Análisis: Castlevania – Lords of Shadow

Análisis: Castlevania - Lords of Shadow 3

Los Hack’n slash gozan de buena salud en esta generación, hay una buena variedad de estos sin que para ello esté el mercado saturado y con una indudable calidad, pese a que algunos posean algo más de carisma que otro. Sin embargo, no hay cabida para la frescura o innovación.

El primer God of War lanzado ya por aquella lejana primavera del 2005 dejó una huella imborrable, marcando un hito y unos nuevos cánones del género que se han imitado des de entonces hasta la saciedad, propiciándonos juegos de enorme calidad pero nada revolucionarios. Siendo honestos, Castlevania: Lords of Shadow sigue esta misma trayectoria, sin aportar nadas substancioso o relevante al género, sin embargo destaca por diversas razones que lo hacen grande, y no por pertenecer a una mítica saga que pedía a gritos su resurrección después de sus primeras incursiones tridimensionales o por ser un producto patrio. Mercury Steam puede sentirse orgullosa del trabajo realizado, pese a que se hayan inspirado, han sabido inspirarse de los mejores.

El desarrollo del título no tiene cabida para el aburrimiento. De un momento a otro podemos estar combatiendo contra hordas de licántropos, vampiros o trolls, desplazándonos mediante nuestro apreciado látigo por diversas cornisas del escenario o combatiendo contra enormes titanes recorriendo su cuerpo dañando sus puntos vitales como si se tratara del mítico Shadow of the Colossus o estrujándonos los sesos con sus geniales puzles. Como podéis ver, no hay nada en Castlevania que no hayamos visto ya, pero lo hace con una clase, con un sentido del espectáculo y con una brillantez que bien tiene que ser una producción a tener en cuenta. Carisma y clase no le faltan, desde luego… Esta trigésimo sexta entrega de la serie (Sí bueno, la 36; como me gusta hacerme el listillo…) pasará a la historia por ser la resurrección de la saga y por su enorme calidad en el paso de las 3D, aspecto del cual, no habían conseguido los primeros Castlevania tridimensionales lanzados en Playstation 2.

Como va siendo habitual en esta generación, Konami prefirió ofrecer el reto de adaptar su saga fetiche a un equipo externo, en este caso Mercury Steam, desarrolladora española afincada en San Sebastián de los Reyes y responsables del notable Jericho. Todo ello en colaboración de la prestigiosa Kojima Productions y bajo la supervisión del productor Dave Cox. De hecho, fue más tarde cuando se decidió que Lords of Shadow perteneciera a la saga Castlevania, después de los primeros exitosos resultados de la desarrolladora española. Para los neófitos, adelantar que esta nueva entrega sigue una línea temporal distinta a los demás Castlevania, por lo que no es necesario ningún conocimiento de la saga o de su historia.

El argumento nos presenta a Gabriel Belmont, un caballero perteneciente a una hermandad que tiene la misión de derrotar la oscuridad que ha poblado todo el mundo al mismo tiempo que intenta resucitar a su amada esposa con el intento de unir las piezas de una máscara con el poder de devolverla a la vida. Su trama argumental es más que correcta y lo suficientemente substanciosa para que nos motive el seguir los pasos del atormentado Belmont por un viaje oscuro, sórdido y nada épico.

Los grandes también se van mermando, por ejemplo, pese a que la saga God of War se haya mantenido muy bien de salud, con una segunda parte tan épica como fulminante, su tercera entrega, pese a ser brillante, se antojó como algo inferior debido a la misma mecánica jugable, pero algo menos exprimida de lo habitual, con un espectáculo visual sin rival pero con unos niveles de exploración y puzles que dejaban algo que desear después de la grandeza de sus predecesores. Mercury Steam se han ganado mis respetos por buscar su propio camino. La principal diferencia que tiene este título con epopeyas como Halo, God of War o Red Dead Redemption es que no posee ni tantos recursos ni un presupuesto equiparable, pero se puede medir a ellos gracias a su grandiosa calidad, sin la necesidad de tener tanta publicidad mediática a su alrededor, gracias a su afán de superación y por el trabajo bien hecho. Mezcla sabiamente acción y exploración de la buena, de forma muy parecida a lo que nos mostró el juego Darksiders a principios de año.

