Análisis: Ghost Recon – Future Soldier

Análisis: Ghost Recon - Future Soldier 7

Ubisoft y el afamado escritor estadounidense Tom Clancy, experto en novelas de thrillers y conspiraciones políticas y gubernamentales siempre dentro de un contexto militar y de espionaje, siempre han gozado de una buena relación,  con el escritor imprimiendo su sello personal a tres franquicias de la compañía gala: Los Splinter Cell, las entregas de Rainbow Six y la saga que nos ocupa, Ghost Recon, siempre anclada en la infiltración y acción táctica. La espera ha sido larga, pues esta nueva entrega, que inicia una nueva subsaga, llamada Future Soldier fue anunciada en 2009 con un lanzamiento previsto para 2010, donde fue retrasado infinidad de veces para replantear su desarrollo. Han sido muchos los comentarios acerca de su reseteo y de su nuevo replanteamiento, otorgándole algo más de énfasis a artilugios de alta tecnología pero siempre manteniendo la esencia jugable de los Ghost Recon.  ¿Lo han conseguido?

 

Future Soldier nos mete en la piel de un grupo de combatientes que inician una enorme búsqueda por todo el globo para desentrañar una conspiración llevada a cabo por militantes y políticos que terminó con la detonación de una bomba que mató a un equipo Ghost aliado. Esta investigación y venganza personal les llevará a desplazarse por numerosas localizaciones situadas en diversos puntos del planeta, sobre todo  en su primera mitad de su desarrollo, pues iremos a lugares tan variados y exóticos como Bolivia, Nigeria, el Ártico… dejando a Rusia para casi toda la segunda mitad de la campaña. Como viene siendo habitual de los juegos de acción, la trama no es un punto determinante en el título. Sin embargo, se agradece que cuente con una narrativa más lograda que la mayoría de su competencia, así como un mayor énfasis en las motivaciones y sentimientos de nuestro grupo de Ghosts. Ello no quiere decir que las dosis de dramatismo se disparen, ni mucho menos, pero se agradece un mayor énfasis alejado de la habitual premisa yanqui donde los soldados parecen pasárselo pipa reventando cabezas y con sus compañeros muriendo a su alrededor.

Ha llovido mucho desde que jugáramos al último título de la saga, pues Ghost Recon: Advanced Warfighter 2 salió para compatibles y consolas de sobremesa a lo largo del 2007, un año importante dentro de la industria, con el lanzamiento de increíbles juegos ya convertidos en clásicos como God of War 2, Mass Effect, Bioshock y con Call of Duty 4: Modern Warfare, un título que marcaría un importante punto de inflexión que determinaría no solo la forma de entretenimiento de los próximos años de generación, sino el rumbo del mismísimo modelo de negocio que las compañías tomarían en crear nuevos videojuegos y que sigue hoy en día todavía vigente. Pocos títulos que se lanzan actualmente en el mercado escapan de unas premisas impuestas ya por obligación, como son la espectacularidad, la rapidez y la accesibilidad. Son muchas las sagas ya icónicas que han tenido que flexibilizarse a estos estandartes, y Ghost Recon, en ciertos aspectos, también ha sucumbido.  Cuando uno se encuentra jugando a Future Soldier, obtiene unas sensaciones muy similares a las que podría experimentar cuando jugaba a Splinter Cell: Convicction o al último Ace Combat, Assault Horizon.

Es decir, la esencia jugable es más o menos la misma, pero tampoco lo es del todo. La jugabilidad de siempre se mantiene pero de forma mucho más agilizada, dinámica y con un profundo sentido por la espectacularidad renegando del ritmo pausado de antaño. Todo esto no se consigue sin un importante sacrificio, su dificultad, reduciéndola de forma considerable para que todos estos nuevos componentes funcionen a la perfección. Todos estos cambios suponen también un cambio de orientación en las bases de su propuesta inicial, ofreciendo un papel más importante a la acción en detrimento del componente táctico y simplificando también todas esas opciones para hacerlo más rápido y ágil, haciéndolo considerablemente más fácil. Y todo ello para parecerse más a esos innumerables shooters que aparecen masivamente cada semana sin diferenciarse en nada los unos de los otros y que nacieron gracias a esa, por aquel entonces, obra maestra llamada Call of Duty 4: Modern Warfare.

