Análisis: Resistance 3

Análisis: Resistance 3 8

Más allá de sagas del mismo género como Call of Duty, Halo o Killzone, son muchos los usuarios que sienten un cariño especial hacia la saga Resistance, cuya primera parte fue el primer título de muchos para estrenar su nueva y flamante Playstation 3 aquel marzo 2007. A pesar de que la crítica internacional  dejaba entrever que éste era sólo el comienzo de algo muy grande, lo cierto es que fuimos muchos los que caímos rendidos a sus pies gracias a la buena labor de Insomniac, creadores de sagas tan reconocidas como las primeras entregas de PSX de Spyro: The Dragon o Ratchet & Clank en PS2. Pese a no ser en absoluto nada revolucionario, se presentó como un título fresco y muy divertido gracias a su planteamiento, el de situarnos en una visión alternativa de los años 50 con la invasión de un virus alienígena que mutaba a los humanos y los convertían en unas bestias inteligentes y despiadadas cuyo único propósito era expandirse por el globo acabando con toda vida humana y sometiendo a la tierra a una serie de condiciones ambientales para la subsistencia de los invasores. El juego destacó por un trato muy cuidado en la historia, algo muy inusual en un shooter, su variedad y duración y por su completo arsenal de armas, con su respectivo disparo segundario, algo de que los chicos de Insomniac dominan soberanamente bien. El éxito de Resistance: Fall of Man propició la salida de una secuela: Resistance 2 que se alejaba del desamparo y de esa soledad que nos enamoró del primer capítulo para convertirlo en un shooter bastante más convencional, en la línea de estos que pululan en esta generación (equipamineto limitado a dos armas, regeneración instantánea de salud) con un tono mucho más ambiguo y enfocado a una perspectiva completamente militarista con no pocos toques épicos y con un sentido de la escala considerable, quizá lo que más le hizo destacar, aparte de su inmenso modo online. Pese a ser un juego de lo más notable, la sensación que la saga había perdido su rumbo era palpable, en pos de seguir el ejemplo de sus mayores competidores.

Han pasado ya tres años desde Resistance 2, tres años para que Insomniac le dedicara el tiempo suficiente para gestar un tercer capítulo que fuera lo más redondo posible tratando de enmendar los errores cometidos en el pasado y puliendo una jugabilidad que ya fue desde su inicio, exquisita. Para ello, la desarrolladora no ha dudado en recuperar aquellos elementos en su diseño y desarrollo que le sentaron tan bien en su primera parte. Resistance 3 nos sitúa cuatro años después del desenlace de su precuela, con una tierra completamente devastada por los Quimera y con la raza humana ya prácticamente extinta cuya única pretensión es la de sobrevivir un día más por el angosto paraje que un día fue su hogar. Joseph Capelli, que ya tuvo un rol segundario en la segunda entrega, aquí se convierte en el protagonista absoluto substituyendo la odisea de Nathan Hale por la suya propia. Influenciado por su propia mujer y por el doctor Malikov (otro segundario recuperado de la segunda entrega), deberá iniciar un viaje desde Saint Louis hasta Nueva York, el gran reducto de los Quimera, cuyos esfuerzos para adaptarse a las condiciones ambientales y climatológicas de la tierra, provocando las bajadas de la temperatura, hace que los seres humanos no puedan sobrevivir a ellas. Aquí el ser humano ya no es un enemigo al que enfrentarse, sólo es un parasito al que se le puede aplastar sin esfuerzo. Capelli deberá arruinar los planes de los Quimera para que la humanidad tenga un mañana. Todo se resume en un “nosotros o ellos”.

