Análisis – Hotline Miami 2: Wrong Number

Análisis - Hotline Miami 2: Wrong Number 1

Terminó el frenesí. Todo el mundo yace muerto sobre un sanguinolento charco de sus propios fluidos corporales. No queda más que asomarse al balcón y encender un cigarro a la espera de lo que vendrá. Todo ha terminado, pero no se puede pensar que esto no tendrá consecuencias. La gente sabrá que pasó, aunque seguramente no las razones. Habrá imitadores. Chicos sin futuro con demasiadas historias manga en su cerebro que sólo buscan conseguir un nuevo chute de adrenalina. Habrá gente malvada, porque siempre la hay, porque los malvados nunca saben que lo son y no reflexionan sobre sus actos. Los habrá casuales. Aquellos a los que la vida y las circunstancias los colocan en una posición en la que es imposible escapar de la violencia. Da igual de qué manera. Habrá consecuencias, porque todo esto también es fruto de unas circunstancias.Todo depende del estado de ánimo, claro, afrontar cualquier circunstancia con el estado de ánimo inadecuado puede llevar al bloqueo, al aburrimiento incluso. Pero el estado de ánimo es maleable. El maestro de ceremonias debe ser capaz de revertir el estado personal para llevarnos a una comunión conjunta. Esa es su labor. Tocar las teclas pertinentes para llevarnos de la risa a la tristeza, del llanto a la alegría, de la calma a la locura. Otra cosa es de mediocres. Aquellos que esperan la predisposición y aquellos que presumen de tener una predisposición inquebrantable. Cobardes. Hay que estar dispuesto a moldear y dejarse ser moldeado. En ambos casos cuando todo termina nada es lo mismo. Lo que queda es una sombra del original que tarda tiempo en volver a adquirir color. El objetivo se ha conseguido. Estás en el punto donde yo quería. Estoy en el punto en el que me querías.Dennaton Games debería abandonar su actividad en este mismo instante. Dejarlo y marchar lentamente mientras los rayos de sol se reflejan en su chaqueta plateada al compás de sintetizadores. Si continúan en esto de los videojuegos probablemente vuelvan a dejar huella, seguramente incluso superen en éxito y calidad la saga que les ha catapultado como uno de los estudios más interesantes del momento, pero es poco probable que realicen una obra más valiente que Hotline Miami 2: Wrong Number. Han pasado tres años desde Hotline Miami, tres años en los que los que Jonatan Södeström y Dennis Wedin ha recorrido el camino que separa al producto a la obra de culto, tres años en los The Jacket y sus máscaras han adquirido el nivel de mito, de leyenda, de héroe en definitiva. Lo sencillo, cuando el maestro de ceremonias lo hubiese tenido fácil con todos nosotros para que bailásemos a un ritmo que ya conocíamos, ha sido transformado y deconstruido para realizar un plato jugoso que no elimina el recuerdo del original, sino que lo engrandece.A estas alturas ya sabrán que en Hotline Miami 2: Wrong Number manejamos a varios personajes. Esto junto a una notable ausencia de máscaras condicionan el desarrollo y la propia historia, pero sobre todo condicionan las perspectivas del jugador, el cual venía de una primera parte con la lección bien aprendida. El título juega con estas premisas intangibles para ofrecer un nuevo coctel de violencia que se sustenta no a través de la figura de estos nuevos personajes, sino mediante la mitología del héroe original y la visión que los propios jugadores tienen de éste. Así, nos encontramos una referencia a los mismos en el grupo de imitadores, el cual parece realizado a disposición del sueño húmedo de todos los que esperaban una continuación más o menos directa de las bondades de Hotline Miami. Este grupo, llamado The Fans y formado por cinco personajes distintos, cada uno con sus propias habilidades donde destacan los hermanos Alex y Ash David, los cuales portan una motosierra y una pistola respectivamente (curiosamente es Ash quien porta la pistola, lo cual me parece una oportunidad perdida para incluir un personaje llamado Ash armado con una motosierra) y que el jugador controla a la vez, representan la violencia descerebrada inherente a buena parte del concepto original. Son el escuadrón perfecto para el A+, la repetición de la jugada, ahora hipervitaminada, que el fan demandaba.El resto de personajes, incluido un The Jacket no jugable, suponen las distintas reflexiones sobre la violencia del contenido original. Desde la (simple) explicación de la misma, en los hechos acaecidos en Hotline Miami con la trama de The Soldier (amigo de The Jacket) a la imposibilidad de escapar de ella con The Henchman, un asesino de la mafia rusa que intenta