Análisis: Celestial Mechanica

Análisis: Celestial Mechanica 3

Tras hablarnos de él hace unos días Twinsen y ver el video que acompañaba la entrada, no pude más que poner los 4€ (ni llega) que vale el juego y comprarlo. Puede que fuera para paliar la espera del otro gran juego indie plataformero locura, No Time To Explain (comprado desde que estaba en proceso de búsqueda de fondos para terminar el proyecto) el cual creo que el Lunes hará su aparición en sociedad.

Celestial Mechanica es un plataformas en 2D con unos bonicos pixelacos donde nuestro protagonista, un robot amarillo y algo feúcho tiene que ir descubriéndose a sí mismo y lo que le rodea. Tendremos un compañero que nos indicará las acciones a realizar, ya que al principio no tenemos ninguna habilidad. Estas las iremos adquiriendo conforme avancemos por el mapeado, andándolo de un lado a otro. Últimamente abundan en el mundillo indie este tipo de plataformas metroidzados que nos obligan a recorrernos todo el mapeado unas cuantas veces conforme vamos cogiendo más poderes. Aunque no esté mal, en este caso la jugada no está del todo bien empleada, ya que habrá ocasiones en que nos veamos perdidos y eso que el escenario es realmente pequeño.

Eso es uno de los grandes problemas del juego, la limitada extensión del mapeado, dándonos tan sólo 4 escenarios diferentes (bosque, templo del agua, del fuego y maquinas) los cuales consisten en ir pulsando interruptores y ver qué ocurre. Nada de investigación, nada de innovación.Otro gran problema es el control. Usaremos los botones direccionales para movernos, así como X, Z para saltos y “magias“. Se puede implementar el uso del pad, pero yo no he sido capaz de hacerlo. Es cierto que responde con cierta agilidad a los movimientos, no así a sus habilidades. Es muy frustrante intentar saltos dobles y que el robot no haga nada y caiga a una muerte absurda. O hacer uso de la atracción de la energía enemigo y que se queda estático sin hacer nada. Al menos las ilimitadas vidas que tenemos ayudan a que sea ágil y podamos terminar los “retos” en pocos intentos. La duración se me antoja muy escasa ya que en menos de media hora lo habremos terminado.

En conclusión un juego que atrae por ese HAMOR a lo clásico que destila (me ha recordado y no sé aún la razón a Sonic), pero que caerá en el olvido por sus limitaciones. Quizás un proceso más largo de creación de los niveles o que la dificultad venga por los retos, no por el control, le hubiese convertido en una joyita a tener en cuenta, sin embargo una buena realización gráfica y una agradable banda sonora no son suficientes, por muy independiente que se sea.

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