tres minutos con el brazo en alto.

 

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