Es importante remarcar el aura de dramatismo y de entorno desalentador de la trama, no precisamente por su brillantez o complejidad, pese a que cumple sobradamente, sino porque ese tono de desamparo impregna la jugabilidad y ambientación del título en cuestión. ¿Eso qué significa? Significa que Resistance 3 recupera todo lo que fue su primera parte, mucho más enfocado en el solitario viaje de un hombre contra el mal en detrimento de la épica militarista. Esto se traduce con un desarrollo formado por veinte niveles en los que deberemos controlar a Capelli por diferentes localizaciones, todas ellas muy variadas en los que deberá hacer frente con innumerables tipos de alienígenas quimera completamente sólo. Olvidaos de ir acompañados por un aliado controlado por la consola. Éste es únicamente el viaje de Capelli, recuperando el aura de soledad que tan bien le sentó a su primera parte. Pese a tratarse de un desarrollo puramente lineal, la amplitud de sus escenarios, así como su excelente diseño y variedad, lo convierten en un título muy rejugable, pues no sólo influye el entorno, sino las armas, Insomniac recupera la rueda de Fall of Man, permitiéndonos poseer todas las armas que nos encontremos durante el juego. En total son 12 los “juguetes” que componen nuestro arsenal, todas ellas muy diferenciadas entre sí y con su respectivo disparo segundario. Por si fuera poco, todas ellas evolucionan con su uso, haciéndolas bastante más mortíferas. Muchas se recuperan de otras entregas y las hay que también son nuevas. Como algunos ya habrán imaginado, el variado arsenal nos permite afrontar los diferentes niveles de diversas maneras, hecho que incentiva su rejugabilidad, pudiendo desde usar un rifle que dispara a través de las paredes o armarse con una escopeta o un lanzacohetes poniéndonos al descubierto, o bien quizá prefiramos atacar a distancia gracias a el rifle francotirador. Hay armas humanas como armas Quimera, del mismo modo que diversos tipos de Quimera, desde los híbridos, hasta los salvajes, pasando por algunos de tamaño considerable y algunos que también son francotiradores. La variedad de tipos de enemigos es amplia y diversa, aportando aún más sorpresas y nuevas situaciones en su desarrollo cuya forma de resolver siempre corre en nuestra cuenta.

Otro aspecto que no se puede pasar por alto es la barra de salud. Si, habéis leído bien, no es necesario que os frotéis los ojos o que os lavéis las gafas. Resistance 3, al igual que Fall of Man, hace uso de una barra de vida, por lo que será imprescindible tantear bien el terreno y racionar los diferentes paquetes de botiquines por los distintos escenarios para no caer en combate, lo que aún le suma una más que bienvenida tensión en su desarrollo. No en vano, Joseph Capelli es completamente humano, no está infectado por el virus Quimera como lo estuvo Nathan Hale, el anterior protagonista. Si a ello le sumamos una campaña de una duración muy por encima de la competencia (aunque más corta que Resistance: Fall of Man) y un desarrollo en sus niveles no únicamente brillante, sino también variado y repleto de momentos inesperados, lo cierto es que se convierte en uno de los mejores shooter del año.

El encanto de esta tercera entrega, al igual que el resto de la saga, no radica únicamente en el planteamiento de sus fases, sino en su curiosa y lograda ambientación, en una década de los años 50 alternativa sin que en ningún momento haya habido una 2ª Guerra Mundial. Esto se traduce con armas contemporáneas a esa época (las humanas, claro), así como vehículos, escenarios y armas. Lo cierto es que esa mezcla de ciencia ficción situada en esa década alternativa siempre le ha sentado rematadamente bien, hecho que también ayuda a sentirnos completamente solos por esos edificios polvorientos o túneles subterráneos abandonados, pasando por trincheras  a punto de desmoronarse o por mugrientas cárceles o en hogares destrozados en sintonía con las canciones de navidad de la época. No nos engañemos, Resistance 3 es increíblemente inmersivo.

Sus opciones de juego se ven ampliadas con la posibilidad de jugar toda la campaña junto con un amigo en modo cooperativo, tanto online como a pantalla partida, como su primera parte. En lo que respecta al online, se ha reducido el nivel de jugadores considerablemente, de 60 a 16. Muchos opinarán que es un paso atrás respecto al toque masivo que tenía Resistance 2, pero ello le otorga al título de una mayor profundidad y estabilidad en el online. Dispone de 8 modos distintos así como mapas de localizaciones de todo el planeta. Disponemos de diversos skins y de diversas aptitudes, según nuestra preferencia para afrontar cada una de las diversas batallas. Puede que peque de ser poco ambicioso en comparación con su segunda parte, pero la calidad reside en la diversión y no se queda precisamente corto…

