Hay sagas que han perdurado a lo largo de los años, pero que pese a ciertas razones, algunas de ellas con los cambios generacionales, no han sabido adaptarse o evolucionar (sino, decídselo a Resident Evil o a Silent Hill), sino que en lo que un momento fue fresco, revolucionario e innovador, termina por siendo retrogrado por miedo al cambio, prefiriendo una experiencia jugable anquilosada y anclada a sus raíces. Siempre es positivo ser fiel a sus orígenes, pues de ahí se denota la identidad de una obra, pero siempre hay que añadirle nuevas pinceladas para que éste esté en constante progreso y evolución. Es por ello que aunque pueda tener sus detractores, lo cierto es que no se le puede reprochar a la saga Metroid su voraz capacidad de adaptarse a los cambios y a las nuevas mecánicas jugables, pero siempre manteniendo su propia esencia y aura que la haga reconocible. Metroid: Other M, también conocido como Project M, fue presentado por todo lo alto durante el E3 2009, suponiendo un inesperado y muy deseado regreso por parte de todos los seguidores de la franquicia y para los usuarios más hardcore de Wii. Razones no les faltaban cuando detrás de este proyecto se encontraba el mismísimo Yoshio Sakamoto, artífice y creador de la licencia; junto con el estudio Team Ninja, un estudio interno de Tecmo y responsable de la saga Ninja Gaiden.
Lo que fue más sorprendente de la presentación de este proyecto, fue su planteamiento, alejado de la saga Prime creada por Retro Studios, implicando una vuelta a los orígenes de la saga Metroid con una jugabilidad basada en el Scroll lateral pero totalmente en 3D. Aún así, con el tiempo también se ha podido apreciar que lo que Team Ninja ha tratado de hacer con Other M ha sido llevar a cabo una equilibrada simbiosis entre los Metroid clásicos, junto con ciertos elementos de la saga Prime, gracias a la posibilidad de que podamos visualizar todo lo que ve Samus en primera persona para apreciar detalles que no pueden ser contemplados a simple vista. En pocas palabras, un regreso innovador y fresco, pero siempre dentro de unos cánones preestablecidos que son clave para distinguir a la saga del resto.
Después de haber finalizado el juego, decir que poco importa si este es el Metroid definitivo o si resulta ser un chasco. Lo que importa es el esfuerzo que ha permanecido entre todo el equipo del Team Ninja y de su artífice Sakamoto en tratar de ofrecer una nueva visión de una de las sagas más reconocidas de Nintendo y llevarla por nuevos caminos con un enorme afán de auto superación. Sí queréis una conclusión rápida y directa, aquí la tenéis: Misión Cumplida. Pero vayamos paso a paso.
Other M se basa justo entre Super Metroid (1994) y Metroid Fusion (2002). Decir que si no hemos tenido la oportunidad de jugar a su precuela, Other M nos hace un pequeño croquis de lo que aconteció en dicha entrega para meternos de lleno en la odisea de Samus, una odisea que chocará a sus seguidores y que muy probablemente será muy discutida. La caza recompensas acude a una llamada de socorro de una nave abandonada. Su llegada a dicha estación vendrá acompañada de un pequeño equipo de la federación galáctica, que también acude al rescate, liderada por su antiguo instructor, Adam Malkovich. El encuentro entre su antiguo maestro será de lo más intenso y traerá a Aran toda una serie de recuerdos en su juventud de lo más dramáticos. He aquí uno de los aspectos más destacados que envuelve el producto: Su dramatismo, presente en toda su trama argumental, planteada desde una perspectiva muy cinematográfica. Dicho aspecto chocará a más de uno, sobre todo para aquellos que únicamente conozcan la saga Prime, cuya trama se desentrañaba escaneando los elementos de los escenarios. Decir en primer lugar que la historia cumple muy bien con su cometido, se sigue con gran interés y tiene un par de giros argumentales realmente buenos. La trama está narrada mediante escenas con el mismo motor del juego y con otras realizadas mediante CGI. No habrá muchos que pongan en duda al afirmar que aparte de estar todas las secuencias muy cuidadas, son de lo mejor que se haya podido ver en Wii gráficamente. Aún así, todos aquellos que han seguido todo el ciclo de vida de los Metroid, les resultará extraño ver a una Samus Aran tan atormentada internamente y reflexiva, cuyos pensamientos son mayoritariamente transmitidos mediante voz en of, con una carga dramática considerablemente alta.