Lords of Shadows despunta por un nivel de dificultad creciente que incluso puede llegar a ser un tanto exigente en ciertos tramos, incluso en su nivel de dificultad normal, sobre todo en su inicio cuando aún estamos muy limitados en la vertiente del combate debido a nuestra poca evolución y falta de habilidades. Realizaremos combates contra todo tipo de hordas enemigas cosechando sus almas, manteniendo pulsado los joysticks del mando para rellenar cualquiera de nuestros marcadores mágicos, uno con magia luminosa que nos permite recuperar vida mientras ataquemos, y la oscura, que nos permitirá hacer  un mayor daño  a nuestros enemigos. Cabe decir que cualquier uso de ambas magias no sólo es extremadamente útil, sino que nos sacarán en más de un apuro. No es lo único que nos ofrece el combate, también dispondremos de un botón de agarre para realizar golpes letales a nuestros enemigos, junto con un par de botones para ataques a larga o a corta distancia. Como no podía ser de otra forma, también disponemos de un botón para bloquear los ataques de nuestros rivales y que, si  somos lo suficientemente rápidos, podremos llegar a contraatacarles o limitarnos a esquivar sus ataques. La gamma de técnicas y combos es muy completa y bastante profunda, sin ser la más extensa que se haya visto. En cualquier momento de la partida podremos pausar para comprar o mejorar nuestras habilidades, incluso con nuevos poderes y habilidades para cuando empleemos tanto la magia luminosa como la oscura. También disponemos de ciertos recursos para a ser usados a larga distancia durante los combates, como el uso de dagas, agua bendita y otro par de habilidades que nos irán muy bien y que se pueden cambiar mediante la cruceta del mando. Su control, es variado y exigente, y nos llevará un tiempo dominarlo del todo.

Como no podía ser de otro modo, el juego también hace uso de Quick Time Events, pero lo sabe hacer con cierta clase, pues en lugar de estar pulsando botones que nos indique la pantalla, que a veces ocurre,  tendremos que pulsar el cuadrado  o equis dependiendo si se juega en Playstation 3 o X-Box 360, respectivamente, cuando veamos una circunferencia en la pantalla que pasa encima de otra, momento en que deberemos pulsar el botón deseado. Incluso podremos controlar en ciertos momentos a enormes criaturas provocando grnadísimos daños a nuestro paso.

Como se puede ver, el combate  ha sido cuidado con mimo y esmero, algo que se nota en la primera partida, y eso que tal vez no sea el aspecto más pulido del título que nos ocupa. Pues en ciertas ocasiones, el personaje de Gabriel no responde todo lo bien que desearíamos tanto en combates como en ciertas fases de plataformas. Entrando ya de lleno en dichas fases, no suponen  en ningún momento un reto considerable, pero tienen en ocasiones, cierta inventiva muy a tener en cuenta que hacen mucho más amena y variada la oscura odisea de Gabriel Belmont, con pasajes que incluso recuerdan a Rygar, título aparecido hace algunos años en ps2, en parte debido a su magnánima escala y sentido del espectáculo.

Otro aspecto muy de agradecer son los puzles, pues son abundantes y rebosan un aura de ingeniosidad pasmosa, sin llegar tampoco a ser demasiado difíciles, pero substanciosos. Hay que remarcar también que para aquellos jugadores que quieran ir directamente al grano o se queden bloqueados en alguno, existe la posibilidad de resolverlos automáticamente sin tener que estrujarnos la materia gris, eso sí, si empleamos ese método no nos darán como recompensa nuevos puntos de experiencia para evolucionar a Gabriel.

Ninguno de los elementos de este Castlevania funcionaría si el juego no estuviera dotado de un buen sentido del ritmo y de la exploración, amen que lo consigue. Todos y cada uno de sus doce capítulos, con sus respectivos niveles, nos obliga a realizar una extensa exploración, pero lo encomiable no es que la haya, sino que nos incita a realizarla, ya que en nuestra primera partida no dispondremos de todas las habilidades de Gabriel para recorrer los niveles al 100%, aspecto que alarga la vida del juego, algo que además no nos vamos a quejar, pues la primera partida nos durará fácilmente unas veinte horas, así que si luego queremos explorar de nuevo los niveles para desentrañar todos sus secretos (encontrar gemas de poder mágico o de vida, pergaminos…) y resolver sus desafíos para completar nuestro historial de logros o trofeos la cosa va para largo.

