Análisis: Batman: Arkham City

Análisis: Batman: Arkham City 7

Cuando muchos nos frotábamos las manos con los juegos que iban a salir para la hornada de otoño del año pasado, hubo uno que llegó casi sin hacer ruido y nos dejó completamente encandilados. El estudio Rocksteady se sacó de la manga Batman: Akham Asylum, un juego que fue anunciado en su momento con el lanzamiento del la última incursión cinematográfica del caballero oscuro allá por el 2008. Muchos somos los que pensamos “otro videojuego de superhéroes sacado para exprimir licencias”. Sin embargo, Rocksteady no se basó en el film de Nolan, sino que se basó en el universo creado en sus viñetas, engendrando un juego de acción y aventura sobresaliente de unos valores de producción impecables donde se exprimían todas sus habilidades detectivescas y su enorme capacidad en el combate. El título encantó tanto al público como a la crítica, convirtiéndose en uno de los favoritos del año. Cuando habían pasado tres meses de su lanzamiento, Rocksteady ya anunció, con video incluido, su interés en crear una secuela que al principio se tomó de forma recelosa por muchos. ¿Iban a aprovecharse del tirón comercial conseguido e iban a sacar un más de lo mismo? Rocksteady ha demostrado a lo largo de estos dos últimos años de desarrollo que para ellos la calidad va por delante de todo, regalándonos una secuela que vendría a ser prácticamente el equivalente de lo que el Caballero Oscuro (2008) supuso respecto a Batman Beggins (2005), ambas de Christopher Nolan.

Arkham City se basa 18 meses después de los hechos acontecidos en la anterior entrega, Con un Batman atrapado en la ciudad de Arkham, construida por el antiguo alcaide de la prisión de Arkham, Quincy Jones, con la intención de crear una ciudad que recluya a todos los presos y que puedan campar a sus anchas por un territorio cerrado formado por barrios marginales. En ese poco acogedor y retorcido escenario, el caballero oscuro tendrá que lidiar en medio de una guerra de diferentes facciones de criminales, encabezados por el Pingüino, Dos Caras y el Joker, mientras desentraña una oscura conspiración de las altas esferas de Gotham que tiene que ver con la construcción de esta ciudad criminal. Como ya sucediera en su entrega anterior, Rocksteady vuelve a demostrar su buen hacer manteniendo un gran hilo narrativo durante todo el desarrollo de la trama. No buscan crear un guión complejo, ni mucho menos, sino crear una historia que sea fiel al universo que retrata, con momentos grandiosos gracias a su impecable atmosfera y con muy buenos y acertados giros argumentales que conforman una trama redonda. Cabe remarcar el énfasis que el estudio se ha empeñado e plasmar la mayor fidelidad posible al cómic. Ello queda perfectamente reflejado gracias a la cantidad de personajes que aparecen de él, donde los villanos quedan soberbiamente retratados. Y no sólo a nivel de apariencia, la desarrolladora ha sabido plasmar la psique particular de cada uno de los villanos. Los fans del personaje quedarán en estado catatónico al ver la fidelidad en la que todo ha sido retratado, mientras que aquellos que no lo sean quedarán irreversiblemente atraídos ante el gran y oscuro universo que reside en el antihéroe de DC Comics. Algunos puede que consideren que la aparición de tantísimos villanos, hace que algunos estén un tanto desaprovechados y lo cierto es que alguno lo está, pero no cabe duda que Rocksteady ha sabido plasmar cada uno de sus matices que los hace únicos y los ha implementado de manera ejemplar.

Como era de esperar, y teniendo en cuenta los magníficos resultados de su primera parte, Arkham City sigue una estela continuista en lo que se refiere a las mecánicas jugables que le hicieron tan grande. No obstante, Rocksteady no se ha querido conformar con un simple más y mejor. Sino que se ha preocupado lo bastante para potenciar todo lo que ya se conocía mientras que ha intentado incorporar una serie de novedades que refuerzan su fórmula. Todo esto se traduce en que seguiremos pululando por escenarios lineales donde deberemos avanzar en fases de plataformas, combates, infiltración y algunos sencillos puzles, pero con la incorporación de la ciudad de Arckham como telón de fondo. Un escenario considerablemente más amplio y mucho más profundo de lo que fue en su día el manicomio de Arkham. Se recuperan todas las habilidades del hombre murciélago, como su visión de detective, con la que podremos ver detalles que no se podrían ver a ojo desnudo y encontrar objetos ocultos en los lugares más recónditos. En esta ocasión, dicha habilidad gana protagonismo y relevancia a la hora de resolver muchas de las situaciones que nos plantea el título. El sistema de combate se mantiene intacto, con un botón de ataque y otro para realizar contraataques, con sus correspondientes funciones de salto o las de confundir al enemigo. El sistema sigue mostrándose de lo más robusto y espectacular pese a su relativa sencillez. Por si fuera poco, se recuperan los habituales gadgets  (batarangs, bombas de hielo o de humo, desencriptadores, ganchos, gel explosivo…) de los que hace gala el caballero oscuro, así como nuevas incorporaciones que nos irán de perlas  a la hora de realizar no pocas acciones. Todo ello implementado de forma sobresaliente, pues hay que tener en cuenta que el control se muestra sencillo pese a la complejidad y diversidad de acciones que podremos realizar