Indagando en el juego en sí, se nota la mano de Team Ninja y la influencia de los Ninja Gaiden, cuyo legado se encuentra en el ritmo tan dinámico y frenético que nos proporciona el juego. Durante todo su desarrollo, iremos explorando una estación espacial abandonada recorriendo todas sus numerosas estancias en más de una ocasión abriendo nuevas zonas mayoritariamente desde una perspectiva lateral pero siempre en unos escenarios generados completamente en 3D. Es ahí donde más se denota el sabor nostálgico del título, con una jugabilidad de la vieja escuela en la que iremos explorando toda la enorme estación disparando contra multitud de especies, junto con secciones de plataformas y resolviendo pequeños y sencillos rompecabezas. Toda la presentación de sus elementos es muy equilibrada, y lo que es mejor, atrapa como pocos. Jugar a Other M es sumamente adictivo y divertido, gracias a su genial jugabilidad y a un argumento que atrapa sin remedio. Como ya se ha dicho antes, también el Team Ninja ha bebido de la saga Prime añadiendo siempre que deseemos el uso de la primera persona y su implementación es increíblemente cómoda e ingeniosa. Siempre que estemos controlando a Samus, haremos uso del Wiimote en posición horizontal, mientras que siempre que deseemos optar por la vista subjetiva bastará con agarrar el Wiimote de forma vertical como lo haríamos con cualquier otro juego de Wii. Se ha prescindido completamente el uso del Nunchuck, y aunque dicha medida pueda resultar chocante, a los dos minutos de estar jugando uno ya está completamente adaptado a un control que solo puede catalogarse de delicioso. No es arriesgado afirmar que su mecánica es prácticamente perfecta, carece de errores, pero es mejorable, en parte debido a las oportunidades que nos hubiera podido brindar pasar a la vista subjetiva. Está bien implementada pero también es algo limitada. No cabe decir que uno de los aspectos más atractivos de los Prime era el escaneo, que aquí brilla por su ausencia y sólo se nos permite escanear en momentos muy puntuales que vienen dados por el desarrollo argumental del título. Podemos concluir que su uso se limita para permitirnos apuntar a ciertas partes de los enemigos, encontrar ciertas mejoras para la armadura de Samus, usar algunas de sus habilidades y poco más. Y es que pese a que han tratado de coger los elementos más característicos de toda la vida de la franquicia, se nota que unos han tenido más peso que otros. Este aspecto también se nota en la misma exploración, pues pese a que esté totalmente presente durante su desarrollo, no resulta tan profunda como los Prime, ni siquiera tiene tantos alicientes debido a que las mejoras se reducen a ampliar la capacidad de misiles o la barra de vida de Samus, ya que todas sus demás habilidades las iremos desbloqueando a medida que avancemos en su desarrollo debido a razones argumentales. En pocas palabras, hay exploración, pero en menor grado y no tan profunda. Sin embargo, no se puede negar que el título es adictivo e incita a explorar toda la estación para desentrañar todos sus secretos. Hablando de su duración, más o menos ronda las diez horas, pero es muy rejugable y se desbloquean un par de extras, así como la opción de volver a explorar todos los escenarios para conseguir las mejoras que nos habíamos dejado por el camino. Decir también que su dificultad está muy bien implementada y equilibrada. No llega a ser tan alta como un Ninja Gaiden, pero hay momentos que el título es exigente y nos obliga a ser sumamente habilidosos, pese a que hay numerosos puntos de guardado y ciertos check points. Otra característica por los que la saga Metroid siempre ha destacado es por sus Jefes Finales, y esta nueva entrega demuestra que sigue encontrándose muy bien de salud. Dichos enfrentamientos requerirán un análisis de sus patrones de ataque y de sus puntos débiles y lo mejor de todo es que no hay ninguno igual. Aparte de ser numerosos y variados, nos proporcionarán los mejores momentos del juego.
Como ya se ha dicho en un principio, no es necesario entrar en discusiones sobre si es el mejor Metroid o no. Sólo debemos quedarnos con que está a la altura de lo que representa la saga, y todo gracias a un Team Ninja y a un Yoshio Sakamoto totalmente enamorados de su trabajo y con un afán de superación en dar a los jugadores una experiencia jugable brillante, haciendo justicia a toda la Metroid. Pues mantiene todos sus elementos que lo hacen destacar, pero también aportando frescura e innovación. Su jugabilidad que reivindica la vertiente más nostalgia es tan simple como prácticamente perfecta, solo empañada en parte con la idea de que podía haber dado más de sí con la influencia de los Prime. Aún así, estamos ante un título sobresaliente, con unos enormes valores de producción que lo encumbran como uno de los proyectos más ambiciosos de Nintendo y uno de los títulos más brillantes del extenso catálogo de Wii, y lo que es más importante, posee una perfecta simbiosis de jugabilidad clásica y moderna a prueba de bombas. Pocos títulos durante este 2010 ha tenido la oportunidad este servidor de divertirse y maravillarse tanto.
Lo mejor: Perfecto equilibrio en todas sus mecánicas jugables. Jodidamente divertido, variado y adictivo. Magníficos jefes finales. Dificultad bien ajustada. Interesante y cinematográfica historia respaldada por excelentes secuencias de video. Mantiene la esencia de toda la saga Metroid, en una producción de gran ambición que destila pasión y dedicación.
Lo Peor: Ha perdido parte del componente de la exploración; la hay pero en menor medida. No se ha aprovechado del todo la esencia de los Prime con el uso de la vista subjetiva. El nuevo enfoque de la personalidad de Samus Aran tan reflexiva, dramática y atormentada tendrá tanto detractores como seguidores.