Por si no fuera suficiente, el juego nos aguarda otras sorpresas que no hacen más que confirmar el cuidado que los madrileños de Mercury Steam han imprimido a Lords of the Shadow, empezando por una extensa recopilación de datos de todas las criaturas y personajes con las que nos cruzaremos en el lúgubre viaje de Gabriel Belmont y, como no podía ser de otro modo, el sello de Hideo Kojima se vislumbra disimuladamente en un par de homenajes a su saga fetiche, Metal Gear Solid, que muy probablemente sus mayores seguidores les encandilará, pese a que sean meras curiosidades o detalles.

Se ha hablado de su brillante y variada mecánica jugable, pero lo bueno es que aquí no acaba todo. Como ya se ha querido destacar en un principio, estamos ante una producción modesta, o por lo menos en comparación de los demás títulos triple A con los que el juego se regodea. Y pese a ello, Castlevania hace uso de un brillante motor gráfico, que se puede resumir de bello y muy sólido, no es perfecto ni mucho menos ni tampoco impresiona demasiado a estas alturas, pero destila una enorme belleza que lo hace singular gracias a el mimo impuesto en todo su aspecto. Eso es debido a su magnífica escala, el brillante diseño artístico tanto de sus escenarios como de sus enemigos y de su apasionante ambientación europea y gótica. Poco se le puede reprochar al título en ese aspecto. No se aprecian tirones de imagen (la versión analizada es la de ps3 pero por lo que se ve, las diferencias técnicas entre consolas son insignificantes como para darse cuenta), aunque se le puede achacar algún alejamiento de la cámara en ciertos momentos de la acción, defecto muy común en este tipo de juegos que se hace para resaltar la escala y espectacularidad de los escenarios.

En lo que respecta al apartado sonoro, está a la misma altura, con un rico arsenal de efectos y un soberbio doblaje, eso sí,  en inglés, con actores de renombre como Robert Carlyle o Patrick Stewart. Lo siento, amigos, por muy español que sea el juego, Konami sigue siendo Konami. Mención especial a la excelente banda sonora compuesta por Oscar Araujo, responsable de diversas partituras de películas españolas, que compone una banda sonora espléndida, con el reciclaje de algunas melodías de la saga junto con otros temas nuevos, generalmente con agresivos coros que le otorgan mayor dramatismo y sobre todo épica a la aventura, ofreciéndonos momentos impagables (cuando luchéis contra los titanes me daréis la razón).

El trabajo de los chicos de Mercury Steam bien podría ser un caso muy parecido a lo que fue el genial Batman: Arkham Asylum, una producción tapada, que pasa muy desapercibida pero que con su llegada vemos que estamos ante un título de rebosante calidad, sin aportar nada nuevo al género, pero sabiendo mezclar diversas mecánicas que conforman un juego de aventuras puro y muy completo y, cómo no, made in Spain. En pocas palabras señores, Castlevania: Lords of Shadow ya forma parte del selecto grupo de uno de los mejores juegos del año… Y el brillante epílogo final genera unos muy buenos augurios.

 

Lo Mejor: Perfecto equilibrio de plataformas, exploración y acción. Brillante banda sonora. Magníficos y originales puzles. Demuestra que con recursos modestos se puede crear un juego mayúsculo. Largo y muy rejugable. Variedad de enemigos e impresionantes jefes finales, sobre todo los titanes. Su ambientación gótica y europea lo hace diferente frente a sus competidores. Supone un gran regreso para una saga que ya estaba estancada…

Lo Peor: … Aunque dicho regreso no será del gusto de todos. El sistema de combate podría ser algo más eficaz, debido a que a veces el control no responde todo lo bien que desearíamos y la cámara a veces se nos antoja un tanto lejana, restándole intensidad. Es un soberbio imitador con todo lo que ello conlleva, sabe plasmar muy bien los elementos recogidos de otros juegos pero no aporta nada nuevo al género.


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