Lo loable de todo ello es que mantiene su inmensa profundidad pese a que el juego haya pasado a tener bastantes características del género sandbox, pues mientras no estemos ocupados desentrañando la trama principal, podremos recorrer a nuestro antojo toda la ciudad criminal. Si bien la extensión de la misma no sea tan grande como algunos aseguraban, la urbe marginal se muestra muy bien recreada y trabajada. Con multitud de detalles que no hacen más que acrecentar más la genial ambientación conseguida del universo del cómic. Son muchos los incentivos que nos invitan a explorarla, pues se recuperan los acertijos de Enigma, repartidos por toda la extensión, y algunos bastante rebuscados de conseguir. Incluso  cuando ya hayamos recolectado los bastantes podremos ir a rescatar rehenes que el criminal ha secuestrado. También hay un total de 12 misiones secundarias de una duración considerable que iremos resolviendo a medida que avancemos en la historia, donde hay multitud de cameos de muchos de los villanos de las viñetas. La índole de dichas misiones es muy variada, desde proteger a presos políticos de criminales, investigar el modus operandi de un asesino en serie mediante los cadáveres que va dejando, destruir contenedores Titán…Es muy recomendable ir alternando y resolviendo dichas misiones junto con la trama principal, pues el título adquiere una enorme riqueza y profundidad a medida que nos desplazamos mediante nuestro gancho por las azoteas de los edificios o caminando por sus calles plagadas de criminales, ¿Para cuándo el Batmóvil? También se recuperan las estatuas de las gárgolas, tanto en escenarios interiores como exteriores, con las que podremos colgarnos y divisar todo nuestro entorno al acecho. Pese a que la incorporación de un mundo abierto en un videojuego de la temática de los superhéroes no sea nada nuevo (ya lo hizo Spider-man 2 en 2004 con muy buenos resultados), lo cierto es que mejora la profundidad y la experiencia del juego. Si ya en su anterior entrega nos sentíamos como Batman dada la gran implementación de sus gadgets y demás habilidades, aquí la idea adquiere una nueva dimensión y un mayor grado de complejidad gracias a que tenemos mayor libertad de elección sin que se mengüe en ningún momento el nivel de profundidad. Ahora nos sentiremos todavía más inmersos, si cabe, en nuestro papel del caballero oscuro dejando a nuestra elección la siguiente tarea a realizar. He aquí sin lugar a dudas el mayor punto de esta secuela, pues la inmersión que ha logrado hará que te creas Batman aunque hayas dejado de jugar hace un rato y estés ocupado en otras tareas.

Cabe recordar que el juego guarda unos pequeños toques RPG, pues Batman irá adquiriendo experiencia según avancemos y resolvamos sus secretos y misiones principales y segundarias. Con cada nivel adquirido podremos comprar alguna nueva habilidad de combate o mejorar nuestros gadgets o la misma capacidad de nuestro traje para hacerlo más resistente. Este es otro de los alicientes en desentrañar todos sus secretos, pues querremos lo mejor de Batman y el poder desbloquear ciertos juguetitos especiales que sólo se consiguen resolviendo algunas determinadas tareas. El juego también dispone de una serie de desafíos, como su primera parte, que suben su esperanza de vida. Así como desbloqueables muy jugosos como diseños de los personajes en 3D, bocetos o la posibilidad de volver a visualizar las secuencias del juego. La duración del juego es más que generosa si cumplimos todas y cada una de sus tareas, pese a que Rocksteady exageró al afirmar que sería de unas 40 horas, con 25 de ellas ya sólo orientadas a la trama principal (en realidad, ésta nos supondrá entre 8 y 10 horas dependiendo de nuestra habilidad) También hay que remarcar que la incorporación de tantos gadgets y artilugios pueden hacer que nos quedemos bloqueados en bastantes momentos sin saber cómo avanzar. Pues, a veces, la respuesta la encontramos en alguno de los objetos que conforman nuestro equipo, pero que debido a su variedad y extensión, puede que no le encontremos el uso practico para resolver ciertas situaciones. Sin embargo, esta línea de aprendizaje es más al principio, aspecto que luego iremos evolucionando y actuaremos instintivamente como lo haría el caballero oscuro. Pero no se puede negar que la primera toma de contacto, más que abrumadora, puede resultar un tanto confusa.