 

Future Soldier, entonces, se juega como siempre, pero de forma mucho más guay y molona. Con increíbles y útiles gadgets como drones voladores que podemos hacer que sobrevuelen la zona para marcar a nuestros enemigos y que nuestros compañeros se encarguen de ellos. Podemos realizar un ataque coordinado con nuestro equipo para que cada uno liquide a un adversario de forma simultánea para no dejar ni un cabo suelto que haga que nos salte alguna alarma, podemos liquidar por detrás  a nuestros enemigos rompiéndoles el cuello sin hacer uso de nuestras armas de fuego. Y todo ello aderezado con múltiples gadgets que nos permiten obtener múltiples campos de visión si estamos en alguna zona oscura o nos vemos bloqueados por una tormenta de arena.  Tampoco faltan las granadas, de las que explotan liquidando a esas molestas moscas o hasta unas de infrarrojo que nos permite localizar a los enemigos más próximos de nuestro campo de visión. Tampoco faltan los pequeños vehículos por control remoto para que los conduzcamos por conductos de ventilación y otras áreas para desactivar un sistema de seguridad o para noquear a nuestros adversarios sin necesidad de contacto directo. Y todo ello con unos escenarios bastante amplios para afrontar las situaciones de la forma en que nos plazca.

Como se puede ver, la jugabilidad es la misma, desde cierto punto de vista, sólo que mucho más simplificada y automática. Poco importa que ahora te descubran. Siempre podrás pegarte al muro de una pared y liarte a tiros hasta que hayas liquidado a todo el ejército de maleantes, mientras que antes un enfrentamiento con tan solo dos soldados era una muerte casi garantizada. Es sumamente fácil acercarte a tus adversarios, pues dispones de un equipo de camuflaje que se adapta al entorno, haciéndote totalmente invisible siempre que no hagas movimientos bruscos. Las órdenes que les puedes dar a tus Ghost, se reducen a mata a éste o no hagas nada, despedíos de ordenar a tus soldados que se reagrupen o que se coloquen en un punto determinado que tú mismo has escogido. Los escenarios son grandes, cierto, pero totalmente lineales. Antes tenías varios caminos a elegir con diferentes estrategias que emplear, aquí solo tienes una y te lo dejan muy bien mascadito para que no te salga humo de la cabeza intentando adivinar cuál debes emplear.

 

No todo es malo ni mucho menos, a aquél que le guste un ritmo más trepidante. Ágil y espectacular y que exija algo más que repartir unos cuantos tiuros se lo pasará muy bien, pues pese a  completa simplificación de su jugabilidad, su propuesta sigue siendo prácticamente única, sólo que más accesible. De hecho, es recomendable siempre ir por la vía táctica y del sigilo. Ponerse a repartir tiros acaba siendo sumamente repetitivo a los cinco minutos. Incluso hay niveles cuyo diseño es el de disparar sobre todo lo que se mueva, incluso con fases sobre raíles donde nuestra única preocupación es disparar sin miedo a gastar munición. ¿Variado? Sí, no nos vamos a engañar, pero eso no era la esencia de los Ghost Recon, y al purista no le gustará que le toquen lo que ya estaba consolidado. Se agradece el esmero de Ubisoft en ofrecer una campaña generosamente larga y lo bastante variada para no decaer en ningún segundo, con una trama más o menos interesante que no da vergüenza ajena y con ciertos niveles muy bien trabajados y diseñados. Y es que si se hubiera mantenido su clásica jugabilidad al 100% con esos niveles tan bien realizados, estaríamos sin duda ante la mejor entrega de la franquicia de Ghost Recon.

De lo que tampoco se le puede achacar a Ubisoft es en su esmero en ofrecer una experiencia lo más completa posible. No sólo vive de una generosa y lograda campaña, sino a sus modos multijugador. Algo que en los Ghost Recon y en los Rainbow six era un reclamo muy importante. La variedad de modos es encomiable, tanto en modos competitivos como cooperativos con modos para conquistar territorios e incluso un  modo horda que puede ser jugado a pantalla partida para hasta cuatro jugadores o hasta 16 en línea. Aunque tiene delito no poder jugar la campaña en modo cooperativo a pantalla partida. Sólo se puede online  hasta cuatro jugadores. También se pueden emplear todos los gadgets que empleamos en la campaña en estos modos.  El problema viene cuando lo comparamos con las entregas anteriores. Aquí todo se ha estandarizado y agilizado demasiado, con unos modos que recuerdan demasiado a cualquier shooter procedente de la era Call of Duty, sacrificando todo su componente táctico por el fuego intenso. En un Third Person Shooter cualquiera podría funcionar, pero no en un Ghost Recon. ¿Es el multijugador el principal culpable que la franquicia se haya simplificado y vuelto mucho menos exigente en todos sus aspectos alejándose de su propia condición para acercarse a los shooters que abundan en la actualidad? Probablemente, no en vano, ahora existe esa maldita y temible  idea que un juego no puede tener una calidad exitosa y garantizada sin los modos multijugador como aval (que se lo digan a Uncharted, Dead Space 2 y 3, Resident Evil 5, el nuevo God of War o Mass Effect 3). Y es que como casi cualquier otro shooter, todo es un intento por parecerse al rey de la acción en primera persona.

