Análisis: Dante’s Inferno

Análisis: Dante's Inferno 3

Del camino a mitad de nuestra vida/ encontréme por una selva oscura/ que de derecha senda era perdida/ ¡Y cuánto en el decir es cosa dura/ esta selva salvaje, áspera y fuerte/ que en el pensar renueva la pavura!

Dante’s Inferno es una copia descarada de God of War. Es un hecho. Pero a la hora de hacer un análisis sobre el juego no podemos quedarnos ahí, porque sería demasiado fácil. Para empezar, hagamos un poco de memoria: el juego es la primera incursión de Visceral Games (antes EA Redwood Shores, detrás de Dead Space) en el terreno de los hack ‘n slash de toda la vida. En este sentido, cogen la primera parte de La Divina Comedia (el Infierno) y se basan muy ligeramente en el contenido del poema para crear una ambientación que dé sabor propio a su juego.

Pero, como decía, es una copia sin ningún tipo de vergüenza de la mecánica de God of War. En muchos sentidos parece hecho según el manual del hack ‘n slash moderno, con su doble salto, sus pequeños puzzles y ligeras dosis de plataforma, pero se llega a un punto en que las semejanzas con el buque insignia de Sony son innegables. Para empezar, el arma principal (la hortera guadaña de la Muerte) tiene un funcionamiento similar a las cadenas de Kratos, se estira, y el esquema de botones (ataque horizontal y ataque vertical) es el mismo. Podemos usarla para balancearnos o para colgarnos en garfios. Y más allá de eso, QTE’s similares para ahostiar enemigos, presionar repetidas veces el mismo botón para abrir puertas…

Ojo, esto no significa que el juego sea malo, todo lo contrario. Aunque jugablemente sea demasiado similar al principal exponente del género (si no tenemos en cuenta a la saga Devil May Cry, un poco distinta), el juego es atractivo y da muchas cosas, especialmente a la gente que no pueda saborear la última aventura de Kratos (ergo, usuarios de XBOX). Para esa gente, si tiene ánimos de un buen juego del género quedaría recomendado, pero para los poseedores de PS3 hay una serie de cosas distintas que pueden hacer que también se decante la balanza hacia la aventura de Dante.

Si bien gráficamente no se puede comparar con los popes de la generación, tiene momentos más que dignos, mueve una cantidad asombrosa de polígonos y cuenta con buenos efectos de luces. Como digo, quizás esté uno o dos escalones por debajo de lo más potente que hayamos visto. Lo que sí es reseñable es la dirección artística: potentísima. Cada uno de los círculos del infierno tiene su propio sentido, y el diseño de escenarios se ha pulido tantísimo que hará que siempre sepamos dónde estamos. Además, todo en el juego tiene una justificación, por ejemplo, escalaremos paredes de pecadores que se lamentan de su destino, y dependiendo de sus pecados dirán una cosa u otra. Se nota que en algunas cosas se han basado casi literalmente en el poema (pecadores en un río de sangre ardiente en el círculo de la violencia, la ciudad de Dite…), pero también han tratado de cerca con los grabados de Doré (algún homenaje hay) y han generado mucho contenido propio.

Como digo, se han tomado muy en serio la ambientación. El diseño de los enemigos también es coherente con los niveles (a destacar el enemigo específico del círculo de la avaricia o el de la gula) y los enemigos finales son numerosos y de agradecer. Un detalle que me llama la atención y que me temía: el círculo de la lujuria. En mi mente iba a ser una sucesión de chascarrillos con penes y tetas. Y, sin embargo, aunque los hay por doquier, no hay ni una risita, ni una broma de los diseñadores al respecto, sino la misma seriedad que en cualquier otro círculo del infierno. ¿Os podéis imaginar mi alegría al ver cómo un tema así se trata con naturalidad en un videojuego, que, por violento, se prestaba tan poco a eso? A eso hay que añadirle la presencia de Virgilio de cuando en cuando, al que, aunque nos informará en tono muy críptico de las cosas, siempre buscaremos para que nos cuente más.

Si seguimos con el diseño artístico, y ya adentrándonos en la parte sonora, topamos también con muy buenas noticias. El juego ha sido doblado al castellano, así que no podéis ponerle un 0 en Meristation sin jugarlo de manera más que digna, aunque el doblaje original es mejor. Pero no es eso lo que más llama la atención, sino la enorme letanía de lamentos y efectos de sonido horrorosos que adornan nuestro descenso a los infiernos. Eso, y la música, obra de Garry Schyman (también autor de la banda sonora de Bioshock) e interpretada por la Philharmonia Orchestra, una composición con coros y sabor clásico que nos mete muchísimo en el papel de Dante. Probablemente, de lo mejor del juego.

¿Qué cosas distintas nos aporta a nivel jugable? Unas cuantas. Para empezar, un curioso sistema de karma, que será el que aumente el poder de nuestras armas. El problema es que sólo tendremos la guadaña y la cruz (que hace de arma a distancia) y puede que echemos de menos la posibilidad de empuñar otras (me encantaría usar la soga con la que se ahorcó Judas, o algo así), pero me voy por las ramas. Como os decía, karma: a la hora de hacer una presa o un movimiento finalizador a determinados enemigos, podremos “castigarlo” (las hostias de toda la vida) o “absolverlo” (las ostias, pero de misa), ganando “impiedad” (que potencia la guadaña) o “pureza” (que hace lo propio por la cruz).

Para esas dos barras de karma tendremos hasta siete niveles (no podemos llenar ambas en una sola partida), y también tienen sus árboles de desarrollo de habilidades en las que invertiremos “almas” (lo que nos dan por matar enemigos, vamos). Añadámosle uno de los “objetivos coleccionables”  del juego: encontrar pecadores “famosos” (Poncio Pilatos, Boadicea…) en cada nivel, a los que también podremos absolver o castigar según decidamos (siempre en base a los pecados que han cometido, de los que seremos informados). Esto es más entretenido y aporta más que buscar tonterías por el escenario (que también, en forma de monedas de plata de Judas), y nos trae un extraño minijuego de “comer pecados” en el caso de que absolvamos al pecador. A mí, viendo lo terrible del infierno, me dan todos penita, la verdad. Finalmente, hay un buen puñado de magias, también impías o sagradas, y de reliquias (lo mismo, buenecicas o de pecadores) que podremos equipar (en un principio dos, pero se puede aumentar) que nos modifican las estadísticas. Mucha variedad, y toda relacionada con el propio concepto del juego.

Finalmente, a nivel argumental, no es nada del otro mundo, pero se deja querer, desarrollando el pasado de Dante a medida que bajamos círculos en busca de Beatriz. Cierto que podría ser más profundo, pero no es que el género se preste, y cumple de sobra. Dura unas 8 horas, podemos empezar nueva partida con las estadísticas con las que acabamos y  se nos dará la típica arena en la que simplemente podremos matar y matar hasta aburrirnos (superando desafíos). También existe un DLC de pago (los Juicios de Santa Lucía) que nos da la posibilidad de diseñar escenarios a lo Little Big Inferno y de jugar en cooperativo. Concluyendo: un muy buen hack ‘n slash, que no le llega a los mejores de su género pero que tiene valor por sí mismo para el que quiera darle una oportunidad. Lo bueno es que ya está a precio reducido.

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