Análisis: Bit.Trip Beat

Análisis: Bit.Trip Beat 2

Cuando Nintendo pensó en crear una plataforma de descargas tuvo clara una cosa. Vamos a fomentar la nostalgia. Juegos pequeños, que consuman pocos recursos y recuperen el gameplay de los 80. Entre las joyas –no es que haya demasiadas- que podemos encontrar tenemos la serie Bit Trip.

Bit.Trip son una serie de juegos creado por Gaijin Games para Wiiware. En ellos, y siempre bajo la premisa de recuperar la estética de los títulos ochenteros, se encuentra –curiosamente- una mezcla que forma parte casi exclusiva de esta generación. La música como hilo conductor del desarrollo del título.

De toda la serie Bit.Trip, que se compone de Bit.Trip Beat, Core, Void y Runner, hoy nos centraremos en Bit.Trip Beat.

Se trata de una puesta al día de Pong en el que el objetivo sigue siendo el mismo. Devolver la pelota. La diferencia radica en que esta vez, nuestro rival no será otra paleta y no solo deberemos devolver una pelota, sino cientos de ellas al ritmo de una BSO basada al completo en sonidos de 8 bits, que se acompasa con los cientos de bolas que hemos de rechazar.

El control elegido se adapta perfectamente a la idiosincrasia de Wii. Sujetamos el Wiimote en horizontal y lo inclinamos para controlar la paleta. Con esto no solo aumenta el control que ejercemos sobre la misma, sino que realiza la función de ritmo aplicado. Nuestro cuerpo se moverá inconscientemente al ritmo que nos propone Bit.Trip. Y esto es algo que los desarrolladores tienen muy claro desde el principio. El sonido, las imágenes y el movimiento son la vida, la ausencia de ellos significarán la muerte. De este modo, cuando hemos fallado una serie de bolas y nuestra energía disminuye, entramos en lo que los chicos de Gaijin Games imaginan que es el purgatorio. Un sitio sin colores, donde la música no existe y solo podemos devolver las pelotas que nos lanzan para ganar energía. Es decir, el purgatorio que los diseñadores han imaginado es volver al videojuegos original.

Bit.Trip Beat es sin duda alguna de lo mejor del maltratado catálogo de Wiiware. Tiene la mezcla perfecta entre juego conceptual, retro-diversión instantánea y pique clásico basado en la puntuación. De hecho, una de las cosas que mas hecho en falta, es un lugar donde compartir la puntuación. En plena generación de logros, donde todo el mundo está dispuesto a medirse el pene a base de medallas, resulta incomprensible que aquí no podamos enseñar el nuestro.

600 Wii Points, no tener problemas relacionados con la epilepsia, y  una total ausencia de prejuicios son los tres ingredientes que hacen falta para disfrutar de este gran título en tu consola.

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