Análisis: Dawn of War 2 – Retribution

Análisis: Dawn of War 2 - Retribution 4

Dawn of War 2: Retribution es la segunda expansión de Dawn of War 2, la apuesta de Relic por traer a nuestros ordenadores un juego de estrategia ambientado en el mundo de Warhammer 40.000. Al igual que su antecesora (Chaos Rising), Retribution puede jugarse sin el juego principal, aunque nos perderemos parte de la historia del modo campaña, que sigue los sucesos del juego principal y la primera expansión.

Para justificar la compra, Retribution nos propone, además de la nueva campaña, una serie de añadidos, entre los que destaca por derecho propio la inclusión de una nueva raza: la Guardia Imperial. Probablemente, lo más parecido a un ejército humano que podremos manejar. Se caracteriza por una elevada cantidad de unidades por escuadra, muy vulnerables pero con gran potencia de fuego. Contaremos con la capacidad de desplegar torretas en cualquier punto y de crear cobertura, inclinando el estilo de juego claramente hacia la acumulación de tropas, defensa de puntos estratégicos y contraataque. Además, hay gran cantidad de vehículos, entre ellos la joya de la corona: el Baneblade, el tanque más poderoso del juego. Así que por un lado tendremos trincheras y soldados débiles, y por el otro infantería mecanizada con la que avanzar. Como es lógico cuenta con sus propios héroes, pero hay que destacar lo que aporta a nivel jugable: un estilo de juego distinto. Hay otras razas que pueden atrincherarse o confiar en el número elevado de unidades, pero la Guardia es óptima para quien prefiera un estilo pausado y defensivo.

Las demás razas no quedan abandonadas, y cada una recibe una nueva unidad. En todos los casos, está más o menos relacionada con el estilo de juego del ejército en particular, aunque añade nuevas variantes y no desnivela el juego online. Por ejemplo, los Marines Ruidosos (Caos) nos permiten negar el ataque a distancia del contrincante, haciendo que se tenga que acercar, mientras que la Autarca (Eldar) puede atacar desde las alturas, con un potente ataque cuerpo a cuerpo con el que diezmar al enemigo. Como digo, no cambian radicalmente el estilo, pero nos dan más posibilidades a la hora de jugar y planificar estrategias.

Decía que, si no hemos jugado a las dos entregas anteriores nos perderemos un poco en la campaña. Esto es así porque se ha decidido avanzar un poco más en la historia de los Cuervos Sangrientos (capítulo de Marines Espaciales creado para el primer Dawn of War, y protagonista de casi todos los juegos). Continuamos 10 años después de los eventos sucedidos en Chaos Rising, cambiando de protagonista pero repitiendo el sistema planetario. Se ha hecho caso a las quejas de muchos jugadores, y ahora hay una campaña por cada ejército (en las entregas previas sólo se podía jugar con los Marines Espaciales). Aunque a priori esto pueda significar que tenemos un total de seis campañas, al final no queda así. La campaña tiene la mayor parte de las misiones comunes (con pequeñas salvedades respecto a unidades y secuencias de vídeo), con poca diferencia real salvo el estilo de cada raza. Por eso, salvo por completismo, poca gente será capaz de pasarse más de dos, más teniendo en cuenta que las tres primeras misiones son prácticamente idénticas y a partir de ahí es cuando hay un poco de variación.