Técnicamente hablando, el juego no supone ningún techo gráfico para PS3, no obstante, gráficamente tiene su miga, gracias a la diversidad de escenarios junto con una paleta de colores muy rica para distinguirlos el uno del otro. Todo ello aderezado con buenos efectos ambientales, a destacar los del polvo (muy logrado), lluvia, nieve… La palma sin ninguna duda se la llevan las armas y los Quimera. Los primeros por su ingenioso diseño y los segundos por la extensa variedad de especies, cada una con sus propios patrones de comportamiento. Es cierto que la IA enemiga no llega a estar a la altura de, por ejemplo, shooters como Killzone o Halo, pero no quita de que sea bastante solvente, con enemigos bastante listos que se mueven y se cubren, sin contar que algunos gozan de rifles francotiradores y armas que traspasan los muros. Hay un enorme contraste en el diseño de los Quimeras, totalmente brillante, con el diseño de los humanos, éste último, a excepción del protagonista, Joseph Capelli y de algún otro personaje relevante, dejan mucho que desear. Sobre todo en lo referente a sus dimensiones, muy desproporcionadas, suelen tener partes del cuerpo (en especial la cabeza) demasiado grandes en relación con el resto. Quitando esta pequerña traba, y pese a no ser ningún referente, Resistance 3 es un juego muy vistoso.

El sonido es también de lo más cumplidor, con efectos sonoros muy variados que nos permiten distinguir en todo momento el arma de cada enemigo solo con oírlos disparar. Explosiones y efectos climáticos son también de lo más eficaces. El doblaje al castellano es un tanto irregular, pues cuenta con actores bastante conocidos en el mundillo que cumplen bastante bien, como Roberto Encinas doblando a Joseph Capelli (muy conocido por encarnar a Nathan Drake en Uncharted), junto con otros que simplemente no se lo creen, dejando esa amarga y triste sensación de estar leyendo en lugar de actuar. Pese a ello, el doblaje en líneas generales es bastante solvente y ejemplar. También habría que remarcar su dramática y melancólica banda sonora, que va muy en conjunción con el tono dramático y de desamparo que arrastra la odisea de Joseph Capelli.

Son muchos los que opinan que Resistance es una saga infravalorada y poco conocida por el gran público, pues siempre ha estado a la sombra de sagas de mayor renombre como Halo, Killzone o Call of Duty. Sin embargo, toda la saga y especialmente la entrega que nos ocupa, tiene armas de sobra (y nunca mejor dicho) para hablarle de tú a tú a cualquiera de estos gigantes. Posee una historia muy interesante y trabajada. Puede que su guión no llegue a la altura de, por ejemplo, Deus Ex, pero es difícil encontrar un shooter con un más que correcto guión, y aquí respaldado por un aura dramática y de desesperanza que le sientan rematadamente bien. Es bastante largo, con muchos matices y un buen online, pese a no ser tan ambicioso como lo fue su segunda parte. Si sus competidores pecan de tener demasiadas pretensiones, éste solo busca el entretenimiento rápido y directo,diversión en estado puro con una naturaleza de lo más arcade, con un arsenal de armas enorme con su respectivo fuego segundario que nos permite afrontar cada situación de maneras distintas, paliando así su linealidad. Grandes escenarios, aquí no tendréis la sensación de estar recorriendo todo el rato un pasillo, carisma y un dato muy importante: la incorporación de una barra de vida junto con los respectivos botiquines, desquitándose de la regeneración automática de la salud tan hastiada que tenemos los más nostálgicos. Resistance 3 supone un satisfactorio cierre para lo que fue en su momento un gran comienzo allá en marzo de 2007. Sin lugar a dudas, el mejor título de la saga. Aquellos que tengáis esa sensación (servidor incluido) de que Resistance: Fall of Man era aún mejor porque tenía “ese algo”, pensad que nos invade la nostalgia de cuando estrenamos nuestra joven PS3, pues Resistance 3 es todo un ganador.

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