Puede que muy pocos hayan oído hablar de Goichi Suda (a menos que tengas una Wii y le dediques tu tiempo a algo más substancioso que el Wii Fit o el Aprende a Cocinar Conmigo), pero hablar de este desarrollador nipón es hablar de uno de los gurús más importantes que nos encontramos actualmente en la industria japonesa gracias a su peculiar humor negro y bastante cafre, repleto de excentricidades y con enormes referencias a la cultura pop, más que por su habilidad en crear grandes juegos. En Europa sólo hemos podido disfrutar de sus últimas obras, como la saga No More Heroes para Wii o el interesante Killer 7 que apareció para Game Cube y PS2 hace unos 6 años y que desarrolló junto con la producción de otro enorme gurú: Sinji Mikami, responsable de la saga Resident Evil hasta su cuarta entrega y del reciente Vanquish.
Cuando estos dos artistas anunciaron que iban a realizar un nuevo videojuego conjunto más cercano al survival horror y con la incorporación de Akira Yamaoka en la banda sonora (responsable de la banda sonora y del sonido de la saga Silent Hill hasta ahora) después de su deserción de Konami, los amantes de estos genios sentíamos que nos había tocado el gordo. No fue hasta el pasado otoño que pudimos ver las primeras imágenes de Shadows of the Damned, cuya producción corría a cargo de EA. Lo cierto es que el título levanto expectación por la gente que estaba detrás engendrándolo, pues de no ser por esos tres poderosos nombres, el título parecía un juego de acción del montón. Incluso a pocos días de su lanzamiento, saltaba a la palestra Goichi Suda afirmando que el título padeció considerables recortes por parte de EA sobre todo en lo que concernía a su historia. Habiéndonos metido ya en contexto, llegó la hora de desglosar en profundidad este peculiar título, que pese a sus recortes, lleva la firma de sus creadores.
Como ya sabrán muchos de nuestros lectores, en Nivel Oculto nos gusta lo bizarro, gran muestra sería como hemos manifestado nuestra pasión por títulos como Deadly Premonition. Shadows of the Damned se podría situar también en dicha categoría, pues su presupuesto se asemeja más a un producto de serie B. Su argumento nos mete en la piel de un hispano llamado Garcia Hotspur, quien un día debe embarcase en una odisea para rescatar a su amada Paula, secuestrada por un ser llamado Fleming, señor de los demonios. Hotspur deberá adentrarse en las entrañas de un peculiar inframundo para rescatarla.
Pese a esas dolorosas declaraciones de Suda afirmando que EA le obligó a recortar y suavizar su argumento, lo cierto es que estamos ante uno de los apartados más interesantes del título. Gran culpa de ello lo tiene su peculiar atmosfera, así como sus extravagantes personajes. El protagonista, Garcia Hotspur desprende carisma ya en su primer aparición, por su lenguaje soez, esa mezcla del inglés con comentarios es castellano no tiene desperdicio. Durante su viaje, estará acompañado de Johnson, una calavera flotante y de lo más parlanchina, capaz de adoptar las formas de las diversas armas que empuñará Hotspur durante su aventura. Esta atractiva y bizarra pareja nos deparará los momentos más divertidos del juego, con diálogos soeces e irónicos durante gran parte del desarrollo de Shadows of the Damned.
Durante la aventura poseeremos tres armas que irán mejorando según avancemos. Una sería un revolver, otra una ametralladora y por último una escopeta. Cada una de ellas desprende un color diferente para diferenciarlas. Dichas armas cuentan con fuego segundario y se podrán mejorar gracias a la recolecta de gemas rojas ya sea encontrándolas por el escenarios o comprándoselas a un tendero llamado Christopher (otro de los personajes más divertidos del juego) a cambio de las gemas blancas que consigamos derrotando a nuestros enemigos. Estas gemas blancas son la moneda de cambio del inframundo, que podremos usar para comprar munición e incluso bebidas alcohólicas, como tequila o absenta para regenerar la energía de nuestro singular protagonista. También contamos con una antorcha capaz de golpear y atontar a nuestros enemigos con la posibilidad de recargarla, como si fuera un espada láser, para realizar aún más daño.
Pese a ser un juego de acción que no aporta nada nuevo al género, se agradece la frescura de todo el conjunto gracias a sus extravagantes armas. La guinda la ponen nuestros enemigos, que pese a no ser muy variados, cada uno de ellos requiere una estrategia específica para liquidarlos. Tampoco faltan a la cita ciertos enemigos finales que requieren estrategias más profundas y elaboradas para acabar con ellos, con un nivel de diseño muy encomiable. Algunos de nuestros enemigos incluso serán inmortales hasta que no les disparemos un haz de luz con nuestras armas que les vuelvan vulnerables.
