Análisis: Halo Reach

Análisis: Halo Reach 1

Después de tomarme unas pequeñas vacaciones, nada mejor que regresar para hablar del mayor buque insignia de la consola de Microsoft, un juego perteneciente a una saga que des del punto de vista de este redactor está un tanto sobrevalorada, pero que despierta una enorme pasión entre un gran número de jugadores que con cada lanzamiento de una siguiente entrega se convierte en todo un acontecimiento público y social, y pese a que siento un amor infinitamente mayor por otra epopeya de ciencia ficción llamada Mass Effect, realmente es Halo la que ha conseguido llevarse el amor y el respeto de una increíble cantidad de seguidores. He aquí lo más cercano a una carta de amor que lanzo a una saga con la que me ha costado entender su esencia y propuesta, aunque nunca es tarde dicen. Aunque por lo menos eso permitirá realizar un análisis completamente libre de monsergas.

Aunque la saga Halo era para este servidor sobradamente conocida des de su embarque con el estreno de la primera X-Box, nunca llegué a jugar a un Halo hasta su tercera parte, cuando me hice por fin con una X-Box 360. Las expectativas no podían ser más altas después del revuelo y fanatismo que siempre había observado que envolvían a la saga una entrega tras otra. La conclusión que podemos sacar es que las expectativas nunca son demasiado buenas, y después de haber jugado a obras maestras del shoot’em up en primera persona, sobre todo con el primer Modern Warfare, que en aquella época me tenía totalmente cautivado, cometí el enorme error de esperarme que Halo 3 iba a proporcionarme unas sensaciones muy similares pero llevándolas al terreno de la ciencia ficción. Como no podía ser de otra forma, el juego me lo terminé con una sensación bastante vacía y descafeinada. Incluso mis amigos, también empapados del síndrome Call of Duty compartíamos esa agridulce y vacía sensación de “no es para tanto”. Ha pasado el tiempo, donde no solo he llegado a jugar de nuevo al Halo 3 e incluso al 2 antes de adentrarme con Reach, sin contar que en dos años mi experiencia en videojuegos se ha enriquecido considerablemente. Así que antes de adentrarnos por completo, el lector ha de tener en cuenta qué supone la experiencia Halo que a este servidor le costó tanto abarcar. Dentro del shooter hay muchas temáticas y formas de abordarlo, como podrían ser mediante un desarrollo prácticamente cerrado y muy lineal, plagado de scripts o de momentos pre programados, si preferís dicha expresión, donde se consigue que el jugador juegue una experiencia increíblemente realista e intensa, con una clara y desbordante influencia cinematográfica. El problema de emplear esa técnica es que a pesar de ser increíblemente intensa si es bien llevada a cabo, peca de ser demasiado corta, y en términos prácticos, poco rejugable, como ya nos ha mostrado muy bien la saga Call of Duty o incluso la saga Uncharted. Halo, por su parte, siempre ha jugado en una onda muy distinta. Aquí lo que importa es lo que decide el jugador. Cada usuario deberá afrontar en cada momento el modo en cómo llevar a cabo una batalla, prescindiendo de cualquier elemento planificado y pre programado, todo a favor de  otorgarle libertad absoluta con una serie de elementos con los que el jugador podrá jugar para ganar una batalla. Halo no busca cautivar al jugador mediante experiencias intensas y cinematográficas, sino que prefiere que el jugador desarrolle a su modo cada batalla con total autonomía por grandes escenarios donde incluso puede emplear vehículos sacrificando intensidad pero otorgando una mayor variedad y mayores alicientes para rejugarlo y abordar las batallas de un modo distinto. Eso es lo que siempre ha significado Halo; y Reach, última entrega que será desarrollada por Bungie continúa con la misma premisa, sin aportar innovaciones de ningún tipo, pero llevando la fórmula a su máximo exponente.

