Análisis: Song of the Deep

Song of the Deep

Song of the DeepCrítica

En los últimos años, el florecimiento de LO INDIE ha traído consigo que la Industria pase de tratarlo como un sector marginal a una parte vital del propio medio. Esto ha llevado a enriquecer el ecosistema jugable hasta cotas que hace una década no podíamos ni imaginar. Desde entonces, la línea que separaba la parte mainstream y la indie ha comenzado poco a poco a desvanecerse.

Insomniac, uno de los estudios de desarrollo Triple A clásicos anunció hace unos meses que tras lanzar dos títulos Triple A en los dos últimos años, Sunset Override y Ratchet & Clank, iba a lanzar un título independiente junto al recién estrenado Gametrust, el sello editorial de la cadena de tiendas Gamestop.

El resultado es Song of the Deep, un metroidvania subacuático en 2D. En este título, encarnamos a Merryn una joven que un día ve partir a su padre en una aventura subacuática de la que nunca volvió, por lo que decide construir su propio submarino e ir en su búsqueda.

La historia se complica cuando empieza a comprobar que todas las leyendas marinas que su padre le contaba antes de acostarse resultan ser ciertas, y ella tiene que enfrentarse a criaturas de leyenda mientras sigue el rastro de su padre desaparecido.

La historia, narrada como un cuento de hadas, cuenta con todos los elementos de la misma: una narración en off, una historia simple, pero con un ritmo bien marcado y enemigos sobrenaturales en un entorno que mezcla el fondo marino con una civilización subacuática de fantasía.

Mientras jugaba, no paraba de pensar que en muchos juegos se usa ese entorno de fantasía para contar algo mucho más profundo. Braid, Bastion o Little Inferno son algunos de los títulos que han jugado a esa carta. Sin embargo, Song of the Deep no es uno de esos juegos. Tiene el foco puesto en el juego familiar, y hace que sus mecánicas y su diseño sean accesibles, pero nunca condescendientes.

Quizás el punto de originalidad lo traiga el hecho de que el 100% de la historia transcurre bajo el agua, haciendo que el movimiento, los puzles y los combates sean muy diferentes a los clásicos juegos del género metroidvania, aunque tampoco lo suficiente como para poder redefinir el género. El tema submarino le da un carácter personal, pero nunca tanto como para que dote de un gran carisma a este título.

Y esa es quizás la mayor lacra de este juego. Hablamos de Insomniac. Creadores de algunos de los personajes y juegos más carismáticos del medio. Sin embargo, al realizar este artículo he tenido que mirar en Google el nombre de la protagonista porque no lo recordaba.

La historia se dispersa mucho y se aleja demasiado en algunos puntos del objetivo principal. En un diseño clásico del metroidvania, en muchos puntos se nos pondrá un muro enfrente de nuestro camino y tendremos que buscar la solución dando un rodeo en el que se nos dará una herramienta o habilidad que nos permitirá atravesar esa clase de muros de ahora en adelante. No me malinterpreten, esto no es un punto negativo, es una convención de género. Sin embargo, echo de menos que hubiesen aprovechado estos rodeos para incidir más en el personaje, en su relación con su padre o incluso en el propio mundo. Sin embargo, se evidencia que están tratando de alargar el juego.

Siendo la duración uno de sus grandes problemas. Con una duración aproximada de 6 horas, se antoja que el juego podría haber durado la mitad. Y es que los metroidvanias son de los juegos donde es más complicado satisfacer al público medio. Son juegos que se basan en la búsqueda más que en la exploración, ya que te muestran cosas con las que podrás interactuar evidenciando la falta de alguna herramienta o habilidad.

Sin embargo, cuando esa búsqueda se basa en un universo anodino, falto de chispa o carisma, con un personaje y una historia que parece haber sido incluida en un parche de lanzamiento, convierten la búsqueda en un mero checkpoint. En otros metroidvanias sueles querer perderte e ir encontrando las cosas a tu ritmo. Recuerdo mucho Teslagrad, cuya historia tampoco parecía importar demasiado, pero que nos dejaba libertad para explorar el juego y no se centraba tanto en buscar las siguientes habilidades.

En cuanto a ese carisma que le falta. No es sólo cosa del personaje, es un problema general. Si el metroidvania va de buscar, una de las cosas que más me gusta buscar en estos juegos es el porqué de las cosas. Ves una habitación y te haces una imagen mental de qué ha pasado. En un juego que trata de una civilización perdida, y del misterio de qué le pasó a tu padre, las constantes interrupciones de la voz en off para explicar qué es exactamente lo que estaba viendo en lugar de dejarme imaginármelo, o mostrármelo in-game me pareció cuanto menos un error de bulto.

Pongamos un ejemplo. Entran en una sala dorada, llena de esferas luminosas. La disposición evidencia que es una fábrica de algún tipo. Y según van avanzando van encontrando maquinarias diferentes del proceso. Al final, una de esas esferas que estaban al fondo están en su camino, se acerca y comienza a parpadear hasta que estalla. Si hubiesen jugado sin sonido o subtítulos se habrían dado cuenta de que era una fábrica de armas, y que la civilización era tremendamente belicosa. Sin embargo, nada más cruzar el umbral de esa sala, mucho antes de ver la primera esfera, la voz en off aparece y cuenta exactamente que esas esferas son armas, y que la civilización era muy belicosa. Para qué.

No logro comprender cómo un estudio con tanto talento y una trayectoria llena de éxitos de pronto no es capaz de entender que uno de los elementos principales de su juego está de más. La voz en off sobra. Es redundante, innecesaria en ningún momento y lo peor de todo elimina el poco misterio que pudiese haber en el mundo.

Puede que en Insomniac jugasen a Ori & The Blind Forest y quisiesen seguir la fórmula de cuento de hadas en el metroidvania. Sin embargo, Ori sí que fue un título capaz de revolver el género. Que no se quedó en el dogma y propuso ideas nuevas en su diseño. Song of the Deep se contenta con coger la fórmula clásica, lanzarla al agua y esperar que sepa nadar.

En conclusión, ¿es Song of the Deep un mal juego? No. Es bueno técnicamente, y un metroidvania subacuático. Sin embargo, es un juego sin nada reseñable. Un título para hacer bulto en las listas de metroidvanias. Pasarán un buen rato si les gusta el género, y aunque mis palabras sean duras, no es un juego horrible ni una experiencia a evitar a cualquier costa. Pero lo cierto es que es un juego que olvidarán al poco de jugarlo. Un juego, en definitiva, sin nada reseñable.

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