Lo más interesante de la campaña es que el modo de jugarla ha cambiado por completo. Antes contábamos con cuatro escuadras (héroe y dos o tres soldados que le acompañaban) que podíamos desplegar y debíamos ceñirnos a ellas en las misiones, sin posibilidad de cambio. Ahora tendremos, además de los cuatro héroes (sin acompañantes); la posibilidad de desplegar tropas ya dentro de la misión (con un límite establecido por ejército). Esto cambia radicalmente la forma de alcanzar los objetivos, pues tendremos que tomar puntos estratégicos y recolectar requisas para aumentar nuestro ejército. Y si no queremos héroes solitarios, podemos desplegar unidades de “guardia de honor”, unidades básicas mejoradas y que nos permiten aumentar la cantidad de soldados a usar. Los objetos ahora no son consumibles, sino que gastan la energía del héroe, y aunque seguirá habiendo puntos de experiencia y niveles, cambian también. En vez de subir puntos de habilidad de los héroes, ahora tendremos que decantarnos por ir comprando habilidades, pudiendo orientar al mismo personaje al ataque cuerpo a cuerpo, a distancia o al apoyo de tropas. Esto hace cada campaña más personalizable, y nos da la posibilidad de, aún con un mismo ejército, que el gameplay sea muy distinto.

Dependiendo de las misiones que hagamos (hay opcionales) recibiremos recompensas, desde armas y armaduras hasta añadidos a las unidades. Será prácticamente imposible conseguir todos los añadidos en una sola partida, por lo que para verlo todo tendremos que seguir jugando. Estos añadidos también servirán para personalizar más nuestros ejércitos, pudiendo dotar a una unidad de lanzacohetes, lanzallamas, armas cuerpo a cuerpo, el favor de dioses distintos del Caos…De nuevo, mucha variedad, tanta que podremos perdernos.

Finalmente, y a pesar de repetir sistema planetario, hay una gran cantidad de mapas nuevos. Encontraremos dos planetas más que visitar, pero los antiguos también tendrán nuevos escenarios. La mayoría de estos están altamente scriptados y nos van dando acontecimientos a medida que avanzamos las misiones, además de contar con edificios en los que cubrirnos, desniveles, rampas…Un esfuerzo importante en aras de dar posibilidades al jugador para probar estrategias distintas a las ya utilizadas anteriormente. Estas ganas por aportar variedad, lamentablemente, no se han usado a la hora de darnos héroes para las razas. Muchos de ellos son modelos normales con voz distinta, aunque sí que hay alguna variación.

Aún con esto, para muchos la joya de la corona es el modo online. Para empezar, hay online cooperativo en la campaña, y en cualquier momento podremos invitar a un amigo a jugar con nosotros o incorporarnos a alguna partida. ¿Qué es lo que han hecho para mejorar la experiencia multijugador? Para empezar, abandonar Games for Windows (que traía de cabeza a la comunidad) y decantarse por el servicio multiplayer de Steam. Con este cambio se tarda menos tiempo a la hora de encontrar partidas a las que incorporarnos, una de las grandes quejas respecto a sus antecesores.

Seguiremos contando con los enfrentamientos multijugador de siempre y algún mapa nuevo. Aquí cambia poco la cosa, salvo por el añadido de la nueva raza y unidades para cada ejército, que dará variedad al juego online. Además, se añade un nuevo héroe (el general de la Guardia) y un nuevo mapa al modo “Batalla Final“; un modo cooperativo a tres jugadores en el que tendremos que sobrevivir a incontables oleadas de enemigos, subiendo de nivel y consiguiendo mejores accesorios.

Resumiendo: los fans de la saga encontrarán una nueva entrega con pequeñas mejoras gráficas, muchos añadidos y una campaña con multitud de opciones. La narrativa se ha cuidado para estar a la altura de la ambientación de Warhammer 40.000 y se ha respetado las diferencias entre los ejércitos. Por eso, está recomendado para todo aquél que posea los juegos anteriores o esté interesado en el universo en el que está situado. Para el que no conozca los juegos o el setting, será un correctísimo RTS, con seis razas distintas que manejar y gran ambientación, aunque quizás no tan interesante como para un fan.

Lo mejor: Nueva raza, nuevos escenarios y campaña totalmente cambiada. Variedad de estrategias online. Modo “Batalla Final”, tremendamente adictivo.

Lo peor: Repetición de misiones en las campañas. Doblaje flojo al español. Para quien no esté metido en Warhammer, quizá carezca de interés al haber otros competidores en el mercado.

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