retirarse del negocio, Richter Berg, a quién una madre enferma le coloca en una amarga tesitura, Manny Pardo, quién ejerce la violencia desde la impunidad que le da su placa de policía o Midnight Animal, la película inspirada en los actos llevados a cabo por The Jacket. Todos ellos, al igual que las llamadas de teléfono del anterior título, justifican sus actos de violencia en función de las circunstancias en las que se encuentran, lo que al igual que las llamadas que recibía el protagonista en el anterior título, sirve de catalizador para que el jugador acepte la violencia como la única solución ante lo que se le plantea.El único momento de Hotline Miami 2: Wrong Number en el que el maestro de ceremonias para la música y mira al jugador para preguntarle su opinión sobre lo que está aconteciendo se realiza durante la presentación de Evan Wright, un escritor que investiga lo ocurrido con The Jacket, y del cual planea hacer un libro. Este es el único personaje que puede avanzar sin matar, simplemente dejando noqueados a los enemigos con un bate, lo cual coloca al jugador en la tesitura de preguntarse por qué el resto de personajes no hacen lo mismo. La respuesta viene dada si el jugador intenta rematar a alguno de los enemigos caídos, momento en el que Evan, tras su primer enemigo ejecutado, entrará en un estado de violencia sin control. Quizás no es la respuesta que el jugador quería escuchar, pero está ahí, todo lo que sucede en el juego es únicamente culpa suya. Da igual las circunstancias de los personajes. Es el jugador el que ejerce y exige la violencia del título y da lo mismo si la justifica a través de una extraña llamada de teléfono o porque la vida le ha puesto ahí. Resulta indudable que lo está disfrutando.A todas estas pequeñas reflexiones ayuda un diseño de niveles que lejos de ser el chute de speed de la primera entrega, ahora se antojan como una droga algo más elaborada. Cierto es que se mantiene el mata-muere-revive, y que se podría hacer un pequeño estudio sobre la memoria “animal” que se refleja cada vez que pulsamos inmediatamente el botón reiniciar tras morir, pero lo cierto es que el haber agrandado la dimensión de los escenarios varía la manera de abordarlos. Si antes nos encontrábamos con escenarios relativamente pequeños de un máximo de tres niveles, ahora la dimensión de cada uno de ellos suele ser más del doble de la primera entrega. Esto hace que el miedo a morir se multiplique, por lo que se termina adoptando un gameplay más estratégico. No sé si es debido a esto, pero personalmente me he encontrado mucho más cómodo con las armas de fuego en esta nueva entrega, incluso diría que el apuntado ha mejorado. El resto sigue más o menos igual, con una especial atención a las salas acristaladas y algún nuevo enemigo especial de los que sólo puede ser abatido con un tipo de arma concreta.Intentar hablar de Hotline Miami 2: Wrong Number sin mencionar su banda sonora es prácticamente imposible. Parecía complicado superar lo de la primera entrega, pero esto se ha realizado con creces. No sólo se ha multiplicado la cantidad, sino que la calidad raya a una altura que resulta difícil encontrar semejanza con cualquier otro título del mercado. Ahí están Jasper Byrne, MOON, El Huervo, iamthekidyouknowwhatimean, Benny Smiles, Megadrive o Carpenter Brut, por nombrar algunos, los cuales dan forma musical al estado de ánimo del jugador. Tampoco querría olvidar el trabajo realizado a nivel artístico, ya que si bien en un primer vistazo puede parecer que no hay un gran salto con respecto a Hotline Miami, lo cierto es que pocos títulos cuentan con un trabajo de ambientación tan detallado. Todos los mapas se encuentran llenos de pequeños objetos que dan forma a la localización, los cuales no adquieren importancia durante los enfrentamientos, pero sirven como contrapunto perfecto al volver a recorrer la masacre y compararlos con la sangre que tiñe el escenario.Dennaton Games cierra su historia de violencia con un homenaje a su propia creación, la cual descansa por derecho propio entre lo mejor que ha dado esto de los videojuegos. Puede que la enrevesada trama elaborada para la ocasión, la disminución radical de máscaras o el tener que controlar a distintos personajes no sea del agrado de todos, pero una vez completado no encuentro una manera mejor de mantener las propiedades del original intactas y expandir su propuesta. Hotline Miami 2: Wrong Number nos lleva por donde quiere moldeándonos a su antojo, alterando las reglas del original para añadir una nueva visión: la del mito de The Jacket.

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