Como ya muchos sabrán, Halo Reach es una precuela que se sitúa justo antes de los hechos acontecidos en su primera parte, donde un grupo de guerreros Spartan acuden al planeta a una llamada de socorro de unos mineros que no será más que el principio de una enorme invasión de sus enemigos, los Covenant, por la conquista de todo el sistema. El juego nos pone en la piel de un nuevo recluta del equipo Noble al que se le denomina Número 6, con el que recorreremos a lo largo de diez niveles una enorme odisea espacial tan épica como dramática, a lo largo de largos niveles en vastos escenarios donde libraremos un montón de batallas cada cual más impresionante y más íntima que la anterior. A pesar de que el universo Halo siempre ha sido muy rico y ha gozado muy bien de salud, lo cierto es que su historia nunca ha destacado por tener una gran relevancia, Reach no es ninguna excepción, su trama argumental es atractiva, pero no goza del mismo nivel narrativo que gozan otros shooters como Bioshock o Half Life. En Reach, como en toda la saga, se monta una trama plagada de clichés cinematográficos totalmente tópicos y previsibles pero con un nivel de épica inusual visto jamás en este sector del entretenimiento. Sí, todos sus elementos están estereotipados y vistos hasta la náusea, pero su mezcla, junto con una banda sonora rotundamente brillante y épica, hace que funcione jodidamente bien. La campaña no es demasiado larga, pero es muy rejugable debido a la enorme variedad de opciones que invita el juego a plantear cada una de sus batallas. Y no sólo eso, sino que Bungie ha conseguido sacar a la luz momentos que aparte de ser muy variados, algunos son realmente brillantes e impagables. Es muy difícil no querer repetir la experiencia que nos brinda su arquetípica pero jodidamente épica trama. Pese a que Bungie no haya incorporado nada que se pueda calificar como innovador o muy relevante, sí que es cierto que ha incluido mejoras y ciertas novedades, como el sistema de recuperación de salud. Siguiendo la tónica iniciada con Halo ODST, únicamente se regenera nuestro escudo, mientras que para regenerar nuestra vida deberemos explorar sus escenarios en busca de botiquines. Otra novedad es la incorporación de habilidades especiales que le podremos otorgar a nuestro Spartan como la de hacerse invisible, correr más rápido o el de equiparse con un jet pack, entre otras. Únicamente podremos llevar con nosotros una en cada momento, dándonos la oportunidad de cambiarla según avancemos. Algo que es de muy agradecer, ya que dependiendo del contexto en que afrontemos las diferentes escaramuzas nos será más útil una u otra, haciendo que el juego nunca caiga en la repetitividad. Otro punto muy a favor de este Halo es su dificultad, bastante más equilibrada y exigente de lo que fue la tercera entrega, donde decayó bastante. Reach, si se prescinde su dificultad más baja, es una experiencia muy gratificante y por momentos bastante exigente. En parte, gracias a la trabajada IA enemiga que reaccionarán de diversos modos dependiendo del desarrollo de cada escaramuza. Poco se le puede reprochar en ese aspecto.

Técnicamente, el juego luce bastante bien, pero tampoco sin ser tan brillante como nos anunciaban. El motor gráfico del juego es una nueva versión del empleado tres años atrás en Halo 3. No se puede negar que Bungie ha hecho un gran esfuerzo en mejorarlo y depurarlo, objetivo que consiguen. Todos y cada uno de los escenarios desprenden el estilo tan colorido y preciosista que siempre se le ha relacionado a la saga, con una enorme cantidad de escenarios de vasto tamaño y de orografías muy variadas. Tampoco se le puede negar la calidad de los modelos humanos y de sus expresiones faciales así como la de nuestros adversarios, con una variedad de especies encomiable, así como el resto de animaciones. Aún así, hay ciertos errores en la carga de texturas. En pocas palabras, el motor es bello, muy bello, pero no impresiona ya a estas alturas. El sonido ya es otro cantar, con una enorme cantidad y variedad de sonidos tanto en disparos como en el uso de vehículos, vegetación o el propio sonido de los alienígenas. Sí tenéis algún equipo 5.1, con Halo Reach os vais a poner las botas, pues el empleo del sonido no lo han podido hacer más inmersivo, variado y realista. Los mismos halagos debe recibir su bella banda sonora, compuesta de nuevo por Martin O’Donell y Michael Salvatore, principales culpables de la épica y dramatismo que destila esta entrega, con el reciclaje de los temas más emblemáticos, pese a que algunos han sido modificados, junto con la inclusión de algunos nuevos. Por desgracia, no se puede decir lo mismo del doblaje, al menos del castellano. Sí que es cierto que es de una mayor calidad que por ejemplo el tercero, sobre todo si tenemos en cuenta lo muy maltratada que ha sido esta saga en el tema de doblaje, pero a veces los actores parece que están leyendo más que actuando, dejando que la música deba manejar todas las riendas de la situación. Es correcto, pero bastante mejorable, sobre todo después de ver que Microsoft sabe ponerse las pilas cuando quiere como cuando realizó el de Alan Wake.