La utilidad de ese haz de luz no acaba aquí, pues en diversos momentos seremos engullidos por la oscuridad, haciendo que nuestra barra de vida se vaya reduciendo poco a poco. Nuestra única salida en esos casos será adentrarnos en una zona de luz lo más rápido posible o buscar unos candelabros con forma de cabeza de cabra para purificar la zona eliminándola de la oscuridad. Este es uno de los aspectos más divertidos del juego, pues incluso habrá una serie de puzles que deberemos ir resolviendo jugando con el adentrarnos en la oscuridad y en la zona de la luz.
Una de las mayores virtudes de Shadows of the Damned es su capacidad para sorprender durante todo su desarrollo. El juego está compuesto por cinco actos, dividido cada uno en diferentes capítulos que nos llevará unas nueve horas el finiquitarlo por completo. Sin embargo, cuando uno ya piensa que el título ya ha dado todo lo que podía dar de sí y podría caer en la monotonía, el juego nos sorprende con nuevas situaciones, cada una más extravagante que la anterior, como fases de disparos en 2D, que le aportan frescura y mucha variedad a su desarrollo. Esto es algo que se agradece mucho, pues Shadows of The Damned tiene un desarrollo muy similar cualquier título de acción que pulula hoy en día. Su desarrollo se basa en el avance por escenarios algo pequeños, léase “pasilleros”, donde habrá que encontrar llaves para poder ir avanzando por las diferentes puertas mientras liquidamos a todo bicho viviente que se interponga en nuestro camino.
Como ya se ha dicho antes, lo que importa en el título de Goichi Suda no es la presentación, pues es la misma caja de bombones que ya hemos podido degustar en otros juegos, sino lo que aquí importa verdaderamente es su envoltorio, que es lo que le diferencia básicamente de la competencia gracias a sus pintorescos personajes, sus extrañas armas, su sentido del humor negro y cafre a la vez, su ambientación gótica, las cerraduras de las puertas con forma de cabeza de bebé que habrá que abrir dándoles como llave un fresa para que eructen, pasar por murciélagos en forma de espíritu para que defequen en el suelo y entonces estemos en un check point… Como podéis ver el título habla por sí solo, con importantes bazas que le puedan hacer distinguir y pese a ser un juego suavizado por la mano de la condenada EA, todo aficionado los videojuegos que conozca a sus creadores, reconocerá cada una de sus excentricidades plasmadas en Shadows of the Damned.
El juego hace uso de motor Unreal Engine con resultados un tanto dispares, pues pese a que hace que el juego goce de un buen aspecto en todos sus apartados, peca de tener una carga de texturas sangrante, al menos en su versión de PS3. Y es que es doloroso morir, que se vuelva a cargar la fase y que nos encontremos con unos escenarios irreconocibles por una tardía y muy dolorosa carga de texturas que a veces puede llegar a durar más de cinco segundos. Lo que realmente destaca en dicho apartado es su característico, único y peculiar diseño artístico, sobre todo en el diseño de sus escenarios y personajes.
El sonido juega un papel también bastante importante, donde lo que más destaca como no podía ser de otra manera es Akira Yamaoka componiendo su banda sonora, que llega incluso a usar a Mary Elizabeth McGlynn, su cantante fetiche desde Silent Hill 3. El atractivo de su banda sonora se encuentra en que no casa demasiado con la ambientación del título y gracias a un Akira Yamaoka más desinhibido que de costumbre.
Shadows of the Damned se presenta como un título muy atractivo a tener en cuenta gracias a su naturaleza de bicho raro que le diferencia de títulos muy similares a él, pues la obra de estos tres genios (Suda, Mikami y Yamaoka) no aporta nada nuevo al género. Pese a que este dato no resulte nada malo en sí, no se puede negar que se esperaba un título bastante más ambicioso debido a la gente que estaba detrás de él gestándolo, a veces da la impresión de que ha sido una reunión de talentos que lo único que han querido hacer es pasárselo bien creando un juego conjunto. Tampoco ayuda la mano de su editora, Electronic Arts, habiendo suavizado las rarezas y excentricidades de sus creadores para desarrollar un título más accesible para el público. Pese todo ello, no cabe duda que estamos ante un título de irreprochable calidad, con carácter muy marcado por sus creadores y, sobre todo, muy divertido. Si sois de los que les gusta degustar todo tipo de rarezas, tendréis un cita de lo más refrescante este verano con Shadows of the Damned.
Lo Mejor: Peculiar diseño artístico, digno de sus creadores. Gran Banda sonora. Personajes para el recuerdo. Variado y sorprendente de principio a fin. Su absoluta falta de pretensiones junto con su magnífico sentido del humor
Lo Peor: Muy tardía carga de texturas. Algún que otro bug. Falta de modos de juego que incentiven su rejugabilidad. Peca de poco ambicioso, no ofrece nada que no hayamos visto antes, podría haber dado más de sí.
Nota: 7’5