Hace seis o siete años, cuando se empezaba a leer la palabra indie en algunas páginas de videojuegos pero aún no se había popularizado, descubrí el trabajo del desarrollador Matt Thorson con An Untitled Story, un gratuito y divertidísimo metroidvania. Me produjo tan grata impresión que me interesé por el resto de sus juegos y, al quedarme tan satisfecho con lo que vi, el blog personal del canadiense se convirtió en uno mis lugares de visita preferentes de la red. Desde entonces he seguido con cierta regularidad sus noticias y creaciones, la última de las cuales es Towerfall Ascension.Publicado originalmente el año pasado con el sencillo nombre de TowerFall, fue uno de los videojuegos exclusivos de la consola OUYA, aunque esta nueva versión, a la que se le han añadido algunas mejoras, ha salido a la venta en el 2014 también para PC y PlayStation 4. La mecánica de TowerFall Ascension consiste en una sucesión de batallas entre varios jugadores, hasta un máximo de cuatro contendientes a la vez, manejando a unos pequeños arqueros que se baten en distintos escenarios, circunscritos siempre a los límites de nuestra pantalla. Pudiendo escoger entre pelear unos contra otros de forma individual o por equipos, vence quien logra apuntarse más victorias en su haber.El objetivo de TowerFall Ascension no puede ser más simple y en consonancia está su aspecto e inmediatez en el manejo. Tanto en lo uno como en lo otro es un juego que parece sacado de una recreativa de la década de los 80, por sus gráficos bidimensionales en baja resolución y porque no tenemos más que dedicarnos a saltar, disparar y esquivar. Bien es verdad que se suman ciertos detalles para darle más color al asunto, como ataques mejorados, protecciones y varios objetos que modifican el estilo y el ritmo de la acción, pero no dejan de ser variaciones de lo que ya hemos visto en alguna de aquellas máquinas que llamábamos juegos de arcade. Por tanto, que nadie espere en TowerFall Ascension una revolución del género cuyo más conocido ejemplo es Super Smash Bros. Sin embargo, teniendo esto en cuenta, de lo que no cabe duda es de que Matt Thorson es un genio haciendo juegos sencillos. No hay más que sentarse con unos amigos durante unos minutos para comprobar las risas y gritos que es capaz de sacarnos TowerFall con sus desenfrenadas batallas de flechas y saltos, y puede llegar a convertirse perfectamente en uno de nuestros videojuegos favoritos durante una buena temporada, siempre que estemos buscando la forma de divertirnos por la vía rápida.Como añadido, además, se ha incluido en esta versión final de TowerFall Ascension una modalidad de juego alternativa para una o dos personas, no tan divertida pero de ninguna manera desdeñable, en la que debemos ir superando escenarios hasta completar todo un recorrido. Aquí disponemos de varias vidas y debemos acabar con todos los enemigos que van apareciendo, lo que me recuerda mucho, dicho sea de paso, a una recreativa de Konami que se llamaba Shao-lin’s Road, aunque sustituyendo las patadas voladoras por las flechas, evidentemente.Para acabar con mi crítica voy a comentar también un par de aspectos que no me convencen y probablemente se podrían haber mejorado. El primero se refiere a los gráficos y al desaprovechamiento de las modernas pantallas apaisadas: Aunque entendiendo y disfruto la moda del píxel, quizá una mayor resolución no le hubiera sentado nada mal al juego, como vimos en su día con la versión definitiva de Spelunky. El segundo aspecto criticable es que TowerFall Ascension no se puede jugar en red; es verdad que estos videojuegos se disfrutan más en una reunión de amigos, pero nunca está de más lo de poder retar a otra persona, sea o no conocida, desde la distancia. Solamente estos detalles me frenan a la hora de concederle la recomendación de Nivel Oculto, ya que por lo demás el juego vale la pena, sin duda.