Análisis: The Mind’s Eclipse

The Mind's Eclipse

The Mind's Eclipse

The Mind’s EclipseCríticaAño 2352. La Humanidad se encuentra en plena expansión por la Galaxia a la vez que la tecnología avanza a pasos agigantados. Pocos hombres y mujeres quedan ya sin un implante que mejore sus capacidades cerebrales o alguno de sus sentidos e, incluso, la cirugía estética permite que las personas puedan parecerse a algunos animales en el físico. Impresionante, ¿verdad? Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. ¿Será capaz el ser humano de no aniquilarse a sí mismo gracias a sus propios avances?.Cuando iniciamos el juego, nos despertamos en una habitación de lo que parece ser un hospital. Cuando empezamos a interactuar con “la voz” que nos despierta, una IA que parece bastante repelente, nos percatamos de que no estamos solos en la habitación sino que además está el primero de los muchos cadáveres que encontraremos a lo largo del camino.. No sabemos qué ha ocurrido, pero hemos perdido la memoria y el único vestigio de “vida” es esta IA que aparentemente nos ha salvado la vida y que nos habla como si nos conociese desde siempre y como si estuviese ocultándonos algo.En este despertar que sirve a modo de tutorial veremos que lo único que tenemos que hacer es interactuar con todos los objetos de cada sala por la que pasemos para descubrir poco a poco lo que ha sucedido y quién somos en realidad.“The Mind’s Eclipse es un aporte significativo en cuanto a la originalidad artística de la ilustradora Dk Yingst”Toda la historia se narra a través de un estilo artístico espectacular con escenas que se asemejan a viñetas de cómic y de máquinas desperdigadas por pasillos y calles que habrán almacenado correos electrónicos y conversaciones entre diferentes personas que formaban parte del círculo cercano de nuestro protagonista o simplemente de ciudadanos.

The Mind’s Eclipse es una crítica a la tecnología llevada al límite, una tecnología que hace al ser humano un mero saco de carne infeliz que siempre desea tener más en todos los ámbitos de su vida y que suple sus carencias mediante un decorado – un teatro digital – en el que la comida ha desaparecido en favor de cubitos que imitan el sabor “hogareño” de los platos e impresiones 3D de jugosos bistecs que sin el implante tecnológico adecuado sabe poco más que a un trozo de plástico; además de lugares de ocio esparcidos por la ciudad que consisten en cubículos o “cámaras” que permiten al usuario recrear la fantasía que quiera – ya sean unas vacaciones en el Caribe o una noche de desenfreno con el crush -. Sin embargo, estos implantes y máquinas tienen una serie de reglas estrictas que no pueden ser ignoradas por los usuarios si no quieren terminar en la cárcel o directamente locos. 2352 es la era del hedonismo, un hedonismo capaz de pudrir todo a su alrededor y que el ser humano pagará carísimo.Ya desde su título The Mind’s Eclipse, el eclipse de la mente, nos indica que en este mundo distópico la tecnología ha conseguido que – ¡por fin! – el ser humano no tenga que usar ninguna neurona para gobernar su vida, pues las máquinas lo harán absolutamente todo por él en todos los sentidos. Es el Eclipse de la Mente, el no tener que pensar más, la anulación, el sueño húmedo de todo dictador: una masa de individuos cuya materia gris únicamente esté entretenida en gritar su nombre bien alto y amarle sobre todas las cosas, venerarle como si de un Dios se tratase y sobretodo no pensar. Vive por el Líder, Muere por la patria.Y es que, además, el juego retoma todas las inquietudes y tropos de las célebres obras distópicas de la década de los 80-90 con cómics como Blade Runner (1982), V de Vendetta (1982) o Akira (1982-1990) cuyos protagonistas tenían como objetivo principal terminar con un gobierno dictatorial y una tecnología extrema que había sometido al individuo. En menor medida podemos hablar también de 1984 de George Orwell o de Un Mundo Feliz de Aldous Huxley.A pesar de que como ven el tema es enormemente atrayente y desarrolla la historia con acierto, The Mind’s Eclipse se queda en una visual novel en la que el jugador más que interactuar y descubrir es como si sólo estuviera pulsando el botón de “siguiente” sin ningún tipo de implicación y los largos textos que tenemos que leer continuamente a pesar de que no sean parte de la “historia principal” sino parte de todo el contexto, provocan que en ocasiones se pueda sentir cierto hastío.

No obstante, The Mind’s Eclipse es un descubrimiento y un aporte significativo sobre todo en cuanto a la originalidad artística de la ilustradora, Dk Yingst. Siempre es divertido echar mano de una aventura de ciencia ficción y aunque hemos comentado algunos aspectos del título que consideramos “negativos”, les recomendamos echarle unas horas y que comprueben ustedes mismos los peligros de los desmanes con la tecnología.

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