¿Vale realmente la pena el desembolso de Reach únicamente por la campaña? Para el redactor le parece que sí, aunque es algo que no todo el mundo, y con razón, compartirá, sin embargo su desembolso está perfectamente amortizado si se exprime el juego al máximo, gracias a su ingente cantidad de modos de juego, ya sean cooperativos o competitivos a pantalla partida u online. Tampoco podemos olvidar el modo Horda donde lucharemos en diferentes oleadas contra todo un ejército del Covenant o el editor de mapas, así como el modo cine, donde podremos ver nuestras partidas des de diferentes ángulos y compartirlas, haciendo que Halo Reach no sólo sea toda una experiencia, sino que termina siendo muy completa y rejugable, siempre dándole alicientes al jugador a continuarlo o a afrontar las mismas situaciones de otro modo. Sin ninguna duda, el punto más brillante de toda la saga des de su origen. Por si fuera poco, a partir de todos los modos de juego iremos adquiriendo experiencia que se mostrará en nuestro ascenso por medio de un sistema de rangos donde recibiremos puntos para intercambiarlos por piezas u otras modalidades donde podremos modificar  y editar el color y el aspecto de la armadura de nuestro Spartan que se hará visible tanto en la campaña como en el resto de modos.

¿Es Halo Reach una obra maestra? Des de mi punto de vista, rotundamente no. Es un juego redondo, que desprende calidad por todos lados, donde Bungie, con todos sus años de experiencia, ha culminado con el Halo más completo y complejo, cogiendo la misma fórmula y elevándola y exprimiéndola al máximo, pero sin aportarle nada nuevo ni a la saga ni al género. Es un juego de encomiable calidad, de los mejores que ha sacado Microsoft durante este 2010, y quizá el juego más Hardcore de la temporada de esta compañía antes de su ataque con Kinect, pero de ahí a ser un juego inolvidable le queda todavía mucho camino. Es un gran juego, pero des de mi punto de vista, demasiado sobrevalorado por la crítica, que le ha otorgado en la mayoría de los casos unas puntuaciones un tanto desorbitadas, al igual que al resto de sus entregas. Pese a ello, Bungie puede descansar tranquila, ha realizado el Halo más completo y rico de toda su historia, por no decir el mejor, o por lo menos, con la entrega que este servidor ha disfrutado más. Ha costado, pero pese a la cabezonería del redactor, ha conseguido de una vez por todas comprender la esencia de los Halo y a disfrutarla y valorarla como debe ser, sobre todo con esta entrega. Un juego redondo, con una cantidad de posibilidades en sus modos prácticamente infinita y que por momentos se hace inolvidable gracias a su épica. Bungie, lo has hecho realmente bien, felicidades.

Lo mejor: Campaña muy variada, con momentos muy logrados. Ninguna partida es igual. Genial banda sonora y efectos de sonido. Su trama, pese a ser previsible y plagada de clichés, funciona jodidamente bien gracias a la épica que destila. Si se exprime bien, hay juego para rato, gracias a la substanciosa variedad de modos que ofrece.

Lo peor: La campaña podría ser más larga. Innovar no innova nada, es un dulce más de lo mismo mejorado, pero nada nuevo bajo el horizonte. El motor gráfico ha mejorado mucho, pero a estas alturas no impresiona.

Nota: 9

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