 

Un aspecto que no deja de ser curioso, es la galería de armas. Como en anteriores entregas, antes de comenzar con nuestra misión deberemos escoger nuestro equipamiento, donde podremos personalizar nuestras armas añadiendo diferentes miras, silenciadores, cambiar culatas, escoger colores… Este modo incluso se puede usar con Kinect en X-Box 360 o con Ps Move para PS3. No deja de ser un aspecto anécdotico, pero puede ser interesante y curioso probarlo.

Gráficamente, Future Soldier es un título muy irregular. El motor grafico es el mismo que  usaron es sus dos últimas entregas pero remozado. Sí ya lo sé. Call of Duty emplea el mismo motor cada año, pero es que los dos Advanced Warfighter tienen ya seis y cinco años respectivamente. Y es que notar, se nota un poco. Texturas de baja y pobre resolución, poca interactividad y los modelos de los personajes en las secuencias de video recuerdan al bueno de Gabe “Cara Cartón” Logan de los Syphon Filter de PSX, sin contar su baja calidad por estar tan comprimidos.  Por el contrario, la variedad de escenarios es encomiable, con abundantes elementos climatológicos, como la tormenta de arena, una paleta de colores también muy particular que se asigna de forma diferente dependiendo de nuestra ubicación, buenos efectos de partículas y unas muy trabajadas animaciones en nuestro equipo de Ghost. El sonido hace justicia a la saga con su variedad y contundente abanico de efectos sonoros en lo que respecta a las diversas armas y a demás efectos ambientales. La banda sonora es cumplidora y el doblaje al castellano es muy competente. Algo de lo que no se puede negar que Ubisoft siempre se esfuerza.

 

Es difícil valorar un juego como Future Soldier. Estamos ante la entrega más ambiciosa de la franquicia, algo que se nota sobradamente sobretodo en sus múltiples e interesantes modos multijugador, así como el disponer de una campaña de lo más competente y generosa en longevidad y variedad. De lo que no cabe duda es que la compañía gala ha parido un título de lo más completo.  Future Soldier logra subir muchos escalones y destacar sobre muchos otros shooters actuales gracias a su propuesta, mucho más táctica que sus competidores. Cualquier aficionado a los shooters en tercera persona disfrutará de lo lindo con este título ya que ofrece algo más que matar a todo lo que se nos cruce por delante. Cualquier seguidor del género, probablemente guardará un muy buen recuerdo de él. El problema viene cuando no estamos ante un neófito de la saga, sino con un veterano que ha seguido la franquicia Ghost Recon des de sus inicios. Y es que éste puede que guarde un recuerdo frio de Future Soldier y hasta pueda sentirse traicionado por esos nuevos aires que le han dado a la serie. Al seguidor no le gustará  que hayan rebajado el componente táctico, simplificándolo demasiado, enfocando la propuesta jugable a la acción directa y agudizando la espectacularidad y el dinamismo en detrimento de la planificación y del desarrollo lento, con muchas menos posibilidades a la hora de afrontar cada situación. En pocas palabras, si nunca has probado la saga y estás cansado de matar por matar, bienvenido; si por el contrario, eres uno de los que ha jugado a sus anteriores entregas, no te hagas muchas ilusiones, no digas luego que no te lo advertimos. Primero Splinter Cell: Conviction, su continuación, Blacklist parece recorrer su misma senda. En un mes que ya lleva a la venta, Ghost Recon: Future Soldier está obteniendo buenas ventas…. ¿Os imagináis qué veremos en el nuevo Rainbow Six: Patriots?

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