Desconozco si cuando Draw Distance empezaron a trabajar en Vampire: The Masquerade – Coteries of New York ya tenían en mente realizar una trilogía de videojuegos de Vampiro: La Mascarada, pero algo me invita a pensar que no. El antediluviano juego de rol empezaba a agitarse tras un largo letargo y la adquisición de la marca Mundo de Tinieblas por parte de Paradox Interactive empezaba a fraguarse en una serie de videojuegos de distintos tipos con los que acompañar a una quinta edición destinada a revitalizar la franquicia. Sea como fuere, a un interesante (e ideal para introducir jugadores novatos) Coteries of New York sucedía Shadows of New York, que continuaba no tanto la historia del personaje que nos hiciéramos como la de la ciudad y nos introducía a una protagonista ya hecha y un esquema más depurado y no sólo con más opciones sino con dos finales posibles.
A Shadows of New York (del que lamento no haber escrito crítica en su momento, porque me fascinó) le venía muy bien no tener que explicar de nuevo la ambientación ni los conceptos del juego de rol, además de una protagonista fantástica. Su principal virtud fue, además, ampliar un rango de acción del jugador que en el primer juego era muy limitado, muchas veces muy “novela” dentro del concepto de “novela visual” y con poca capacidad de acción. Dentro de la trilogía que culmina en este Reckoning of New York sigue siendo el mejor de los tres; y es que a veces este último se siente un pequeño paso atrás para lo que había gestado el estudio polaco.
La principal novedad aquí es que tenemos a dos protagonistas, aunque sólo una de ellos es accesible hasta que nos pasemos el juego. Kali es de nuevo una vampiresa recientemente convertida, y pertenece a un clan (familia vampírica) muy poco habitual: los Ravnos, con fama de estafadores, ilusionistas y criminales… y desde luego poderes que les pueden ayudar a serlo si así lo desean. Nada más comenzar, mientras busca a su creador, se verá envuelta en un marrón colosal y tendrá un límite de noches para desentrañarlo si quiere conservar la cabeza unida a su cuello. Y, además, los mandamases de la ciudad le han puesto a un guardián para que no escape: Pádraic (que a la par será el otro protagonista). No es que estemos ante dos historias, sino que cuando tomemos las riendas de nuevo lo que tendremos será otro punto de vista de la misma trama.
Esto hace que la trama sea mucho más dirigida y nos deje menos margen de acción, pues al fin y al cabo si luego la vamos a retomar con otro personaje, ha de estar más contenida para que sea manejable para el equipo de desarrollo. Quizá la manera de compensar es darle un poco más de protagonismo a los distintos poderes que podemos elegir, que más que convertirse en rutas alternativas para resolver un problema sirven para colorear nuestras reacciones y el tipo de vampiro que Kali (y luego Pádraic) va a ser. Y tratando de acercarse al juego de rol opta también por repetir un sistema de Hambre que nos obliga a alimentarnos y otro de peligro que si sobrepasamos puede generarnos encuentros problemáticos. Ambos se pueden desactivar (no lo recomiendo) y quitando esos sucesos y un par de eventos opcionales la trama va a ser bastante lineal.
Por tanto dos visiones, una trama que quiere ser el colofón de la historia de una ciudad que lleva décadas al borde del abismo y la relación entre ambos personajes como hilo conductor para presentar sus individualidades. A mí esto me funciona porque ambos me han gustado, porque creo que el juego toca algunos de los temas de la obra en la que se basa y porque, al final, soy público objetivo de esto. Quizá por eso siempre me resulta difícil tratar de imaginarme cómo será un juego así para alguien que no esté metido en la franquicia, que opte simplemente por una novela visual de vampiros que le ha llamado la atención. Voy a hacer un intento.
Reckoning of New York es fácil de seguir, tiene un estilo de escritura que no se pierde y hace lo justo para ser evocador y un dúo de protagonistas con voz muy propia que sirven de contrapunto el uno del otro. Estando la libertad muy limitada lo que queda es la historia en sí misma, que repite algunos clichés clásicos de partidas al juego de rol y contiene un par de giritos más o menos previsibles pero que funcionan. Y al igual que Shadows of New York, que colaba la pandemia en su estructura, aquí trata de hacer un mínimo comentario sobre el estado actual del lugar en el que se ubica, que quizá sea la nota más simpática de todo su argumento. Con todo esto, tengo claro que hay novelas visuales mejores y que quizá no tenga lo suficiente para diferenciarse en un mercao saturadísimo, por lo que a su funcionamiento ha de sumarse el peso gigantesco de la franquicia. No hay Reckoning of New York sin Vampiro: La Mascarada, depende por completo, más que su antecesora en la trilogía.
Ahora bien, si uno entiende esa dependencia y asume que esto es la historia de una ciudad condenada y que va a ser contada desde dos puntos de vista distintos, la cosa gana. Yo esperaba algo más pero me parece un cierre interesante a la trilogía, me ha gustado conocer a Kali y Pádraic y creo que Draw Distance pueden hacer algo mucho mayor si se fijan un pelín más en Shadows of New York.