Toca hablar de un tema controvertido. Y es que uno de los mayores alicientes y novedades de esta secuela era la posibilidad de controlar a Catwoman, cuyas habilidades se alejan considerablemente de las del caballero oscuro. Sin embargo, en un agresivo movimiento con tal de evitar el mercado de la segunda mano, los chicos de de Rocksteady han implementado sus fases, que se alternan con las de Batman, mediante un contenido descargable que será gratuito para todo aquel que lo compre de primera mano con su pertinente código metido en la caja del juego. El DLC en cuestión tiene un peso de casi 300 MB y aunque es una medida sangrante, lo cierto es que la desarrolladora ha concentrado esfuerzos en las fases de Catwoman, que tiene su propia historia dentro de todo el telón de Arkham y cuenta con sus propias habilidades y secretos a desbloquear independientes a los de Batman.

En el plano técnico, Batman: Ackham City sigue mostrándose tan poderoso como Arkham Asylum. El motor Unreal Engine 3 vuelve a ser empleado y mejorado, teniendo en cuenta que ahora nos moveremos por una urbe, que pese a no ser de una gran extensión, supera con creces al manicomio de su primera parte. La ciudad se muestra detallada y cuidada, al igual que todo el elenco de personajes, siempre fieles a la estética del cómic. No hará falta en ningún momento que nos digan quiénes son cada uno de los personaje , pues son fácilmente reconocibles. Habría que destacar que Batman sigue luciendo rematadamente bien, con su traje desgastándose progresivamente a medida que avancemos y con una gran e impresionante interactividad del movimiento de su capa. Tampoco se quedan atrás las impresionantes animaciones, sobretodo en el combate. Pegas, la verdad es que muy pocas. Alguna tardía carga de texturas o ralentización (fruto de mover algo grande y tan bien detallado).  Un trabajo impresionante, redondo y muy cuidado. El juego cuenta con una magnífica banda sonora en la línea de mostrar una oscura, recargada y gótica ambientación. El doblaje por su parte (completamente en castellano) está muy cuidado y se recuperan las voces de la anterior entrega. Hay que hacer hincapié que cada una de las voces escogidas casan perfectamente con los personajes que interpretan, y estamos hablando de interpretaciones son excelentes. Únicamente queda un poco lastrada la experiencia por alguna ocasional desincronización labial. Pero quitando estas pegas, Batman Arkham City se disfruta muy bien en castellano. Pese a que la versión original sea impagable, con los dobladores habituales de los personajes (nada más ni nada menos que con Mark Hamill y Kevin Conroy).

Rocksteady creó hace dos años un juego sobresaliente en todos los sentidos, que se convirtió por meritos propios en el mejor videojuego de superhéroes de la historia y que fue aclamado por crítica y público, y que supo hacernos sentir en todo momento ser el caballero oscuro. El estudio desarrollador ha querido ir más allá con la idea de encarnar al personaje de DC Comics colocándolo en una urbe marginal donde podremos campar a nuestras anchas y desarrollar en mayor detenimiento todas y cada una de nuestras habilidades sin perder ni un ápice de profundidad pese a acercarse más al género de los sandbox. Consigue ser fresco al saber mezclar lo viejo y lo nuevo. Sí que es cierto que la idea no es novedosa ni revolucionaria y que la ciudad podría haber sido mayor (dadas las promesas de Rocksteady). Sin embargo, esta segunda parte supera todo aquello que fue su precuela y lo lleva un paso más allá. Y es que por fin se puede decir que un juego de superhéroes puede alcanzar el título de obra maestra, casi nada. Es muy duradero si queremos completarlo al 100%, y lo cierto es que alicientes no le faltan, pues es sumamente divertido, complejo y muy variado. Batman: Arkham City ridiculiza el dicho de que segundas partes nunca fueron buenas y se destapa como un juego muy ambiguo y ambicioso que encandilará a los fans del cómic y invitará a adentrarse a este opresivo universo a los neófitos de forma totalmente irremediable. El título de Rocksteady se convierte en uno de los mejores títulos de este 2011, que está a punto de cerrar y lo pone muy difícil para todo aquel que quiera superar el listón. Y no solo en los juegos de temática de superhéroes, sino en los juegos de acción y aventura, en general. Y es que este brilla por su variedad y complejidad invitando al jugador a resolver cada uno de las situaciones sin que el juego en ningún momento le eche una mano. Estamos seguramente ante el mayor ejemplo de la nueva época dorada que vive el caballero oscuro. Bravo Rocksteady, y gracias por hacernos sentir Batman.

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