La fiesta de San Juan, entiendo, es especial en todo el Estado y no sólo en Canarias. E imagino que hay muchos tipos de celebraciones muy similares en el resto del mundo: coger lo viejo y echarlo al fuego para que se consuma y deje paso a lo nuevo. Aquí en las islas la solemos hacer en las playas (y dejarlas hechas un cristo) y he visto que en otras partes costeras de España también (en Madrid no iba a ser), así que tampoco seremos tan particulares. Hacemos una hoguera la noche de la víspera de San Juan y la empezamos a alimentar, e incluso los más brutos la saltan (y alguno acaba quemándose). Como digo, es un tropo bastante común en el que todos podemos reconocernos, por eso uno ve Bonfire Peaks y la idea que tiene detrás le resulta tremendamente familiar.
Corey Martin ha hecho un juego que es puro puzle y sencillo y complicado a la vez: estamos una isla y queremos llegar hasta la cima que hay en el centro. Para avanzar tenemos que ir quemando cosas y rompiéndonos un poco la cabeza. Y muchas de esas cosas que vamos a quemar son nuestras propias pertenencias. Ya está, no hay más, ¿para qué más?
Por el camino la promesa de unos cien niveles en los que ir al grano y movernos por esa isla en preciosos vóxeles mientras tratamos de seguir ascendiendo, con la mecánica del quemado como principal protagonista. Yo no soy el mayor fan del mundo de los juegos de rompecabezas pero admito que la idea detrás me ha hecho mucha gracia y que eso de ir quemando todo el rato lo viejo para dar paso a lo nuevo tiene cierto encanto.
Bonfire Peaks llega hoy mismo (30 de septiembre si nos lees desde el futuro) a PC, Mac, Linux, PS4, PS5 y Switch. Y deberías seguir nuestro Calendario Indie si quieres enterarte de muchos más lanzamientos.